Alternativas frente a la negación del Desastre Climático y Ambiental del Mundo
Posición de ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca del Valle de México y de la Red en Defensa de la Ciudad de México, resultante del debate en el desayuno-conversatorio del 22 de abril, Día de la Tierra y quinto aniversario de la integración del Klimaforum10, cumbre de los pueblos, paralela a la cumbre del clima de las Naciones Unidas de 2010, en Cancún, QR, la COP-16, y de la consulta del borrador realizada entre el 24 de abril y el 5 de mayo de 2015.
¿Qué cosa o parte de la ecología o de la Tierra no ha sido contaminada, devastada, desquiciada, por la pavimentación, el bombeo de agua, la industrialización, la urbanización, la ciencia y la tecnología, el progreso, el desarrollo, el crecimiento económico? ¿Por qué el clima de la Tierra no podría ser alterado radicalmente por los gases, humos, contaminaciones, producidas por los transportes, la generación de electricidad, la gigantesca actividad ganadera, el bombeo de agua de los últimos 30 años; por la industrialización del mundo? ¿Por qué la producción descomunal de basura, residuos tóxicos o peligrosos; las colosales descargas diarias de aguas envenenadas a los ríos, humedales, lagos, lagunas, mares; las excesivas emisiones de gases y micropartículas, de los últimos 50 años no iban a desquiciar en algunas décadas los fundamentos de la vida en la Tierra y detonar el colapso ecológico mundial en el que ahora vivimos? La Tierra absorbe ahora más energía del Sol de la que devuelve al espacio. Este desequilibrio energético de la Tierra es el más grande problema que haya confrontado la especie humana. Estamos sólo al inicio de sus consecuencias, pero, todos los indicadores ambientales están en rojo: desastre climático, acelerada desaparición de especies; excesiva contaminación del aire, del agua, de los suelos; agotamiento de los regalos de la Naturaleza; muerte de los ríos, lagos, lagunas, humedales y muchas cosas más. Y no olvidemos los riesgos de las nuevas tecnologías: acumulación de desechos nucleares; contaminaciones genéticas irreversibles, la "nube" nanotecnológica.
De acuerdo con los reportes del profesor Belpomme[1] en torno a los canceres y a los análisis del profesor Narbonne, toxicólogo renombrado, el fin de la humanidad podría acaecer mucho antes de lo previsto, hacia 2060, por la esterilidad generalizada del esperma masculino bajo el efecto de los pesticidas y otros contaminantes orgánicos persistentes, COP, entre los cuales están los cancerígenos, mutagénicos, reprotoxicos, CMR. El Grupo Intergubernamental para el Cambio Climático estima que la temperatura planetaria media podría aumentar de aquí al fin del siglo un 5.8%, o sea el doble de las previsiones anteriores: unos 4 grados. El Instituto de investigación meteorológica británico estima que el aumento podría ser de 8.8 grados. La pregunta no es la de saber si la Tierra va a resentir cambios climáticos, sino hasta que temperatura se puede elevar la superficie de la Tierra sin que los equilibrios de la vida se paralicen o se desquicien. Nos deslizamos cada día con mayor rapidez hacia el precipicio, hacia la catástrofe. De acuerdo con Sir Martín Rees, titular de la cátedra de Newton en Cambridge, sólo hay un 50% de posibilidades de que la especie humana sobreviva este siglo[2]. Nos dice" La interconexión creciente de nuestro mundo es vulnerable a nuevos riesgos, "bio" "ciber", terror o error". Los países europeos requieren 3 planetas Tierra para sostener su modo de vida, los estadounidenses requieren siete planetas Tierra. Sin embargo, nuestros gobernantes aprueban la aplicación de tecnologías que dañan mucho más el clima, los acuíferos, los suelos, los ríos, como lo es el fracking para la extracción de gas y petróleo shale; están dispuestos a dejar en ruinas grandes territorios, con tal de poder ofrecer gas y petróleo barato y construir megaproyectos;a conducir a la enfermedad y la muerte temprana a cientos de millones de personas, con tal de evitar la desaparición de los pesticidas, la agroindustria, la industria automotriz, la industria eléctrica, el libre comercio; a crear guerras nucleares, biológicas, climáticas, con tal de que sobrevivan los bancos, los estados-nación, la sociedad de crecimiento. El desastre climático, que puede desencadenar terribles guerras, migraciones, hambrunas, epidemias, rebeliones, caídas de gobiernos, es la consecuencia de más de 250 años de industrialización y de desarrollo tecnocientífico.
No sólo los hermanos Koch, famosos supermillonarios, o el partido Republicano, o diversos científicos de poca relevancia internacional niegan la existencia o el origen industrial, tecnológico, del desastre climático, también lo niegan, por su conducta, sus acciones, la mayor parte de los grandes empresarios, los políticos más poderosos, y una buena parte de los académicos del mundo. No lo niegan explícitamente, lo ignoran, pues carecen de elementos científicos para negar lo que los indígenas, los campesinos y los meteorólogos descubrieron hace muchos años, por estar cercanos a los procesos de la Naturaleza; lo niegan con su rechazo a reconocer que no tiene futuro el modo de vida de los países desarrollados, especialmente el de Estados Unidos, la producción industrial del mundo y la sociedad de crecimiento. De no ser así, estaríamos ya involucrados en una movilización mundial como si la Tierra fuera invadida por extraterrestres. Sin embargo, este negacionismo de los políticos, los grandes empresarios y de buena parte de los académicos no es el único en el mundo: una buena parte de la sociedad, la más dañada por la "educación" que ofrecen las escuelas, la propaganda que difunden las televisoras y un modo de vida consumista, niega la existencia o el origen industrial del desastre climático: sueña que la tecnociencia resolverá la amenaza, no quiere aceptar que el uso del auto, del avión, del tren de alta velocidad provoca el desastre climático; no comprende que el consumo de carnes rojas es causa central del desastre climático, no quiere aceptar que aquello que llaman progreso, desarrollo, ciencia y tecnología, crecimiento económico, produce el desastre climático, el colapso del medio ambiente y la catástrofe hídrica.
El desastre climático, la catástrofe ambiental e hídrica mundiales, no son procesos aislados, sino que vienen acompañados de otras catástrofes, como la social, la económica, la política, la institucional y la cultural. Hace más de un siglo que desapareció la civilización occidental: las legislaciones del mundo hoy son más contrarias a los derechos humanos, a la democracia, a la convivencia entre los pueblos. La economía lleva a su destrucción a los valores, la democracia, los derechos, las subsistencias de la gran mayoría de la población. En la opinión mayoritaria de los más ricos del mundo, sobran las tres cuartas partes de la población humana y se aplican para que desaparezcan. El desastre ecológico mundial es sólo un reflejo del estado desastroso, miserable de las mentes de los poderosos, quienes, como Sansón, están dispuestos a morir llevándose a la muerte a todos los seres humanos. Un ambiente de enfermedad y muerte invade al mundo como consecuencia de la fundación de los bancos hace más de 800 años, de la creación de la propiedad privada de la tierra y de la creación del empleo, de las llamadas falsas mercancías, según Karl Polanyi.
La colonización de las mentes por las ideas de la economía- el concepto de la escasez- impide ahora la movilización general del mundo en la defensa del clima, del medio ambiente y de las fuentes del agua limpia. La percepción de la escasez en la que hemos sido educados desde la infancia, preside la vida diaria de las mentes más influyentes del mundo; por todos lados vemos escaseces y valoramos mucho las ambiciones económicas, el tener o poseer más, más grande, más rápido; aceptamos colocar a la productividad de las empresas por encima de la productividad de la Sociedad y de la Naturaleza; miramos sin sobresaltos las grandes talas de árboles, para construir trenes, carreteras, centros comerciales; aprobamos que los gobiernos tengan como objetivo principal el crecimiento económico. Y despreciamos lo que no es escaso, por lo que llegamos al absurdo de convertir al agua y el aire limpios en mercancía. A todo queremos ponerle precio, para darle valor. Hemos aprendido desde hace décadas a ignorar la desaparición de decenas de miles de especies vegetales y animales; a tolerar la contaminación de mares, ríos, lagos, lagunas, humedales; a ver con indiferencia la eliminación de los bosques y selvas, la producción de millones de toneladas diarias de basura y de cientos de toneladas diarias de residuos tóxicos y peligrosos. Hemos aprendido a despreciar la pérdida de convivencia derivada del uso del celular, el auto, el empleo, la urbanización, la industrialización de la vida.
A lo largo de cuatro siglos, el pensamiento económico, la economía, se convierte en una religión que toma el control de las mentes dominantes del mundo y desplaza y degrada a todas las demás religiones. La economía de la ciudad, del país, del mundo, creada por los seres humanos, escapa desde hace siglos del control de la sociedad y se mueve cada día con más autonomía, como un autómata que impone sus caprichos a la humanidad: aquellos que se "benefician" con su operación pierden contacto con la realidad y al igual que un copiloto depresivo, llevan a una muerte atroz a decenas o cientos de millones de personas, ya sea por medio de guerras o por medio del consumo de alimentos industrializados. El famoso 1% de la población que tiene el control del mundo no tiene la intención de hacer cambio alguno en la ruta hacia el Apocalipsis. No podemos esperar de ellos alguna acción que no sea de muerte y destrucción.
En 2010, gracias al encargo del comité organizador del Klimaforum09, cumbre de los pueblos realizada en Copenhague durante la cumbre del clima de las Naciones Unidas la COP-15, organizamos el Klimaforum10 de Cancún, con base en una plataforma política sometida a consenso que finalmente quedó así:
1) El cambio climático es un eufemismo gubernamental, la realidad es que existe un desastre climático.
2) No hay solución tecnológica para el desastre climático; los gobiernos y las grandes empresas sólo pueden ofrecerFalsas Soluciones a este predicamento. Es necesario cambiar la visión del mundo, descolonizar el imaginario social de las ideas de la escasez y la economía.
3) No hay solución estatal, gubernamental, para el desastre climático, sólo los pueblos, los ejidos, los barrios, las colonias pueden ofrecer las soluciones que requiere su historia y topología.
4) Reducción radical del consumo de los poderosos y de la producción industrial; eliminación del modo de vida de los países desarrollados, especialmente de EU.
5) Dejar bajo tierra el petróleo, el gas, el carbón y otros regalos de la Naturaleza.
6) Desnuclearizar el mundo.
7) Apoyar el desarrollo de pequeñas soluciones al desastre climático que den prioridad a lograr un muy bajo consumo de electricidad, gas, gasolina; que tengan alto contenido artesanal; que garanticen la subsistencia de los más vulnerables; que fortalezcan a la comunidad territorial donde se aplican; que sean críticas del mundo industrial y consumista moderno.
En noviembre-diciembre de 2015 tendrá lugar la mega cumbre del clima, la COP-21 de Paris en la que algunos gobiernos esperan se den acuerdos significativos relacionados con la reducción de las emisiones que afectan el clima de la Tierra. La mayor parte de los científicos del mundo exigen estos acuerdos que ahora pueden ser ya muy pequeños y muy tardíos. No hay hasta el momento indicio alguno de que realmente se puedan conseguir estos acuerdos. Todas las cumbres del clima han sido decepcionantes por la intervención perversa de los gobiernos poderosos encabezados por el gobierno de EU. En cambio estos gobiernos realizan grandes esfuerzos de mercadotecnia política para aparentar que están muy preocupados por el desastre climático. Inventan conceptos de fantasía como la economía verde, el crecimiento verde, precedidos por otros creados previamente, como lascompensaciones,(offsets), los mecanismos de desarrollo limpio, los REDD plus o reducciones de emisiones por deforestación y degradación, el desarrollo sustentable, la ecoeficiencia, conceptos que han servido para maquillar de verde a los esfuerzos gubernamentales y empresariales, pero que no tienen efecto significativo en la contención de la guerra contra el clima de la Tierra y contra los pobres, conducida por los banqueros y los políticos. Literalmente, los esfuerzos gubernamentales y empresariales para enfrentar el desastre climático, ambiental e hídrico son hasta la fecha un engaño, no sirven sino para fingir que se hace algo.
No es posible lograr avance alguno en los asuntos climáticos, ambientales e hídricos sin la necesaria descolonización del imaginario social, sin el abandono de la religión de la economía que se traduce en el rechazo al culto a la ciencia y la tecnología, a la tecnociencia que producen las grandes organizaciones publico-privadas, a la tecnología que destruye la relación entre las personas; que se traduce en la resistencia a la pavimentación, la industrialización y el crecimiento económico; en la denuncia de la productividad y la competitividad empresarial; en el reconocimiento del potencial de los pueblos, las comunidades en la solución de sus problemas sin la intervención de los gobiernos nacionales. En el rechazo a la escolarización, las certificaciones y los servicios mercantilizados. La descolonización del imaginario implica entender que el imaginario dominante es sistémico, lo que significa que los valores actuales son suscitados, estimulados, por el sistema económico y que en contrapartida refuerzan al mismo sistema. La clave está en cuestionar lo que está detrás del sistema económico, como la concepción del tiempo, del espacio, de la vida, de la muerte. Paul Aries, gran teórico del descrecimiento dice El discurso del crecimiento se fundamenta en el engrandecimiento del espacio como condición de su banalización mercantilista" Según la fórmula de Jacques Ellul , "la contracción del espacio preludia su intensificación humana". Es necesario un descentramiento cognitivo: la desconstrucción del progreso y el progresismo; entender lo que perdemos con el progreso y el desarrollo, en breve, repensar la idea de educación. El descrecimiento propone líneas de trabajo que favorecen este cambio de actitud: la revalorización de las relaciones humanas y nuestra relación con la Naturaleza; la reconceptualización de la riqueza y la pobreza; la restructuración de las relaciones económicas, la redistribución de la riqueza y el trabajo, la relocalización de la vida y la economía( consumir lo que se produce en la cercanía, producir lo que se consume en la cercanía), la reducción radical de nuestros tiempos de trabajo y consumos de agua, energía, metales; la reutilización de los objetos; el reciclamiento de edificaciones, equipos, instrumentos. Cambios de mentalidad y de modo de vida.
México, DF 26 de mayo de 2015
ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México: Adriana Matalonga, Edith Gutiérrez; Gustavo Romero; José Ignacio Félix Díaz; Mauricio Villegas; Rodolfo Buentello
Red en Defensa de la Ciudad de México.- Adriana Gómez, Ana María Yustis, David Jiménez, Edgardo Mota, Eduardo Farah, Gabriela Vega, Gabriel Valencia, Guadalupe Tron, Heriberto Salas, Patricia Carrera, Ricardo Zuñiga.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario