domingo, 31 de mayo de 2015

Votar en México 2015

Votar en México, en 2015, implica legitimar, validar, al súper corrupto sistema político mexicano, a los criminales de cuello blanco que se ostentan como gobernantes, senadores, diputados y a las perversas legislaciones, códigos, institutos y tribunales electorales que ellos nos imponen, a los descomunales fraudes electorales del 2012 y 2006, a la malvada y corrupta "oposición política" que le hace el juego, le da apoyo para subsistir al podrido sistema político mexicano, a la farsa electoral de 2015 que implica gastos electorales exorbitantes y la creación del voto más caro del mundo, a la política de seguridad que provoca desde 2006 la muerte violenta de cientos de miles de personas, la desaparición forzada de decenas de miles de personas, las matanzas de Tlatlaya e Iguala, a la política económica que facilita el saqueo del petróleo, minerales , biodiversidad y otros bienes comunes y que lleva a la miseria extrema a millones de mexicanos. Implica hacerse cómplice del sometimiento del estado mexicano a gobiernos y poderes extranjeros y a la corrupción y la impunidad que aniquila a México. Hay circunstancias históricas en las que votar perjudica a la democracia y al cambio benéfico: 2015 acarrea demasiada historia de fraude electoral: el fraude que coloca a México como el histórico país del fraude electoral por excelencia; demasiada historia de mentira, engaño, burla, robo, despojo, desprecio por la mayoría de la población.  

No me uno a campañas políticas impulsadas por militantes o defensores de partidos o candidaturas. No busco en estas campañas un empleo o un mejor empleo o un negocio "publico-privado". 

Propongo, donde pueda, abstenerse de votar en 2015, para poder declarar publicamente con justicia que quienes resulten electos en estas elecciones ¡NO NOS REPRESENTAN! ¡SON ESPURIOS! 
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Miguel Valencia

#Ecomunidades -- Alternativas frente a la negación del #Desastre Climático y #Ambiental del Mundo- Posición de ECOMUNIDADES y la Red En Defensa de la Ciudad de México

Alternativas frente a la negación del Desastre Climático y Ambiental del Mundo

Posición de ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca del Valle de México y de la Red en Defensa de la Ciudad de México, resultante del debate en el desayuno-conversatorio del 22 de abril, Día de la Tierra y quinto aniversario de la integración del Klimaforum10, cumbre de los pueblos, paralela a la cumbre del clima de las Naciones Unidas de 2010, en Cancún, QR, la COP-16, y de la consulta del borrador realizada entre el 24 de abril y el 5 de mayo de 2015.

¿Qué cosa o parte de la ecología o de la Tierra no ha sido contaminada, devastada, desquiciada, por la pavimentación, el bombeo de agua, la industrialización, la urbanización, la ciencia y la tecnología, el progreso, el desarrollo, el crecimiento económico? ¿Por qué el clima de la Tierra no podría ser alterado radicalmente por los gases, humos, contaminaciones, producidas por los transportes, la generación de electricidad, la gigantesca actividad ganadera, el bombeo de agua de los últimos 30 años; por la industrialización del mundo?  ¿Por qué la producción descomunal de basura, residuos tóxicos o peligrosos; las colosales descargas diarias de aguas envenenadas a los ríos, humedales, lagos, lagunas, mares; las excesivas emisiones de gases y micropartículas, de los últimos 50 años no iban a desquiciar en algunas décadas los fundamentos de la vida en la Tierra y detonar el colapso ecológico mundial en el que ahora vivimos? La Tierra absorbe ahora más energía del Sol de la que devuelve al espacio. Este desequilibrio energético de la Tierra es el más grande problema que haya confrontado la especie humana. Estamos sólo al inicio de sus consecuencias, pero, todos los indicadores ambientales están en rojo: desastre climático, acelerada desaparición de especies; excesiva contaminación del aire, del agua, de los suelos; agotamiento de los regalos de la Naturaleza; muerte de los ríos, lagos, lagunas, humedales y muchas cosas más. Y no olvidemos los riesgos de las nuevas tecnologías: acumulación de desechos nucleares; contaminaciones genéticas irreversibles, la "nube" nanotecnológica.

De acuerdo con los reportes del profesor Belpomme[1] en torno a los canceres y a los análisis del profesor Narbonne, toxicólogo renombrado, el fin de la humanidad podría acaecer mucho antes de lo previsto, hacia 2060, por la esterilidad generalizada del esperma masculino bajo el efecto de los pesticidas y otros contaminantes orgánicos persistentes, COP, entre los cuales están los cancerígenos, mutagénicos, reprotoxicos, CMR.  El Grupo Intergubernamental para el Cambio Climático estima que la temperatura planetaria media podría aumentar de aquí al fin del siglo un 5.8%, o sea el doble de las previsiones anteriores: unos 4 grados. El Instituto de investigación meteorológica británico estima que el aumento podría ser de 8.8 grados. La pregunta no es la de saber si la Tierra va a resentir cambios climáticos, sino hasta que temperatura se puede elevar la superficie de la Tierra sin que los equilibrios de la vida se paralicen o se desquicien.   Nos deslizamos cada día con mayor rapidez hacia el precipicio, hacia la catástrofe. De acuerdo con Sir Martín Rees, titular de la cátedra de Newton en Cambridge, sólo hay un 50% de posibilidades de que  la especie humana sobreviva este siglo[2]. Nos dice" La interconexión creciente de nuestro mundo es vulnerable a nuevos riesgos, "bio" "ciber", terror o error". Los países europeos requieren 3 planetas Tierra para sostener su modo de vida, los estadounidenses requieren siete planetas Tierra. Sin embargo, nuestros gobernantes  aprueban la aplicación de tecnologías que dañan mucho más el clima, los acuíferos, los suelos, los ríos, como lo es el fracking para la extracción de gas y petróleo shale; están dispuestos a dejar en ruinas grandes territorios, con tal de poder ofrecer gas y petróleo barato y construir megaproyectos;a conducir a la enfermedad y la muerte temprana a cientos de millones de personas, con tal de evitar la desaparición de los pesticidas, la agroindustria, la industria automotriz, la industria eléctrica, el libre comercio; a crear guerras nucleares, biológicas, climáticas, con tal de que sobrevivan los bancos, los estados-nación, la sociedad de crecimiento. El desastre climático, que puede desencadenar terribles guerras, migraciones,  hambrunas, epidemias, rebeliones, caídas de gobiernos, es la consecuencia de más de 250 años de industrialización y de desarrollo tecnocientífico.

 No sólo los hermanos Koch, famosos supermillonarios, o el partido Republicano, o diversos científicos de poca relevancia internacional niegan la existencia o el origen industrial, tecnológico, del desastre climático, también lo niegan, por su conducta, sus acciones, la mayor parte de los grandes empresarios, los políticos más poderosos, y una buena parte de los académicos del mundo. No lo niegan explícitamente, lo ignoran, pues carecen de elementos científicos para negar lo que los indígenas, los campesinos y los meteorólogos descubrieron hace muchos años, por estar cercanos a los procesos de la Naturaleza; lo niegan con su rechazo a reconocer que no tiene futuro el modo de vida de los países desarrollados, especialmente el de Estados Unidos,  la producción industrial del mundo y la sociedad de crecimiento. De no ser así, estaríamos ya involucrados en una movilización mundial como si la Tierra fuera invadida por extraterrestres. Sin embargo, este negacionismo de los políticos, los grandes empresarios y de buena parte de los académicos no es el único en el mundo: una buena parte de la sociedad, la más dañada por la "educación" que ofrecen las escuelas, la propaganda que difunden las televisoras y  un modo de vida consumista, niega la existencia o el origen industrial del desastre climático: sueña que la tecnociencia resolverá la amenaza, no quiere aceptar que el uso del auto, del avión, del tren de alta velocidad provoca el desastre climático; no comprende que el consumo de carnes rojas es causa central del desastre climático, no quiere aceptar que aquello que llaman progreso, desarrollo, ciencia y tecnología, crecimiento económico, produce el desastre climático, el colapso del medio ambiente y la catástrofe hídrica.

El desastre climático, la catástrofe ambiental e hídrica mundiales, no son procesos aislados, sino que vienen acompañados de otras catástrofes, como  la social, la económica, la política, la institucional y la cultural. Hace más de un siglo que desapareció la civilización occidental: las legislaciones del mundo hoy son más contrarias a los derechos humanos, a la democracia, a la convivencia entre los pueblos. La  economía lleva a su destrucción a los valores, la democracia, los derechos, las subsistencias de la gran mayoría de la población. En la opinión mayoritaria de los más ricos del mundo, sobran las tres cuartas partes de la población humana y se aplican para que desaparezcan. El desastre ecológico mundial es sólo un reflejo  del estado desastroso, miserable de las mentes de los poderosos, quienes, como Sansón, están dispuestos a morir llevándose a la muerte a todos los seres humanos. Un ambiente de enfermedad y muerte invade al mundo como consecuencia de la fundación de los bancos hace más de 800 años, de la creación de la propiedad privada de la tierra y de la creación del empleo, de las llamadas falsas mercancías, según  Karl Polanyi.

La colonización de las mentes por las ideas de la economía- el concepto de la escasez- impide ahora la movilización general del mundo en la defensa del clima, del medio ambiente y de las fuentes del agua limpia. La percepción de la escasez en la que hemos sido educados desde la infancia, preside la vida diaria de las mentes más influyentes del mundo; por todos lados vemos escaseces  y valoramos mucho las ambiciones económicas, el tener o poseer más, más grande, más rápido;  aceptamos colocar a la productividad de las empresas por encima de la productividad de la Sociedad y de la Naturaleza; miramos sin sobresaltos las grandes talas de árboles, para construir trenes, carreteras, centros comerciales;  aprobamos que los gobiernos tengan como objetivo principal el crecimiento económico. Y despreciamos lo que no es escaso, por lo que llegamos al absurdo de convertir al agua y el aire limpios en mercancía. A todo queremos ponerle precio, para darle valor. Hemos aprendido desde hace décadas a ignorar la desaparición de decenas de miles de especies vegetales y animales; a tolerar la contaminación de mares, ríos, lagos, lagunas, humedales; a ver con indiferencia la eliminación de los bosques y selvas, la producción de millones de toneladas diarias de basura y de cientos de toneladas diarias de residuos tóxicos y peligrosos.  Hemos aprendido a despreciar la pérdida de convivencia derivada del uso del celular, el auto, el empleo, la urbanización, la industrialización de la vida.  

 A lo largo de cuatro siglos, el pensamiento económico, la economía, se convierte en una religión que toma el control de las mentes dominantes del mundo y desplaza y degrada a todas las demás religiones. La economía de la ciudad, del país, del mundo, creada por los seres humanos, escapa desde hace siglos del control de la sociedad y se mueve cada día con más autonomía, como un autómata que impone sus caprichos a la humanidad: aquellos que se "benefician" con su operación pierden contacto con la realidad y al igual que un copiloto depresivo, llevan a una muerte atroz a decenas o cientos de millones de personas, ya sea por medio de guerras o por medio del consumo de alimentos industrializados. El famoso 1% de la población que tiene el control del mundo no tiene la intención de hacer cambio alguno en la ruta hacia el Apocalipsis. No podemos esperar de ellos alguna acción que no sea de muerte y destrucción.

En 2010, gracias al encargo del comité organizador del Klimaforum09, cumbre de los pueblos realizada en Copenhague durante la cumbre del clima de las Naciones Unidas la COP-15, organizamos el Klimaforum10 de Cancún, con base en una plataforma política sometida a consenso que finalmente quedó así:

1) El cambio climático es un eufemismo gubernamental, la realidad es que existe un desastre climático.

 2) No hay solución tecnológica para el desastre climático; los gobiernos y las grandes empresas sólo pueden ofrecerFalsas Soluciones a este predicamento. Es necesario cambiar la visión del mundo, descolonizar el imaginario social de las ideas de la escasez y la economía.

 3) No hay solución estatal, gubernamental, para el desastre climático, sólo los pueblos, los ejidos, los barrios, las colonias pueden ofrecer las soluciones que requiere su historia y topología.

4) Reducción radical del consumo de los poderosos y de la producción industrial; eliminación del modo de vida de los países desarrollados, especialmente de EU.

5) Dejar bajo tierra el petróleo, el gas, el carbón y otros regalos de la Naturaleza.

 6) Desnuclearizar el mundo.

 7) Apoyar el desarrollo de pequeñas soluciones al desastre climático que den prioridad a lograr un muy bajo consumo de electricidad, gas, gasolina; que tengan alto contenido artesanal; que garanticen la subsistencia de los más vulnerables; que fortalezcan a la comunidad territorial donde se aplican; que sean críticas del mundo industrial  y consumista moderno.  

En noviembre-diciembre de 2015 tendrá lugar la mega cumbre del clima, la COP-21 de Paris en la que algunos gobiernos esperan se den acuerdos significativos relacionados con la reducción de las emisiones que afectan el clima de la Tierra. La mayor parte de los científicos del mundo exigen estos acuerdos que ahora pueden ser ya muy pequeños y muy tardíos. No hay hasta el momento indicio alguno de que realmente se puedan conseguir estos acuerdos. Todas las cumbres del clima han sido decepcionantes por la intervención perversa de los gobiernos poderosos encabezados por el gobierno de EU.  En cambio estos gobiernos realizan grandes esfuerzos de mercadotecnia política para aparentar que están muy preocupados por el desastre climático. Inventan conceptos de fantasía como la economía verde, el crecimiento verde, precedidos por otros creados previamente, como lascompensaciones,(offsets), los mecanismos de desarrollo limpio, los REDD plus o reducciones de emisiones por deforestación y degradación, el desarrollo sustentable, la ecoeficiencia, conceptos que han servido para maquillar de verde a los esfuerzos gubernamentales y empresariales, pero que no tienen efecto significativo en la contención de la guerra contra el clima de la Tierra y contra los pobres, conducida por los banqueros y los políticos. Literalmente, los esfuerzos gubernamentales y empresariales para enfrentar el desastre climático, ambiental e hídrico son hasta la fecha un engaño, no sirven sino para fingir que se hace algo.

No es posible lograr avance alguno en los asuntos climáticos, ambientales e hídricos sin la necesaria descolonización del imaginario social, sin  el abandono de la religión de la economía que se traduce en el rechazo al culto a la ciencia y la tecnología, a la tecnociencia que producen las grandes organizaciones publico-privadas, a la tecnología que destruye la relación entre las personas; que se traduce en la resistencia a la pavimentación, la industrialización y el crecimiento económico; en la denuncia de la productividad y la competitividad empresarial; en el reconocimiento del potencial de los pueblos, las comunidades en la solución de sus problemas sin la intervención de los gobiernos nacionales. En el rechazo a la escolarización, las certificaciones y  los servicios mercantilizados. La descolonización del imaginario implica entender que el imaginario dominante es sistémico, lo que significa que los valores actuales son suscitados, estimulados, por el sistema económico y que en contrapartida refuerzan al mismo sistema. La clave está en cuestionar lo que está detrás del sistema económico, como la concepción del tiempo, del espacio, de la vida, de la muerte. Paul Aries, gran teórico del descrecimiento dice El discurso del crecimiento se fundamenta en el engrandecimiento del espacio como condición de su banalización mercantilista" Según la fórmula de Jacques Ellul , "la contracción del espacio preludia su intensificación humana". Es necesario un descentramiento cognitivo: la desconstrucción del progreso y el progresismo; entender lo que perdemos con el progreso y el desarrollo, en breve, repensar la idea de educación. El descrecimiento propone líneas de trabajo que favorecen este cambio de actitud: la revalorización de las relaciones humanas y nuestra relación con la Naturaleza; la reconceptualización de la riqueza y la pobreza; la restructuración de las relaciones económicas, la redistribución de la riqueza y el trabajo, la relocalización de la vida y la economía( consumir lo que se produce en la cercanía, producir lo que se consume en la cercanía), la reducción radical de nuestros tiempos de trabajo y consumos de agua, energía, metales; la reutilización de los objetos; el reciclamiento de edificaciones, equipos, instrumentos. Cambios de mentalidad y de modo de vida.  

México, DF  26 de mayo de 2015

ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México: Adriana Matalonga, Edith Gutiérrez; Gustavo Romero; José Ignacio Félix Díaz; Mauricio Villegas; Rodolfo Buentello

Red en Defensa de la Ciudad de México.-  Adriana Gómez,  Ana María Yustis, David Jiménez, Edgardo MotaEduardo Farah, Gabriela Vega, Gabriel Valencia, Guadalupe Tron, Heriberto Salas, Patricia Carrera, Ricardo Zuñiga.  

 


[1] Ces maladies creés par l'homme, Dominque Belpomme, Albin Michel, París2004

[2] Rational Choice Before the Apocalypse, Jean Pierre Dupuy, For Jean Robert, La Mirada Invertida. 

Foro en defensa del agua en San Pedro Atlapulco, EdoMex


Estado y elecciones:- Javier Sicilia


lunes, 25 de mayo de 2015

#Ecomunidades Opciones vecinales ante colapsos que matan la Cuenca del Valle de México

Opciones vecinales ante los colapsos que matan las bases de la vida en la Cuenca del Valle de México.

Posición de ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México y de la Red en Defensa de la Ciudad de México,  sometida a debate en el desayuno-conversatorio del 9 de abril de 2015 y a consulta entre los integrantes y simpatizantes de estas redes hasta el 30 de abril

La excesiva pavimentación de la Cuenca del Valle de México eleva demasiado la temperatura ambiente; impide la infiltración de agua; fomenta las inundaciones, la violencia y los accidentes; contamina las aguas; elimina áreas verdes; desertifica el territorio; degrada el ambiente y la ciudad. El transporte mata a demasiados animales, árboles y personas ; elimina a ríos, barrancas, humedales y a las áreas verdes; altera mucho el uso del suelo; segrega a los débiles;  daña el clima de la Tierra; consume más de cuatro horas diarias, en promedio; contamina el aire en exceso; enferma e incapacita a muchas personas; degrada la vida. Los excusados, los tubos, los drenajes, las bombas, devastan, aniquilan, los freáticos, los manantiales, los ríos, los lagos, los humedales, los suelos, los subsuelos, las matrices del agua, la biodiversidad,  fomentan el desperdicio  del agua, consumen demasiada energía,  cancelan la libertad de acceso al agua, elevan indebidamente los costos del agua. La industria y los servicios de esta megalópolis consumen demasiada electricidad, gas, gasolina, agua y metales; contaminan en exceso los suelos, el agua y el aire; producen demasiados residuos tóxicos o peligrosos. La concentración de población en la Cuenca del Valle de México destruye rápidamente las bases de la vida en este territorio y crea excesivos riesgos y problemas.

 Los nuevos megaproyectos destruyen rápidamente los regalos de la naturaleza en este territorio, como sucede con: el nuevo aeropuerto de la ciudad de México, el Tren México-Toluca, las ZODES o zonas de desarrollo especial, como la "ciudad del conocimiento", la "ciudad de la salud", la "ciudad administrativa", el estadio de beisbol de los Diablos Rojos en las áreas verdes de la ciudad deportiva de la Magdalena Mixhuca, las graderías del autódromo Hnos. Rodríguez para el Gran Premio de México sobre estas mismas áreas verdes de la ciudad deportiva, el gran deprimido en el cruce de Insurgentes y Río Mixcoac, la autopista urbana oriente, la construcción del segundo piso del periférico sobre Xochimilco, el nuevo drenaje profundo, los incineradores, rellenos sanitarios y confinamientos de residuos peligrosos en los municipios conurbados de los estados de México e Hidalgo, la introducción de tubos para el gas natural FENOSA en diversas colonias de la ciudad de México, el proyecto de norma 26 de vivienda, las leyes de desarrollo urbano y de movilidad del DF. Existen más de 60 de movilizaciones vecinales contra proyectos o decisiones gubernamentales que atentan contra la integridad de pueblos, ejidos, barrios, colonias de la Cuenca.

En la Cuenca del Valle de México mueren los acuíferos, los lagos, los ríos, los humedales, los glaciares, los bosques, los suelos, las especies vegetales y animales. Se desperdician como nunca antes el agua, la electricidad, el gas, la gasolina, los metales, las maderas. Se elevan periódicamente los daños ocasionados por el desastre climático, el libre comercio, la delincuencia organizada. Aumentan las amenazas de explosiones, derrames, dispersión de isotopos radiactivos. Desaparecen los monumentos, las casas de valor arquitectónico. Muere el tejido social, la seguridad personal, las culturas, los saberes milenarios, las fiestas, las tradiciones, el buen vivir. Se elevan las migraciones hacia este territorio y fuera de él; suben mucho los niveles de alcoholismo, suicido, depresión, angustia, stress, violencia intrafamiliar, escolar, laboral, urbano; se mantienen muy elevados niveles de pobreza, desigualdad, hambre, miseria, desempleo.

La economía destruye ahora demasiadas familias, lanza fuera de la escuela y de la Ley a muchos jóvenes y sólo favorece a grandes inversionistas. Aumenta la violencia y la ilegalidad de la policía y el ejército. El contubernio gobierno-empresarios se endurece, criminaliza la protesta contra sus negocios y utiliza la fuerza pública en gran escala. Se eleva la corrupción de los funcionarios públicos, legisladores y jueces; también,  el tiempo perdido en trámites, las complicaciones administrativas. Se multiplican las inversiones público-privadas, los conflictos de interés, las normas y leyes impuestas por los inversionistas y los grandes empresarios. Los partidos, los gobiernos, las legislaturas, los tribunales no representan a los habitantes de este territorio: están al servicio de los grandes inversionistas y empresarios. Muere el respeto por la naturaleza, por el ser humano; se vuelven valores positivos principales la agresividad, el cinismo, la seducción, la manipulación, la capacidad de dar golpes cada día más bajos, la indiferencia ante el sufrimiento de los demás, el consumismo, la riqueza a cualquier precio. Estamos ante las primeras fases del colapso ecológico, hídrico, climático, ambiental, urbano, social, económico, político y simbólico de la Cuenca del Valle de México. Estamos frente a una catástrofe de categoría mundial. Nos precipitamos hacia un abismo sin que las autoridades, los medios y las escuelas informen de la gravedad de la situación que vivimos en este territorio, pues ellos lo han creado, para su beneficio.

Opciones vecinales ante los colapsos en la Cuenca del Valle de México y en el mundo.

  1. Tomar conciencia de la gravedad de la situación que vive la Cuenca del Valle de México, el país entero y el mundo,  especialmente en lo que concierne a la ecología, el medio ambiente, el tejido social y las culturas. Reconocer que se vive en una urbanización inaceptable por todos conceptos; que nada bueno augura la situación en la que vivimos los habitantes de la Cuenca del Valle de México.

  2. Tomar conciencia de sí, de la propia vida; de la vida infernal que llevamos en la Cuenca del Valle de México; de la violencia que nos rodea; reconocer que la única manera de cambiar lo que nos rodea es cambiar la propia vida, que por medio de nuestros consumos contribuimos a la destrucción de nuestro entorno, a la guerra contra la naturaleza y las culturas, a la aniquilación de todo lo amable que da sentido a la vida.  Admitir que el uso del celular, el automóvil o el avión o el consumo de bebidas embotelladas o comida chatarra,  la compra de productos en WalMart o en OXXO ayudan mucho destruir la ecología, el ambiente y nuestra vida. 

  3.  Aceptar que para tener una vida mínimamente sana, plena, vigorosa, alegre, necesitamos flores, ramas, pájaros, manantiales, mariposas, venados, tlacuaches, víboras, arroyos, ríos, lagos, bosques, freáticos, glaciares,  aire limpio; necesitamos una ecología y un ambiente liberados de autos, camiones, bombas; necesitamos comunidades unidas por fuertes lazos de solidaridad y libertad; comunidades estables, creativas, con tradiciones y cultura propia, con mezcla íntima de generaciones; Para vivir bien, necesitamos mucha mayor cercanía con las plantas y los animales, con la vida silvestre.

  4. Admitir que los pueblos, los ejidos, los barrios, las colonias, son las víctimas principales de los procesos de urbanización, industrialización y crecimiento económico. Aceptar que estos procesos imponen dolorosas migraciones y destrucción de historias, tradiciones, saberes, culturas, monumentos, obras de arte, riquezas ecológicas. Admitir que estos procesos son como el cáncer; es decir: que conducen a la muerte de todo lo que nos rodea y la da sentido a la vida. La productividad que las provoca es enemiga de la ecología.

  5. Tomar conciencia del origen de estos grandes colapsos: el histórico mal uso de la ciencia y la tecnología que desde hace siglos funciona principalmente para hacer la guerra a la naturaleza, las culturas milenarias, los pobres; para hacer ganar poder y dinero a una muy pequeña minoría menor al 1 % de la población. Con el fin de realizar estas guerras multidimensionales, se exaltan los logros de la ciencia y la tecnología, las vidas que salva, lo mucho que beneficia a nuestras vidas,  pero se ocultan las vidas que se pierden por sus creaciones, como la energía nuclear, los transgénicos, la nanotecnología, los transportes y las riquezas que perdemos por estas creaciones. El culto a la ciencia y la tecnología es hoy la causa principal de la destrucción ecológica y ambiental de la Tierra y desde luego, de la Cuenca del Valle de México.

  6. Aceptar que se necesita considerar la opinión de las comunidades de la Cuenca del Valle de México en su conjunto, para defenderlas con éxito. Admitir que la ciudad de México sufre una gran contaminación del aire por las partículas y gases que se producen en el conurbado de los estados de México e Hidalgo, que comparte en buena medida las mismas fuentes de agua, el mismo sistema de transporte, el mismo clima, la misma contaminación del aire.

  7. Aceptar que las grandes obras, programas y violaciones a la ley que dañan severamente a las comunidades territoriales, nacen de acuerdos gubernamentales con banqueros y grandes empresarios nacionales e internacionales: no son de utilidad pública. Los vecinos de estas comunidades no pueden frenar ni modificar estas agresiones gubernamentales por sus propios medios, por lo que es necesario crear ligas, alianzas, frentes, coordinaciones de afectados en cada cuenca del país, para conseguir algún resultado positivo. Aceptar que los megaproyectos, la urbanización, la industrialización y el crecimiento de la población y el crimen en el conurbado de los estados de México e Hidalgo afecta muy directamente a la ciudad de México; que tanto el gobierno del DF, como la asamblea legislativa del DF son notoriamente incapaces de defender a la ciudad de México de las afectaciones que produce su conurbado. 

  8. Reconocer que no hay solución gubernamental, legislativa, judicial a estos grandes colapsos de la Cuenca del Valle de México, dentro del Estado mexicano vigente: los partidos que tenemos son en estos momentos grandes beneficiarios de esta situación, por lo que sistemáticamente mienten, engañan, desinforman, niegan la realidad, bloquean a quien quiera decir la verdad de nuestra situación. Las votaciones han perdido sentido en México, por la miseria en la que se encuentra una gran parte de la población, condición que facilita la compra del voto; por la escandalosa desinformación que impone el duopolio televisivo, condición que facilita la manipulación de la opinión pública; por la histórica subordinación de los gobernantes, legisladores y magistrados a grandes poderes extranjeros y nacionales, condición que facilita la realización de grandes fraudes electorales, como los perpetrados en 2006 y 2012. Votar en México en 2015 significa validar, legitimar, honrar, hacerse cómplice de los políticos criminales que crean los códigos y leyes electorales que garantizan la permanencia del calamitoso estado en el que nos encontramos.

  9.  Aceptar que los partidos, los gobiernos, las legislaturas, los tribunales, federales y locales, crean el desastre ecológico, ambiental, climático, urbano, social, económico, político y simbólico de la Cuenca del Valle de México. Admitir que no se puede esperar nada bueno de estas "instituciones", pues están  al servicio de los banqueros y los grandes empresarios nacionales e internacionales.

  10. Aceptar que se requiere una estrecha colaboración vecinal, con el fin de impulsar una movilización permanente, para frenar los megaproyectos, los programas, las normas, las leyes, las reformas que destruyen los pueblos, ejidos, barrios y colonias de esta Cuenca; crear organizaciones vecinales autónomas, para impulsar la defensa de las comunidades, por medio de micro proyectos sobre hortalizas(huertos urbanos), captación de agua de lluvia, movilidad metabólica, generación de electricidad, restauración y remodelación de edificaciones, entre otros; desarrollar una intensa participación vecinal, por medio de reuniones cara a cara por calles, plazas, jardines; organizaciones de municipio o delegación, de zonas, de la ciudad, de la Cuenca en su conjunto. Reconocer que la libertad y la espontaneidad dentro de los pueblos, los ejidos, los barrios, las colonias permite crear las autonomías locales. La espontaneidad no elimina el aprendizaje: cada persona o comunidad aprende de sus errores. Aceptar que el único recurso de importancia que tienen hoy en día los vecinos, para defender sus comunidades, es el de la desobediencia civil, preconizada por Thoreau, Gandhi, Martin Luther King.

México, DF  15 de mayo de 2015

ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México: Adriana Matalonga, Edith Gutiérrez; Gustavo Romero; José Ignacio Félix Díaz; Mauricio Villegas; Rodolfo Buentello

Red en Defensa de la Ciudad de México.-  Adriana Gómez,  Ana María Yustis, David Jiménez, Edgardo Mota,Eduardo Farah, Gabriela Vega, Gabriel Valencia, Guadalupe Tron, Heriberto Salas, Patricia Carrera, Ricardo Zuñiga.  

#elecciones2015 - - Llegó la hora de reinventar la democracia- Víctor M Toledo

Llegó la hora de reinventar la democracia
Víctor M. Toledo
La Jornada, martes 14 de abril de 2015, Opinión

El arribo de las elecciones intermedias en México vuelve a poner en lugar central de la opinión pública, periodística y académica la validez del proceso electoral. Hoy la institución llamada democracia (representativa) vive momentos casi terminales, no sólo por la mediocridad, insensatez y corrupción de la clase política, sino por la ausencia de confianza en los árbitros de la contienda, que han permitido y siguen permitiendo fraudes, trampas, usos indebidos del dinero público, compra abierta de votos, reparto ilegal de bienes e incluso arribo de enormes sumas de dinero de origen desconocido.

El evento más descarnado tuvo lugar en 2012, no debe olvidarse, con los llamados Sorianagate y Monexgate. En el primero, monederos electrónicos precargados por un total de 2 mil 294 millones de pesos fueron masivamente utilizados en las tiendas Soriana de seis estados de la República los días 2 y 3 de julio, es decir inmediatamente después de la elección. Por el Monexgate, el Grupo Financiero Monex emitió 100 mil monederos electrónicos por un total de 160 millones de pesos, que fueron repartidos entre operadores del PRI. El origen de esas cantidades, develado por la investigación bancaria, fueron seis sospechosas sociedades mercantiles que el Tribunal Electoral se negó a investigar. Estos dos hechos debieron haber anulado la elección presidencial y/o puesto en duda el supuesto triunfo de Enrique Peña Nieto. Nada de eso sucedió.

Ante este panorama desolador, todo mexicano honesto y que se respete debería abstenerse de participar, y negar su voto. Frente a esta situación vergonzosa, impropia de una sociedad verdaderamente democrática, debería hacerse un alto para replantear y reformular instituciones, fórmulas, procedimientos y principios, única manera de salir del oscuro túnel en el que se encuentra la democracia en México. Esta preocupación se ha generalizado. En los últimos días hemos visto un número desusado de artículos que en La Jornada se han ocupado del tema. Bernardo Bátiz, León Bendesky, Soledad Loaeza, A. Sánchez-Rebolledo y otros colaboradores han asumido opiniones críticas, que contrastan con las posiciones edulcoradas de autores como Roger Bartra, José Woldenberg o Enrique Krauze. En el despliegue de opiniones e ideas destaca el reciente corrimiento de autores como Gustavo Gordillo y Rolando Cordera, figuras notables de una corriente que se negó a registrar la realidad en toda su crudeza. Igualmente sorprende la posición extrema de Octavio Rodríguez Araujo, quien se niega a aceptar la ciudadanización de la política.

Y sin embargo, la crisis de la democracia no es, para la sorpresa de muchos, un asunto exclusivo de México, sino un fenómeno creciente que afecta a buena parte de las sociedades actuales. Ello forma parte, como expresión de una entropía institucional, de la crisis de civilización que aturde al mundo. Aquí destaca el número recientemente aparecido de la prestigiosa revista Journal of Democracy (volumen 26, 1º de enero del 2015), dedicada a celebrar su vigesimoquinto aniversario, el tema ¿Está la democracia en decadencia? Además de documentos y reseñas de libros, la revista reúne de manera magistral 14 artículos que responden a la pregunta desde todo un abanico de diversas posiciones.

En suma, ha llegado la hora de reinventar la democracia, y opino que, más que una modernización, de lo que se trata es de la transformación radical de las instituciones democráticas, y que para el caso de México debe considerar muy seriamente su realidad multicultural, su diversidad geopolítica y, sobre todo, su historia. Dicho de otra forma, se trata de revisar profunda y radicalmente la idea eurocéntrica de democracia y, al mismo tiempo, de insertar los nuevos diseños en la realidad de un mundo globalizado marcado por la consolidación del capitalismo corporativo, la vertiginosa innovación científica y tecnológica y los cuatro procesos que determinarán el futuro próximo de aquí a 2050: el crecimiento de la población humana, que pasará de 7 mil a 9 mil millones; el fin del petróleo, el gas y el carbón mineral (en ese orden); la agudización de la crisis climática (ver video) y la inminente parálisis de los sistemas agroindustriales de producción de alimentos. Visualizo siete temas que deberían ser abordados, analizados y discutidos:

Uno: Legitimidad. Se debe garantizar que quienes triunfan representen rigurosamente a la mayoría de los votantes. De acuerdo con los resultados oficiales de la elección de 2012, el partido triunfante fue el no voto (abstencionismo más votos nulos) con 38.3 por ciento. El gobierno actual solamente representa 24 por ciento del total del electorado, mientras la oposición de izquierda representa 20 por ciento, y la derecha, 16 por ciento. Dos: ¿Partidos políticos? Se debe abrir en todos los estados la posibilidad de elecciones sin partidos políticos. Se olvida que en México 80 por ciento de la elección municipal de Oaxaca se realiza por usos y costumbres, es decir, en 456 municipios de los 2 mil 400 que existen en el país.

Tres: municipalismo. El empoderamiento ciudadano de la participación a escala municipal puede generar, especialmente en las regiones indígenas (Yucatán, Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Michoacán y Puebla), un régimen de democracia de abajo arriba, donde las gubernaturas y los congresos estatales se sustituyan por un consejo de representantes municipales. Cuatro: informática y geomática. Resulta obligado el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación e información, tanto para elegir representantes de partidos como para las elecciones. Cinco: Centralismo. Ante el aumento de la población y el incremento en la complejidad de los problemas, la gobernanza para ser eficaz debe realizarse de manera descentralizada y a escalas local, municipal y regional. Seis: territorialidad. El control social de los territorios (autonomías) debe privilegiarse, creándose nuevos mecanismos que lo garanticen, tanto en las zonas rurales como en las ciudades (colonias, barrios, unidades habitacionales). Siete: Cambio civilizatorio. Superar la crisis de la modernidad significa esencialmente que la sociedad civil se libere de la explotación que impone el poder económico (capital) en pleno contubernio con el poder político (Estado y partidos), y ello supone la ciudadanización de la política, es decir, el empoderamiento social.

La vivienda sustentable y el descrecimiento urbano.

Ponencia presentada en el Segundo Congreso Nacional de Vivienda, en el eje temático Producción de vivienda y desarrollo sustentable. Facultad de Arquitectura de la UNAM, ciudad universitaria. 

Autor: Miguel Valencia Mulkay

La producción de vivienda y el desarrollo sustentable están en México en una vía muerta desde hace muchos años: fomentan la destrucción del tejido social, de los regalos de la Naturaleza y de la comunidad territorial. Fracasan recurrentemente porque se sustentan en premisas equivocadas, como son: la religión de la economía, el desarrollo, el culto a la ciencia y la tecnología, el desprecio por la Naturaleza, por la comunidad y por la inclinación poética o creatividad de la gente. Fracasa porque ignora los colapsos mundiales, como lo son: el colapso climático, ambiental, hídrico, alimentario, de la limpia, de la biodiversidad, del campo, de la ciudad, de la salud, de la seguridad, de las culturas, de la economía, de la política, de los valores. De entrada, no hay manera de avanzar en los asuntos de la vivienda sin una revisión de las ideas y la historicidad del desarrollo, del significado oculto del desarrollo, de sus consecuencias destructivas, hoy tan evidentes.  El desarrollo, según lo entienden los banqueros y los gobiernos, implica más y más grandes supercarreteras, torres, presas, trasvases, aeropuertos, hospitales, centros comerciales, unidades habitacionales, conglomeraciones, megalópolis. Implica según ellos más y más grandes autos, tráileres, aviones, barcos, refrigeradores, celulares, televisores, computadoras, armas, equipos militares. El desarrollo, como lo entienden los grandes empresarios y la mayor parte de los académicos, implica consumir más agua, electricidad, gas, gasolina, metales, maderas, tierras, piedras, productos industrializados; implica mayor crecimiento físico, espacial, territorial, económico, financiero, político y simbólico. Implica, además, conseguir este crecimiento en el menor tiempo posible. El desarrollo, como lo entienden los  banqueros y los gobiernos, implica tener Más, Más Grande y Más Rápido, valores que se han inculcado en las escuelas públicas y privadas desde el final de la Segunda Guerra, por lo que ahora son los valores que dominan las mentes de la mayor parte de la población que ahora denominamos como "desarrollada".  

Así fue concebido el desarrollo por el presidente Truman, cuando lanza en 1949 este nuevo significado de la palabra amiba desarrollo en su discurso a la nación y al mundo, con el fin de sustituir a la vieja idea del "progreso", impuesta por el Imperio Británico. En su discurso, Truman degradó a las demás naciones del mundo al calificarlas como naciones subdesarrolladas o en vías de desarrollo, pues no tenían el modo de vida y la tecnología que poseía su país. Desde entonces la palabra desarrollo significa otra cosa en el mundo; significa adoptar, en tanto sea posible, el modo de vida que tienen los habitantes de la nación que impone este nuevo significado a la palabra desarrollo; significa sobre todo la obligación de adquirir la tecnología, los conceptos, los "conocimientos", los "valores" de ese país, vanguardia mundial en la devastación climática, social y  ambiental. Implica colonizar el imaginario social con el pensamiento único que degrada al mundo.

En los 50 y los 60, se desata el desarrollo en el mundo, se viven los famosos 30 años gloriosos (1945-1975), sin embargo, ya en esta última década empiezan a sonar fuerte las alarmas: el desarrollo empieza mostrar su enorme potencial destructivo: los ríos, los lagos, los mares, los suelos, las atmosferas de los países "desarrollados" resienten contaminaciones nunca antes vistas; se multiplican en esos países las protestas de airados ciudadanos contra la terrible devastación ecológica, social y cultural producida por el desarrollo.  El escándalo escala al punto que las más grandes corporaciones del mundo de la época: el llamado Club de Roma, encarga al MIT un gran estudio sobre "los límites del crecimiento" que provoca una gran conmoción política que sólo pudo ser sofocada años después, por medio de la barbarie económica que hoy padecemos. Desarrollo quiere decir crecimiento por el crecimiento mismo. La economía, para lograr el control de las mentes, impone el dogma del crecimiento infinito en un mundo finito; propaga las ideas de una Tierra inagotable, como un cuerno de la abundancia, y una ciencia y tecnología que es capaz de resolver todos los problemas del ser humano, inclusive los sociales y ambientales; exige adoptar ambiciones económicas sin límites, imponer los mega proyectos más descabellados, sin tomar en cuenta a la Naturaleza y condiciones ecológicas de cada territorio y las comunidades y las culturas. Somete a la ciencia y la tecnología y la transforma en la tecnociencia de hoy en día, una actividad de culto que sólo es capaz de producir soluciones ecocidas, genocidas. Al convertirse en una religión, la economía impone el crecimiento como el fetiche cuyas propiedades mágicas resuelven todos los problemas, incluyendo los sociales, culturales y ambientales. La productividad y la competitividad que impulsa la economía son contrarias a la "productividad" y la "competitividad" de la sociedad y la Naturaleza.

El Informe del Club de Roma desencadena a principios de los 70 el debate mundial del crecimiento y nace así movimiento ecologista internacional. El economista y matemático Nicholas Georgescu Roegen publica entonces su gran libro Demain la Decroissance (Mañana el decrecimiento), en el que advierte la gran vulnerabilidad del crecimiento y sus peligros: predice lo que hoy sucede: la Tierra no aguanta más urbanización e industrialización. Sin embargo, los intereses que se benefician con la destrucción ecológica y ambiental del mundo, frenan el debate sobre el crecimiento y la capacidad de carga del territorio y desarrollan una mercadotecnia política para maquillar de verde cualquier concepto o tecnología altamente destructiva. Así aparecen en el mundo los focos ahorradores, los autos y autobuses verdes, los mercados de carbono y la tecnología verde que promueven los empresarios, la que no tiene impacto significativo alguno en frenar la destrucción climática, ecológica o ambiental. El maquillaje verde se extiende por el mundo, con la idea del desarrollo sustentable, la economía verde, el crecimiento verde.

Las palabras sustentable, sustentabilidad, aparecen en los 80, cuando ya es muy evidente el fracaso de las ideas del "desarrollo".  La devastación social y ambiental producida por los nuevos conceptos de transporte, vivienda, edificación, por la urbanización moderna, era ya escandalosa. Se busca entonces defender lo adquirido por el desarrollo, proteger su vigencia o "sustentabilidad". La introducción de la palabra sustentable en el discurso gubernamental refleja el fracaso de las ideas de desarrollo. El llamado desarrollo sustentable, como lo señala Serge Latouche en su libro Le Pari de la decroissance, entraña una tentativa de engaño que pretende conjurar el espectro del decrecimiento. El desarrollo sustentable es un oxímoron o una antinomia. Se le llama así a la figura retórica que consiste en yuxtaponer dos palabras contradictorias como, por ejemplo "la oscura claridad", procedimiento poético que sirve para expresar lo inexpresable, pero, que ahora los tecnócratas utilizan cada día más para persuadir al mundo de hacer lo imposible. El desarrollo sustentable es una flagrante contradicción: no hay manera alguna de hacer sustentable al desarrollo. La expresión desarrollo sustentable, impuesta por Henry Kissinger en 1992, es además un pleonasmo: si se adopta la definición convencional del desarrollo de Rostow, como self –sustaining growth, es decir: crecimiento auto sostenido.

Consecuentemente, la utilización de la expresión desarrollo sustentable en los asuntos de la producción de vivienda bloquea la posibilidad de avanzar en este tema; no puede sino conducir al desastre cualquier política o propuesta relacionada con la vivienda. La palabra desarrollo estorba en el debate sobre la vivienda, por su gran carga histórica de destrucción ecológica, ambiental, social y cultural. No podemos conservar las categorías, conceptos, ideas utilizados en el desarrollo; Para avanzar en la protección, preservación, de los ríos, lagos, mares, acuíferos, suelos, bosques, selvas, biodiversidad, atmosferas, clima, sustentabilidad, en la producción de vivienda, es indispensable descolonizar la mente del imaginario del desarrollo, de las ideas de crecimiento.

En su discurso ante The Royal Institute of British Architects, York, Reino Unido, julio de 1984, (para el 150 aniversario de su fundación) Ivan Illich dice Una morada no es una madriguera ni un garaje. Habitar era permanecer en sus propias huellas, dejar que la vida cotidiana escribiera las redes y las articulaciones de su biografía en el paisaje… La morada nunca estaba terminada antes de ocuparse, contrariamente al alojamiento contemporáneo que se deteriora desde el día mismo en que está listo para ser ocupado… Una construcción se perpetúa de alguien vivo a otro; unos ritos marcan las etapas importantes: pueden pasar generaciones entre la colocación de la piedra angular  y el labrado .Igualmente un barrio urbano nunca se termina…El arte de habitar forma parte integral de esa economía moral que EP Thompson describió tan bien. .. Sucumbió ante los profesionales que introdujeron las alcantarillas y las reglamentaciones. Casi fue suprimido por la economía de bienestar que exaltó el derecho de cada ciudadano a su garaje y a su aparato de televisión…. El arte de habitar es una actividad que sobrepasa al alcance del arquitecto. No sólo porque es un arte popular, no solo porque progresa por oleadas que escapan al control del arquitecto… sino más que todo, porque no existen dos comunidades que hagan su hábitat de la misma manera… Por consiguiente, el espacio cartesiano tridimensional, homogéneo, en el que construye el arquitecto, y el espacio vernáculo que hace nacer el arte de habitar, constituyen dos clases diferentes de espacio. Los arquitectos sólo pueden construir. Los habitantes vernáculos engendran axiomas de los espacios en los hacen su morada… El alojado perdió su poder de habitar. La necesidad de dormir bajo un techo tomó la forma de una necesidad definida culturalmente. Para él, la libertad de habitar ya no tiene sentido. Lo que necesita es el derecho a exigir cierto número de metros cuadrados en el espacio construido. Aprecia ese derecho y lo hace prevalecer. El arte de vivir se le confiscó: no tiene ninguna necesidad del arte de habitar-sino solamente de un departamento-;… El alojado vive en un mundo fabricado. No es libre de hacerse un camino sobre la autopista ni de hacer hoyos en sus muros…Las marcas que deja se consideran manchas-signos de usura. Lo que deja tras de sí son desperdicios que los trascabos desalojaran.   

Pero, el conflicto entre los valores vernáculos y los valores económicos no se limita a este espacio que llamamos un interior, Considerar que los efectos del arte de habitar se limitan a modelar este interior sería un error; lo que se extiende mas allá del umbral de nuestra puerta de entrada es igualmente modelado por este arte de manera diferente. La tierra humana se extiende de los dos lados del umbral, el umbral es como el pivote del espacio que crea el arte de habitar. De este lado es el hogar, del otro los ámbitos de la comunidad. El espacio que ocupan las casas familiares les es común. Abriga a la comunidad, como la morada abriga a los miembros del hogar familiar. Así como no existen dos comunidades con el mismo estilo de hábitat, tampoco existen las que tienen ámbitos de comunidad semejantes.  Que nuestro mundo se haya vuelto inhabitable es una consecuencia manifiesta de la destrucción de los ámbitos de la comunidad. Paradójicamente, entre mas aumenta el número de hombres, mas volvemos el entorno inhabitable. En la medida en que crece el número de personas que necesitan techo, la guerra contra el hábitat vernáculo entra en su última fase y fuerza a que la gente busque un alojamiento-que es un producto escaso… cuando el acto de habitar se vuelve un tema político, llegamos inevitablemente a un cruce de caminos. De un lado se preocuparán por el "alojamiento"… del otro, el empaquetamiento de los pobres en sus casilleros-habitación… Hay otra vía, aquella en la que se toma en consideración el derecho de una comunidad a construirse e instalarse según sus capacidades y talentos.

La vivienda industrializada producida con los criterios de desarrollo y crecimiento, desprecia totalmente a la comunidad y a la ciudad: desprecia el arte de habitar y la inclinación poética de la gente. Murray Bookchin, el más importante ecologista en la historia de Estados Unidos, en su libro Urbanization without cities  señala La ciudad en su mejor expresión es una ecocomunidad. Ignorar este hecho fundamental significa ignorar la destrucción que esta entidad enfrenta, ocasionada por uno de los más serios fenómenos de la época moderna, la urbanización masiva que la arrasa y desaparece junto con otros muchos elementos de la Naturaleza en nuestro planeta. La urbanización no es solo un hecho social y cultural de proporciones históricas, es también un hecho ecológico.  La urbanización, como le llamo a esta invasión, a este fenómeno siempre en crecimiento que tan fácilmente lo identificamos con las ciudades como tales, puede ser tan tóxica para el espíritu humano como lo puede ser para la integridad natural de una región. .. ¿Qué es entonces una ciudad? ¿Son realmente ciudadanos las personas atrapadas en las aglomeraciones urbanas de la modernidad? Deseo explorar el enorme valor de las ciudades- y los pueblos- como extraordinarias creaciones humanas. Al responder estas preguntas trato de examinar desde el punto de vista histórico los orígenes de las ciudades, su papel en la formación de la humanidad como especie única y creativa. ¿Se puede hablar de que la urbanización funciona contra la existencia de las ciudades? Las dos palabras "urbano" y "ciudad" son usualmente utilizadas como sinónimos. Sin embargo, realizaré grandes esfuerzos para demostrar que están en fuerte y acusado contraste entre sí- en efecto, que son encarnizados antagonistas. Me refiero a la declinación histórica de las ciudades como autenticas lugares o escenarios de la vida política-que alguna vez vivió en equilibrio con la Naturaleza-y, no menos significativa, la declinación de la misma noción de ciudadanía. .. La verdad es que hoy en día el campo y la ciudad están bajo asedio- un asedio que amenaza el lugar de la humanidad por excelencia en el ambiente natural. Ambos son subvertidos por la urbanización, un proceso que amenaza destruir sus identidades y la vasta riqueza de la tradición y la diversidad. La urbanización devora no sólo al campo, también devora a la ciudad…. Devora la vida de la ciudad basada en valores, cultura e instituciones alimentadas por relaciones agrarias. El espacio de la ciudad con su propincuidad humana, barrios distintos y política a escala humana, es absorbido por la urbanización, con sus asfixiantes rasgos de anonimato, homogeneización y gigantismo institucional.       

Holderlin, el poeta alemán nos dice" el hombre habita como un poeta"; Según Heidegger, el acto de habitar es "poesía", en el sentido elemental que los griegos daban a la palabra poiesis; es decir creación: yo produzco, compongo, construyo o simplemente hago.  La producción de la vivienda tiene que recuperar "La Libertad de Habitar de la que nos habla Jean Robert y que se opone a la "destrucción creativa" de las viviendas baratas existentes, a la producción industrializada de vivienda, a la trampa del "déficit de vivienda", a  la inestabilidad de nuestro lugar de residencia y a la muerte de la creatividad de la gente. Es hora que los pueblos, ejidos, barrios y colonias de México frenen el crecimiento cancerígeno que le imponen las absurdas normas de vivienda, los programas y leyes de desarrollo urbano vigentes, creadas por la confabulación desarrollista de políticos y empresarios. Es hora de devolver la Libertad de Habitar a las comunidades, para abrir posibilidades a la vivienda sustentable.

El Descrecimiento, movimiento internacional contra el crecimiento destructivo, desquiciante, propone impulsar utopías motrices, creativas, susceptibles de abrir espacios cerrados y perspectivas bloqueadas. Propone una ruptura con las ideas dominantes y de acuerdo con Latouche, impulsar una matriz que autorice el florecimiento de alternativas, por ejemplo de vivienda y la aplicación de un programa radical en las siguientes líneas de trabajo: Liberar el imaginario social de la religión de la escasez; Revalorización de la Naturaleza y las relaciones humanas; reconceptualización de la riqueza y la pobreza; revalorización de las comunidades y las ciudades; Reestructuración del aparato  de producción y las relaciones sociales en función de los nuevos valores: es necesario romper con la sociedad productivista y de consumo. Redistribuir la tierra y el trabajo; reconsiderar el uso del suelo; sustraer tierra a la agricultura productivista, a la especulación inmobiliaria, al asfalto, al cemento, a la desertificación. Redistribuir el trabajo: reducción del tiempo de trabajo y supresión del paro; redistribuir los ingresos entre generaciones. Relocalizar la vida y la economía; favorecer el renacimiento de las comunidades, de los barrios, los pueblos, las colonias. Reducir los consumos de agua, electricidad, gas, gasolina, metales, madera, tierras; Reutilizar las vestimentas, los envases y en general, los instrumentos. Reciclar las edificaciones, las infraestructuras. En este círculo virtuoso es posible trabajar, para conseguir viviendas un poco mas sustentables que las que tenemos.

Podemos aventurar así una síntesis de algunos criterios generales de descrecimiento para la vivienda sustentable:

  1. Se construye con los materiales naturales que son abundantes en el territorio en cuestión y/o con materiales industriales de desecho.

  2. Se hace con procedimientos artesanales.

  3. Cuenta con la aprobación de la comunidad.

  4. Adopta las técnicas de construcción ancestrales en la región.

  5. Su diseño responde a la topología del sitio: clima, humedad, biodiversidad

El descrecimiento es más que una conducta o movilización deseable, es una obligación, si queremos recuperar el sentido de la vida.   

Miguel Valencia Mulkay

ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México

Fwd: [DESCRECIMIENTO:11574] Prohibirá ley el fracking en Alemania- ATP: asalto secreto del 1%

Prohibirá ley el fracking en Alemania
Reuters
 
Periódico La Jornada
Jueves 2 de abril de 2015, p. 25

Berlín.

El gabinete de la canciller alemana, Angela Merkel, firmó el miércoles un proyecto de ley que impone la prohibición efectiva de la controvertida técnica del fracking (fracturación hidráulica) para extraer el gas de esquisto.

Esta técnica implica inyectar sustancias químicas y agua en formaciones rocosas subterráneas para liberar el gas atrapado. En un país densamente poblado, la oposición a esta técnica es fuerte por la preocupación sobre la contaminación del agua. "Proteger la salud y el agua potable es prioritario. Por esta razón, queremos impedir el fracking lo máximo posible", señaló la ministra de Medio Ambiente, Barbara Hendricks, en conferencia de prensa.

La nueva ley, que tendrá que ser aprobada por el Parlamento, prohibirá la fracturación hidráulica en los próximos años y sólo permitirá la perforación bajo condiciones estrictas.

Una vez que las perforaciones de prueba tengan éxito y un comité especial lo apruebe, la nueva ley podría permitir el fracking comercial a partir de 2019, pero sólo en casos excepcionales.

La nueva norma permitirá la fracturación en capas más profundas o de baja permeabilidad, tecnología que se ha usado en Alemania durante décadas. Pero incluso este tipo de fracking estará sometido a normas más estrictas y a evaluaciones medioambientales, precisó Hendricks.
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ATP: asalto secreto del 1%
John Saxe-Fernández


Una de las razones por las que deben saber que el Acuerdo TransPacífico (ATP) es importante es que traten de aprobarlo sin que nadie se enterelos que apoyan (al ATP) siempre dicen que van a crear empleo. Si fuera verdad, los sindicatos estarían a favor, pero la gente que lo impulsa es la de Wall Street. Así se expresó el economista Joseph Stiglitz, luego de hacer una reflexión crítica del ATP ante un auditorio neoyorkino: alertando a organizaciones comunitarias y sindicatos, agregó que Michael Froman, el representante comercial del gobierno de EU en esas negociaciones, viene de Citibank (dueño de Banamex) y no representa a los trabajadores ni al ciudadano común, sino a un grupo de interés especial, por lo que, dice Cynthia Phinney, del Sindicato de Electricistas de Maine, "es menester la revisión y discusión parlamentaria del ATP oponiéndose a la vía rápida (fast track) llamada autorización para promover el comercio.

La vía rápida permite que Obama presente un texto al Congreso, cocinado en lo oscurito, en tiempo limitado de debate, sin modificar el articulado y con una votación en bloque, positiva o negativa. Como las negociaciones se realizan en secreto y México es parte de ellas, cabe resaltar la importancia (y a pesar de todo) exigir transparencia incluso a un gobierno tan opaco y entreguista como el del PRI: lo que están pactando con poderosas corporaciones extranjeras, a puertas bien cerradas, va mucho más allá de asuntos comerciales o de negocios. Hacen componendas con la vigencia de la Constitución, fundamento del estado de derecho en territorio nacional o lo que van dejando los neoliberales de leyes, regulaciones y directrices de corte nacional en materia laboral, ambiental, del consumidor y de arbitraje.

Documentos divulgados por Wikileaks (http://goo.gl/1zg0Q5) desde La Jornada (26/3/15) ofrecen evidencia de que, como advierten analistas varios, el ATP es un TLCAN en esteroides: concede a inversionistas privilegios y derechos por encima de las leyes –y empresas– nacionales, asentando normas y tribunales supranacionales como el centro internacional establecido por el Banco Mundial para dirimir las disputas entre inversionistas extranjeros y los estados firmantes (Icsid, siglas en inglés). Todas las ventajas jurídicas van para las corporaciones de fuera, quedando a su merced, según demuestra Manuel Pérez Rocha L., en sustancioso artículo, toda regulación de interés público que pudiera reducir sus ganancias. El mecanismo no es equitativo: Los gobiernos o las comunidades afectados por inversionistas extranjeros no pueden presentar demandas. Igualmente problemática es la frecuente opacidad en las operaciones de estos tribunales(NYT, 3/12/14). Pérez Rocha recuerda que países, de Indonesia a Perú, enfrentan juicios de las trasnacionales y que México y Canadá ya han perdido o llegado a acuerdos en cinco oportunidades cada uno, pagando cientos de millones de dólares a empresas extranjeras, sin olvidar pérdidas semejantes en Centroamérica, ni los mil 770 millones cobrados a Ecuador por cancelar un contrato a Occidental Petroleum, o los mil 600 millones a favor de Exxon que Icsid ordenó a Venezuela pagar por nacionalizar proyectos petroleros. Y aún en el Icsid hay 200 casos pendientes(Ibídem).

Los pocos documentos del ATP que conocemos, analizados por Lorry Wallach de Public Citizen, muestran que mejor prestar atención a la advertencia de Stiglitz: el secretismo es mayúsculo porque la embestida del uno por ciento es de fondo y de magnitud mayor: van por todo. Phinney revela que sólo aquellos con autorización especial pueden ver los textos y luego de revisarlos, no pueden discutir lo leído. Aún más, "la mayoría, si no es que todos, los consejeros con acceso –a los documentos– son representantes de las corporaciones. Habrá uno que otro líder sindical. Pero ni siquiera pueden discutir lo que saben con miembros de su sindicato". Peor aún "…sólo pueden ver los textos que (Froman) considere que son relevantes a su área de interés". Para Billy Engel, electricista de Nueva York, "estos tratados van a barrer con nuestras leyes…muchos derechos laborales y sindicales serán totalmente borrados de inmediato", una opinión que contrasta con la displicente postura de Paul Krugman, quien desatiende sin más el impacto del ATP en los derechos laborales (NYT, 26/3/15) aunque reconoce que el ATP no promete nada bueno para EU o el mundo.

Tal vez sea generoso asumir que esa preocupación por el mundo tiene que ver, además de los derechos del consumidor, con la campaña del cabildo fósil contra acuerdos vinculantes en materia de medio ambiente, en particular en relación con la urgente necesidad de limitar severa e inmediatamente emisiones de gases con efecto invernadero, base de las ganancias de las Exxon/Mobil de este mundo. Quizá en Krugman la palabra world refleje preocupación por la humanidad ante un planeta en colapso climático antropogénico.

jsaxef.blogspot.com

Videos en torno a la lucha contra la iniciativa de #LeyGeneraldeAguas

Videos en torno a la lucha contra la iniciativa de Ley General de Aguas

martes, 12 de mayo de 2015

El miedo a no votar.- Javier Sicilia (Proceso) #Ecomunidades

JAVIER SICILIA
2 DE MAYO DE 2015 
ANÁLISIS

MÉXICO, D.F. (Proceso).- Las condiciones para boicotear las elecciones, con el voto nulo o la no asistencia a las urnas, están dadas. Nunca como ahora, en la historia del México moderno, la simbiosis entre política y crimen, y la ausencia, por lo mismo, de una verdadera oferta política que termine con la inseguridad, la corrupción, la miseria, el crimen y la impunidad, han puesto en evidencia no sólo la ausencia del Estado, sino de un verdadero suelo democrático. No obstante, algunos sectores de la sociedad se empeñan en ir a las urnas este próximo 7 de junio.

Fuera de quienes irán por razones no ciudadanas, es decir, por las razones que han destruido la vida política: la coacción, la corrupción y el clientelismo –eso que se define como "el voto duro"–, los verdaderos ciudadanos que votarán lo harán por miedo al vacío, es decir, por el terror a aceptar que no haya nada y que debemos empezar de otra manera, casi desde cero.

No es para menos. Tomar conciencia de una realidad que es la negación del mundo estable que imaginamos, es difícil. Nunca sucede de golpe. Sino poco a poco, a pesar de los estragos. Nos cuesta trabajo aceptar que el amigo nos traicionó, que la mujer amada se acuesta con otro, que las ideas libertarias a las que un día nos entregamos eran la máscara de la tiranía, que el hijo amado no volverá a casa. También nos cuesta aceptar que nuestro país está absolutamente destrozado, que la idea que nos hicimos de la democracia –por las que tantas generaciones lucharon y entregaron sus vidas– es una simulación, y que ir a votar no es otra cosa que llevar al poder a criminales que usan nuestra ilusiones para robarnos, vender la tierra y el agua, permitir que se lleven a nuestros hijos y mantenernos sometidos a las fuerzas del miedo, la impunidad y el horror. Muy pocos se atreven a soportarlo. No bien llegan las elecciones inmediatamente, bajo los pretextos más superficiales del pensamiento político –va a ganar el voto duro del PRI, estos son menos malos que los otros, si no votamos dejaremos el poder a los peores, ¿qué va a suceder si no votamos?–, se dirigen a las urnas para, a los pocos meses, encontrase con el ahondamiento del horror.

Lo que el miedo, que construye esta ilusión democrática, no los deja ver es lo sistémico del problema: el PRI no es un partido. Es, por el contrario, una cultura delincuencial que corroyó el esqueleto político y moral de todos los partidos y de una buena parte de la nación. Cambiar a unos por otros –no hemos dejado de vivirlo sexenio tras sexenio– es repetir ese cultura sistémica y ahondar en el horror de su corrupción. Donde quiera que volvamos el rostro, los partidos políticos, sean de cualquier color, aumentan los crímenes, la impunidad, la corrupción, la represión, las mentiras, las simulaciones y los vínculos con los grupos del crimen organizado.

Sin embargo, en la ilusión, las urnas, que hacen posible esa realidad (cada atrocidad sucedida en este país desde la inexistente transición democrática ha sido sostenida y avalada por la ilusión del voto), vuelven a borrar en la imaginación los estragos, relativizándolos y reduciéndolos a un asunto que la magia de los elegidos borrará. El miedo a aceptar la realidad entrampa a la imaginación en las zonas de confort de lo ilusorio y, como todo miedo, contribuye a legitimar lo inconcebible.

Pese a eso, la realidad se repite una y otra vez. Las noticias con las que a diario nos topamos –la compra del voto, los pleitos entre partidos, los dispendios del dinero público y del crimen organizado en campañas sucias como las del Partido Verde, los asesinados y desaparecidos de todos los días, las violaciones a los derechos humanos, la incompetencia del INE, la ausencia de sentido político de los candidatos y los gobiernos, la inseguridad de cada día, los conflictos de interés, la impunidad, los colusiones de funcionarios públicos con el crimen organizado, el silenciamiento a la libertad de expresión y a la protesta, etcétera– son pruebas de la existencia de la realidad y revelaciones de la irrealidad democrática. Aceptarlo es doloroso. Pero es la única manera de rehacer el país y la vida. La democracia electoral no está en crisis. Murió hace mucho. Sólo existe en la ilusión y el miedo que se refrendan en los comicios electorales y permiten que la realidad de la devastación continúe su espantosa marcha. Ir a las urnas es volverle a entregar un cheque en blanco a esta barbarie y prolongarla en el tiempo de formas cada vez más inauditas.

La política y su fuente democrática necesitan otro lenguaje y otra forma de actuar. Pero eso sólo puede nacer de quienes han aceptado la realidad y comprenden que el lenguaje de las urnas y de las partidocracias es un idioma que perdió sus significados y sólo produce –es la ausencia del sentido– corrupción, caos y muerte. Esta experiencia es la de todos en México. Muchos, sin embargo, por miedo a aceptarla, intoxicados de ilusión, incapacitados para ver que asistimos al desmoronamiento de un mundo que necesita pensarse y rehacerse desde sus cimientos, continuarán creyendo en las elecciones como un dogma de fe e irán a ellas a votar. Entonces, como lo dijeron los zapatistas, la tormenta y la catástrofe que llegarán serán todavía peores.

Además opino que hay que respetar los Acuerdos de San Andrés, detener la guerra, liberar a José Manuel Mireles, a sus autodefensas, a Nestora Salgado, a Mario Luna y a todos los presos políticos, hacer justicia a las víctimas de la violencia, juzgar a gobernadores y funcionarios criminales, boicotear las elecciones, y devolverle su programa a Carmen Aristegui.