La Apuesta por el Descrecimiento- Otra visión de la economía.
Por Miguel Valencia Mulkay de ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México.
Desde Tokio, Roberto González Amador de la sección economía de La Jornada, cubre la asamblea anual del FMI en octubre pasado y nos informa lo siguiente: "La economía mundial se mueve a un ritmo "menor al previsto" que afecta regiones que hasta hace unos meses tenían buen ritmo de crecimiento, mientras que el desempleo global llegó a un punto que "es aterrador y no aceptable", afirmó Christine Lagarde, directora gerente del Banco Mundial. Mientras tanto el presidente del Banco Mundial Jim Yong Kim, advirtió sobre la necesidad de acciones para que el crecimiento económico de los últimos cinco años en Latinoamérica, África y Asia "no se destruya por el empeoramiento de la situación". El aletargamiento de la actividad económica en el mundo se extendió desde los países avanzados a las naciones en desarrollo ". Hay un efecto de propagación" advirtió Lagarde, "Existen riesgos extremos que pueden ocurrir", agregó. Jim Yong Kim, un científico de formación, dijo "estar sorprendido" por el hecho de que en los últimos meses los datos sobre agravamiento del cambio climático "se han vuelto alarmantes. Cosas que pensábamos que iban a ocurrir en algunos años como el aumento de la temperatura están ocurriendo ya" aseguró. La reciente sequía, que elevó el precio de los alimentos y provocó un aumento de la pobreza en el mundo, fue resultado de esa alteración climática, dijo. "Este cambio es real. Desde el punto de vista científico es alarmante la unanimidad de los científicos respecto a esto. Debemos encontrar maneras de afrontar y hacer esfuerzos posibles para la mitigación del cambio climático", afirmó. La "primera prioridad" de los gobiernos y organismos internacionales es superar la crisis y restablecer el crecimiento, especialmente para poner fin al flagelo del desempleo" dijo Lagarde. Los países desarrollados deben cambiar el foco de sus políticas de la reducción del déficit fiscal y la devaluación interna para restablecer el crecimiento porque es la única manera en que se puede evitar la recurrencia de una crisis financiera y fiscal, sostuvo en ese mismo foro Supachai Panitchpakdi, secretario general de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, UNCTAD.
En otras noticias en la misma sección de La Jornada encontramos las siguientes: Hay 30 millones de desempleados más que cuando estalló la crisis hace 4 años, dice la OIT. Se elevará a 207 millones los desempleados en el mundo y a 900 millones en la pobreza a pesar de tener trabajo. Pese a exportaciones record persiste la desaceleración de la economía china. Con Calderón se importaron alimentos por más de 60,000 millones de dólares; cayó 14% el ingreso de las familias y la población pobre aumentó 30%. Un monto sin precedente 3,133 millones de pesos para el desarrollo de gas shale, dice el Fondo Sectorial Conacyt- Sener.
¿Es el crecimiento la única salida a una crisis de crecimiento?
Esta pregunta ya fue establecida por el sociólogo quebequense Jackes Godbout en 1987 en su libro La democratie des usagers. ¡Afirmativo!, responde el piro maniaco mayor, George W Bush en sus votos de año nuevo 2006, cuando clama a manera de hechizo¡Crecimiento! ¡Crecimiento! ¡Crecimiento!. Previamente había dicho en 2002 "En tanto que es la llave del progreso ambiental, porqueproporciona los recursos que permiten las inversiones en tecnologías limpias, el crecimiento es la solución y no el problema". "Es evidente, según dice el economista Wilfred Beckerman en su artículo Economic Growth and the environment, en World Development , 1992,que si bien el crecimiento económico conduce habitualmente a daños ambientales en un primer tiempo, al final, la mejor-y probablemente la única- forma de tener un ambiente sano en la mayor parte de los países es la de enriquecerse".
Esta posición "pro crecimiento" es plenamente compartida por los poderosos del mundo, como lo confirmamos en todas las grandes cumbres mundiales, tal como la asamblea del FMI de octubre pasado. Todos los partidos de izquierda o de derecha participan de este consenso mundial: el crecimiento económico es según ellos la mejor respuesta a todos los problemas de las sociedades modernas. Imbuidos de esta nueva Fe, de esta nueva religión, los más influyentes políticos, empresarios y académicos del mundo ponen sus mejores empeños cotidianos en realizar acciones que puedan aumentar el crecimiento económico del mundo o de su país, a pesar de que no hay evidencia alguna que demuestre que en los últimos 60 años el crecimiento económico haya, en el balance histórico, beneficiado a la humanidad en su conjunto o siquiera a las sociedades desarrolladas que lo impulsan. Veamos los últimos 30 años.
¿Ha servido el crecimiento económico para reducir la devastación ambiental o los riesgos climáticos en los últimos 30 años?
En las últimas tres décadas, no sólo se han deteriorado los mares, ríos, lagos, lagunas, manglares, humedales, como nunca antes en la historia humana, también lo han sido los acuíferos, los glaciares, las selvas, los bosques. La biodiversidad tiene un pérdida que se ha acelerado en este periodo a un ritmo de 1,000 a 30,000 veces superior a las hecatombes de los tiempos geológicos pasados (Francois Ramade, Le Grand Masacre. L'Avenir des especes vivants. 1999). Mil trescientos expertos internacionales publican en 2005 un informe bajo la égida de la Naciones Unidas que confirma lo que ya sabíamos: que más del 65% de los ecosistemas del mundo están severamente afectados (Paul Aries). En el mundo, una gran parte de los ecosistemas de los cuales vivimos está al filo del colapso. El informe del Dr. Dominique Belpomme, (Las enfermedades creadas por el hombre) que atribuye los canceres a las contaminaciones y del profesor Narbonne, toxicólogo renombrado, señala que el fin de la humanidad llegará más pronto, hacia 2060, por la esterilidad generalizada del esperma masculino bajo el efecto de los pesticidas y otro productos orgánicos persistentes, de los cuales los CMR- cancerígenos, mutagénicos y reprotóxicos, con muchos son los más dañinos. Podríamos continuar con una larga lista de los desastres ambientales de los últimos 30 años que establecieron marcas históricas de categoría mundial, en los temas de energía, agua y residuos. En el tema energético, por ejemplo, la podíamos empezar con los desastres nucleares de Fukushima y Chernobyl, el reciente derrame petrolero de la plataforma Deepwater Horizon en el Golfo de México, la muerte de la cuenca del Río Athabasca en Alberta Canadá, debido a la extracción de petróleo de las arenas bituminosas (Ver H2Oil), los daños en el Amazonas del Ecuador por la extracción petrolera, el aumento del hambre en el mundo por la producción de agrocombustibles, mal llamados biocombustibles, la aceleración del cambio climático por las fugas de metano en el Ártico y las producidas por la extracción gas shale con técnicas de fracking.
En el tema del agua podríamos crear otra larga lista de desastres y empezarla, por ejemplo, con la muerte de los mares y los ríos del mundo, debido a las descargas de los drenajes urbanos e industriales, a la basura que se tira en ellos; con el agotamiento de los acuíferos del mundo por la sobrexplotación. En el tema de los residuos podríamos también hacer otra larga lista y empezarla, por ejemplo, con los "sarcófagos nucleares" que se guardan en muchas centrales nucleares en pisos elevados y que fueron despedazados en Fukushima, los "mares de plástico" que flotan en los océanos, o las catástrofes ambientales en Somalia y otros países africanos que se han vuelto sumideros de la basura de los países desarrollados. Ni que decir que en México los desastres ecológicos se han multiplicado en los últimos 30 años debido al profundo desprecio que tienen PEMEX, la CFE y las grandes empresas privadas generadoras de electricidad y otras; la industria en general ha contribuido mucho, como es el caso de Leche Lala en La Laguna, la industria del El Salto, Jalisco, o del río Atoyac en Puebla o el complejo Altamira en Tamaulipas. La desaparición de más de la mitad de los manglares de nuestras costas debido a megaproyectos turísticos.
Por otra parte, existen dos casos paradigmáticos de la devastación de los dones de la Naturaleza engendrados por el crecimiento económico de los últimos 60 años: el Cambio o Desorden Climático y el Final del Petróleo Barato, o Entrada en la Era del Petróleo Extremo o de Alto Riesgo, o Peak Oil, o Petrocolapso, o Era de los Tres Dígitos (más de 100 dólares el barril), como se le conoce mundialmente a este parteaguas energético. Confirman que ya estamos en este trance histórico o umbral petrolero: La guerra de 2003-2005, para controlar el petróleo de Irak; el relanzamiento de la energía nuclear con Obama; las grandes inversiones que se proyectan en la extracción de petróleo en aguas profundas y en santuarios naturales, como el Ártico, el Amazonas, las costas de California; la emergencia de Canadá, como la nueva Arabia Saudita; la construcción del gran oleoducto Keystone X para traer el petróleo de arenas bituminosas de Alberta, Canadá, a las costas del Golfo de México; la ingente producción de agrocombustibles; los ambiciosos proyectos para extraer gas shale o gas de esquisto o pizarra, por medio de fracking en EUA y muchos otros países incluyendo a México; la expansión de la industria eólica y solar. La gran crisis financiera de 2008 se produce días después de un record histórico en los precios del petróleo. Tan pronto sube la economía, el precio del petróleo se dispara y cae la economía.
Climate Progress nos dice: septiembre pasado ha sido el mes más caliente en la historia de los meses de septiembre. Virtualmente, ya no hay duda en el mundo científico de la existencia del cambio climático, de su origen antropogénico y de que puede ocasionar cambios abruptos e irreversibles y acelerarse en los próximos años. De acuerdo con el Cuarto Informe del Grupo de Expertos Gubernamental sobre el Clima de 2007 y su actualización de 2009, sabemos ya que rebasaremos los dos grados centígrados de aumento de la temperatura antes del fin de este siglo; un umbral catastrófico que significa muchas importantes zonas costeras bajo el agua, centenas o miles de millones de refugiados ambientales, muy graves problemas alimentarios, una gran penuria de agua potable, epidemias y pandemias; la desaparición de los corales. Las muy tardías palabras del presidente del Banco Mundial en la reciente asamblea del FMI en Tokyo, confirman lo que nos informaban muchos científicos hace más de 20 años. Tenemos ya encima el mayor predicamento que haya enfrentado la humanidad: el Cambio Climático, creado por el crecimiento económico del Siglo XX. No obstante, el Banco Mundial, con los gobiernos poderosos del mundo han hecho fracasar desde 1992 todos los intentos para tomar acciones efectivas para mitigar el cambio climático en las cumbres mundiales, en cambio, eso sí, han impuesto en ellas, sobre todo desde 2009 en Copenhague, muchas Falsas Soluciones a este predicamento; EUA ha realizado su mejor esfuerzo para negar la realidad o la magnitud de esta terrible amenaza que puede acabar con la humanidad en este siglo. En EUA se localiza el epicentro del desastre climático.
El crecimiento económico ha sido defendido en los últimos 30 años por encima de cualquier consideración ecológica y de respeto a las futuras generaciones; para relanzar el crecimiento económico, en los 70 se modifican radicalmente las políticas económicas para detonar una explotación mucho mayor de la naturaleza y de la fuerza de trabajo: inicia el neoliberalismo, para hacer esta tarea; se introdujeron desde entonces programas y proyectos de mucho mayor riesgo e impacto ambiental y tecnologías, como la nuclear, los transgénicos, la nanotecnología, los Mecanismos de Desarrollo Limpio, los offsets, los megaproyectos y los acuerdos de libre comercio que han acelerado la crisis climática y ambiental. Después de la crisis financiera de 2008, se ha buscado también relanzar el crecimiento económico con la radicalización del neoliberalismo dominante: la eliminación de cualquier protección ambiental o climática, como lo revelan los nuevos proyectos nucleares, petroleros, mineros, agrícolas, turísticos, urbanos. Todo indica que el crecimiento económico que se instrumenta en estos días puede ser terminal. El científico mayor de la Gran Bretaña, Martin Rees, titular de la cátedra de Newton en Cambridge, concede sólo un 50% de probabilidades a la sobrevivencia del ser humano en este siglo debido a las nuevas tecnologías.
¿Ha servido el crecimiento económico para reducir la pobreza, las injusticias y el bienestar o fortalecer los valores espirituales que permiten la Paz y la Buena Vida?
Como sucede en los asuntos ecológicos, el crecimiento económico de los últimos 30 años, ha sido enemigo de los pobres, de la justicia y del bienestar social, así como un eficaz destructor de los valores y las mentes de los seres humanos. Podríamos hacer largas listas de las calamidades sociales generadas por el crecimiento económico, pero sólo señalaré algunos datos anteriores a la crisis económica desatada en 2008, ya que están a la vista los daños ocasionados por esta crisis en Europa, EUA y otros países. Sólo digamos que en los últimos 30 años se han casi cuadruplicado las diferencias entre los más pobres y los más ricos, y contamos ahora con aproximadamente 1, 500 millones de personas que viven con menos de un dólar diario y cerca de 3,500 millones de personas que viven con menos de dos dólares diarios, mientras los poderosos gastan un millón doscientos mil millones ( 1.2 billones) de dólares al año en armamento; más de mil millones de personas no tienen acceso al agua potable o sufren desnutrición; el 1% de los más ricos tiene ingresos iguales a los ingresos del 66% de los más pobres. Tres familias de las más ricas del planeta tienen un ingreso superior al PIB total de más de 50 países más pobres; mas de 70 países son más pobres ahora que en 1990. Se han quintuplicado las personas en prisión en los países de la OCDE. Las vacas que se comen en los países desarrollados reciben más de dos dólares diarios de subsidios equivalente al ingreso de más de 3,000 millones de personas. No cesan de aumentar en el mundo los indocumentados, los sin techo, los sin derechos, los sin empleo, los sin estudios. El crecimiento económico es un proceso generador de males sociales, de anomia: la maquina económica que produce la riqueza es la misma que produce la pobreza y la miseria; la economía de mercado es un juego suma cero: lo que unos ganan es lo que pierden los otros. La colocación de varios súper millonarios en las listas de la revista Forbes coincidió exactamente con los años 80-90 en los que fueron lanzados a la miseria muchos millones de mexicanos. No hay manera de reducir la miseria sin reducir la riqueza extrema.
El colapso de la persona humana ocasionado por la sociedad de crecimiento es la acusación más grave que se le puede hacer. ¿Cómo volverse humano en un mundo devastado por la injusticia social y la contaminación? La pérdida de los sentidos, de la sensibilidad, en las sociedades de crecimiento conduce a la proliferación de sujetos frustrados que fácilmente se inclinan por las soluciones autoritarias que propician el florecimiento de los integrismos sectarios, religiosos, políticos y económicos. El totalitarismo económico requiere individuos totalitarios. El individuo capitalista no es solamente el homo economicus calculador, inclusive calculador en el aspecto sentimental, es también un hombre maquinal que funciona como un engranaje del Sistema que reduce su conciencia a sus actos profesionales y a sus sueños de posesión. El hombre capitalista está enfermo físicamente y moralmente; la obesidad rampante en EUA y en el mundo no sólo refleja el desastre alimentario creado por el crecimiento económico también simboliza la bulimia del hombre creado por la sociedad consumista. Atragantada de productos químicos, medicamentos, alimentos y diversiones basura, la sociedad económica multiplica las depresiones, los desordenes bipolares, las angustias, la esquizofrenia, las sicosis, la toxicomanía (drogas, juegos de azar y de dinero), el stress, los desordenes alimentarios, las sociopatías (automutilaciones, déficits de atención con o sin hiperactividad, fobias), conductas de riesgo, deportes extremos, etc. Los médicos del trabajo estiman que el costo del stress en Francia es cercano al 3% del PIB de Francia, según Margot Wallstrom de la Comisión Europea, que advierte en que los miembros de esta unión pierden 600 millones de días de trabajo como consecuencia de las enfermedades ligadas al stress.
Se requieren descomunales cantidades de drogas para soportar el excesivo stress engendrado por las condiciones de trabajo, los transportes, el medio ambiente de la sociedad de crecimiento y para poder crecer aún más. Durkheim denuncia la idea utilitarista de que la felicidad consiste en una continua marcha hacia adelante del deseo de un objeto a otro y la toma del primero no es sino el camino que conduce al segundo objeto; para él, tal felicidad no está alejada de la anomia, es decir: el mal funcionamiento social y el suicidio. Según la OMS, la cifra anual de suicidios llega al millón de personas en el mundo en 2006, muy lejos de los homicidios (500,000) y las víctimas de guerra (250,000). La OCDE estima que en los últimos 30 años la tasa de suicidios ha aumentado en promedio al 10% anual. La escuela se ha vuelto uno de los lugares más violentos y agresivos en los países desarrollados; la violencia contra los niños se ha duplicado en sólo diez años; la sociedad entera se vuelve más violenta a través de su estilo de vida, sus fantasmas, su ideología y por la violación de la intimidad que ella misma organiza. En los países desarrollados, las violencias domesticas se convierten en la primera causa de la muerte de mujeres entre 15 y 44 años, muy por arriba del cáncer y los accidentes de tránsito; una mujer es asesinada en Francia por su conyugue cada semana (Paul Aries). La sociedad de crecimiento destruye la vida de los pueblos indígenas y sus culturas; multiplica los genocidios y los etnocidios. Se dispara la crisis del lenguaje, cada año se utilizan menos palabras; muere la identidad cultural: se pierden las referencias y el sentido de los límites. El mundo se hunde en Vida Liquida de la que habla Zygmut Bauman. En el altar del crecimiento económico, las personas sacrifican hoy en día porciones muy significativas de su vida familiar, social e íntima. La miseria moral de los más ricos, si bien disfrazada por bellos ornamentos, y que por lo mismo es menos visible en el exterior, es paradójicamente más perniciosa que la que golpea a los indigentes y a los peores criminales. La riqueza extrema carece frecuentemente de clarividencia, virtud, solidaridad, sentido de justicia social o compasión: mueren, según Hervé Martin de "tristeza del alma". Según Latouche, en EUA, la proporción de personas en la soledad ha pasado del 17% al 28% y nos dice "en una sociedad que hace de la vida un combate y de la muerte un fracaso, el remedio a la depresión síquica es la excitación cuyo mejor ejemplo es la especulación bursátil".
El crecimiento económico de las últimas tres décadas ha sido catastrófico para la felicidad y el bienestar de todo mundo ya que ha elevado mucho los riesgos de guerra, inseguridad, hambre, enfermedad; ha agudizado las angustias, tensiones, injusticias, ignorancia y sobretodo la violencia; ha creado sistemas, tecnologías, conceptos, estructuras que convierten en objetos o esclavos a la gran mayoría de la población humana; ha creado imaginarios chatarra que degradan los potenciales del ser humano; ha provocado el colapso mental y físico de la persona humana. La sociedad de crecimiento no es sostenible bajo ningún concepto.
¿Por qué ha sido tan destructivo el crecimiento económico de los últimos 30 años?
Hacia la mitad de la década de los 70 terminan los llamados Treinta Años Gloriosos en los que el crecimiento económico de la posguerra consiguió deslumbrar al mundo; habían iniciado con la muerte del Imperio Británico y el comienzo del predominio estadounidense en los asuntos mundiales. En 1949, el presidente Truman, en su mensaje a la Unión, lanza al mundo la doctrina del desarrollo, como un proceso económico y político en el que todos los países del mundo deben tratar de imitar y acercarse a los estilos de vida, las instituciones y las políticas de los países poderosos: en esa fecha el mundo no occidentalizado queda devaluado al ser calificado de subdesarrollado. Inician las nefastas décadas por el desarrollo en las que se impone la doctrina desarrollista: más carreteras; más extracción de petróleo y generación de electricidad; más producción de autos y electrodomésticos; más escuelas, clínicas y hospitales. Nace en esos días la sociedad de consumo apoyada en la mercadotecnia, el crédito al consumo y la obsolescencia programada que años después se convertirían en armas de destrucción masiva de la ecología y de las mentes de grandes sectores de la sociedad; este deslizamiento epistémico conduce en los 70 a unos años desagradables en los que el petróleo se hace radicalmente más caro, despunta el desempleo, inician los rendimientos decrecientes de las empresas, llega a su cenit la producción de petróleo en EUA, esplende Japón. Los Treinta Años Gloriosos sentaron las bases del desastre ecológico, climático y social que hemos vivido los últimos 30 años.
Termina primera parte de la ponencia.