viernes, 28 de octubre de 2011

Los Dones de la Naturaleza y el Festival Internacional Cervantino Callejero de CLETA


Los Dones de la Naturaleza y el Festival Internacional Cervantino Callejero de CLETA
Después de muchos años de llamar "Recursos Naturales" al petróleo, al oro, la plata, las selvas, los bosques, los lagos, los humedales, los animales, los freáticos, etc.,  por fin el gobierno mexicano acepta utilizar la expresión "Los Dones de la Naturaleza", como tema del Cervantino de este año. Algún efecto han tenido las campañas ecologistas de los últimos 40 años.  No obstante, muy poca consecuencia ha tenido este tema en la ejecución de este Festival Internacional de 2011 que otra vez se muestra como una gran orgía turística enemiga de los Dones de la Naturaleza.  El turismo, así como su nueva expresión, el "ecoturismo", no pueden evitar la depredación intensiva que realizan de los regalos que nos hace la Pacha Mama.
El FIC oficial ha conseguido la híper mercantilización de la iniciativa del maestro Enrique Ruelas, creador de los antiguos "Entremeses Cervantinos"  iniciados hace más de medio siglo; el festival es hoy en día un gran negocio a costa del arte, la Naturaleza y la buena vida de los guanajuatenses. CONACULTA gasta unos ciento cuarenta millones de pesos para traer a gran costo un conjunto de artistas principalmente internacionales, algunos buenos y otros muchos de discutible calidad, adoradores de la tecnología.  Desde hace 37 años el grupo artístico CLETA ha reivindicado la expresión artística popular autónoma frente a la expresión elitista de la cultura que promueven los gobiernos en el Cervantino. Fueron ellos los primeros en ocupar las plazas y las calles de esa vieja ciudad colonial para realizar sus actos artísticos; crearon el Cervantino Callejero que luego fue recuperado por  CONACULTA y otros grupos artísticos que ahora siguen el camino trazado por CLETA. Esta expresión de la resistencia social implica desde entonces  una batalla anual por ganar las plazas, calles y lugares más atractivos de esa ciudad; es un juego del gato y el ratón en el cual la burocracia juega a que permite y luego tiene que impedir el uso de esos lugares. En este festival, CLETA tiene que adaptar cada hora sus programas artísticos a los caprichos gubernamentales, pero cuenta con el apoyo de ciertos vecinos y comerciantes que simpatizan con ellos. A pesar de los muchos obstáculos creados por las autoridades,  los más de 250 artistas que lleva CLETA a esa ciudad en este año, encuentran tiempos para ejecutar sus actos en las bellas placitas de San Roque, San Fernando y otros lugares como el Pípila o la Alhóndiga. Cierto público callejero reconoce esta actividad, asiste en gran número y coopera con cierta generosidad al pago de los gastos de estos artistas populares; reconocen, como dice CLETA que "no es lo mismo que lo mesmo".
CLETA abrió la Alhondiga a la expresión artística callejera hace muchos años, pero el gobierno la ocupó posteriormente con sus espectáculos, primero gratuitos, y ahora cada día mas caros. La privatización de los lugares públicos va en aumento en Guanajuato. Los grandes empresarios y los gobiernos  siguen los pasos a los jóvenes creativos que realizan actividades alternativas, para recuperarlas como grandes negocios, como sucedió con las antiguas playas y lugares frecuentados por los hippies.  La idea de los "pueblos mágicos" ha implicado una enorme depredación de las culturas y la Naturaleza.  Guanajuato está ahora saturada de túneles que permiten su mayor explotación turística. No obstante, los congestionamientos de autos en las viejas calles del centro histórico, confirman  la fuerza política del Volante que impide resolver mínimamente el grave problema de la movilidad urbana en las viejas ciudades coloniales mexicanas. 
Sin dinero oficial, ni privado, CLETA funciona con grandes limitaciones económicas, pero con gran  autonomía, lograda por medio de las aportaciones de su público y la cooperación de los artistas de México y de varios países que integran a esta iniciativa sus espectáculos de gran calidad artística; con muy escasa utilización de instrumentos logran sacar adelante un arte popular. Además, algo increíble: realizan decenas de presentaciones artísticas adicionales en las escuelas de muchas comunidades del estado de Guanajuato, con el apoyo de padres y maestros de los niños en estas escuelas: llevan el Cervantino a los pobres que no pueden viajar a esta opulenta ciudad turística. Todos los días por la mañana realizan reuniones de coordinación de su trabajo y establecen reglas para el alojamiento en su hospedaje particular. La cooperación, la ayuda mutua y la disciplina resultan de la mayor importancia para lograr su cometido. Enrique Cisneros es un gran experto en conciliar toda clase de opiniones divergentes; es un muy experimentado  luchador social que ha conseguido llevar a la práctica una magnífica forma de resistencia  frente al Sistema; CLETA es toda una escuela de autonomía y autogestión.
Como lo he podido confirmar en otras ocasiones, el descrecimiento fue el tema que más llamó la atención de los artistas de CLETA y también, de los asistentes a mis pláticas junto a una antigua fuente en la amena placita de San Fernando. Sentados en  los banquitos de plástico de CLETA, más de cien personas de diversas clases sociales  escuchaban con interés cada plática sobre el cambio climático, la violencia, el desempleo, la tiranía de la economía y las amenazas  que enfrentamos por el crecimiento económico. Al término de esas pláticas seguían otras pláticas con aquellos muy interesados en estos temas; la alternancia de prosa y verso, arte y conversación ecologista parece haber resultado en un feliz arreglo que podría tener continuidad en otras circunstancias. Arte y ecologismo pueden llegar a ser una gran pareja en México.  

Miguel Valencia
ECOMUNIDADES

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