Votar en México, en 2015, implica legitimar, validar, al súper corrupto sistema político mexicano, a los criminales de cuello blanco que se ostentan como gobernantes, senadores, diputados y a las perversas legislaciones, códigos, institutos y tribunales electorales que ellos nos imponen, a los descomunales fraudes electorales del 2012 y 2006, a la malvada y corrupta "oposición política" que le hace el juego, le da apoyo para subsistir al podrido sistema político mexicano, a la farsa electoral de 2015 que implica gastos electorales exorbitantes y la creación del voto más caro del mundo, a la política de seguridad que provoca desde 2006 la muerte violenta de cientos de miles de personas, la desaparición forzada de decenas de miles de personas, las matanzas de Tlatlaya e Iguala, a la política económica que facilita el saqueo del petróleo, minerales , biodiversidad y otros bienes comunes y que lleva a la miseria extrema a millones de mexicanos. Implica hacerse cómplice del sometimiento del estado mexicano a gobiernos y poderes extranjeros y a la corrupción y la impunidad que aniquila a México. Hay circunstancias históricas en las que votar perjudica a la democracia y al cambio benéfico: 2015 acarrea demasiada historia de fraude electoral: el fraude que coloca a México como el histórico país del fraude electoral por excelencia; demasiada historia de mentira, engaño, burla, robo, despojo, desprecio por la mayoría de la población.
No me uno a campañas políticas impulsadas por militantes o defensores de partidos o candidaturas. No busco en estas campañas un empleo o un mejor empleo o un negocio "publico-privado".
Propongo, donde pueda, abstenerse de votar en 2015, para poder declarar publicamente con justicia que quienes resulten electos en estas elecciones ¡NO NOS REPRESENTAN! ¡SON ESPURIOS!
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Miguel Valencia
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