Estimados compañeros de Descrecimiento, EDENAT y grupos amigos:
queremos enviar esta carta al movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y a Javier Sicilia, por lo que solicitamos sus observaciones, comentarios y en si es el caso su interés en suscribirla.
¡JUSTICIA YA! ¡ACCIONES NACIONALES YA!
La extrema violencia que se ha expandido en México en los últimos años, no sólo contra los niños, mujeres, discapacitados, jóvenes, indígenas, campesinos, trabajadores y ciudadanos en general, sino contra la fauna, la flora, los ríos, los mares, los lagos, los humedales, los manglares, entre otros dones de la naturaleza, nos ha impulsado a unirnos al Movimiento de Javier Sicilia, y a participar en las marchas del 6 de abril y del 8 de mayo; tenemos una gran aprecio por su poesía y sus grandes virtudes; además, compartimos la admiración por el pensamiento de Ivan Illich y la amistad de Jean Robert. Nos resulta intolerable tanta violación a la ley, corrupción e impunidad como la que hemos sido testigos en los últimos años.
En este movimiento percibimos un intenso clamor por la justicia, atropellada como nunca en la historia reciente de México; por una justicia que, para ser real, debe ser obtenida en un tiempo justo, no en un incierto o lejano futuro. Consideramos necesario, entonces, resumir la demanda que percibimos en las marchas y en las bases de este movimiento, y que nos parece más justa y necesaria: La Dimisión y enjuiciamiento a Felipe Calderón, principal responsable de este estado de cosas, sustentado en la misma Constitución Política de México.
Esta demanda es a nuestro parecer, la única que puede hacer justicia a los muertos y a las víctimas de la violencia que hemos padecido y marcar un cambio de rumbo en el país. Cualquier otra exigencia nos parece que debilitaría a este movimiento y a su demanda urgente de justicia. En muchas ocasiones los afectados (Martí, Sicilia y otros) han exclamado- ¡Si no pueden renuncien! Está demostrado que Felipe Calderón no puede porque no quiere abandonar los objetivos inconfesables que se ha planteado a sí mismo: no le interesa entender a los ciudadanos. Está demostrada su contumacia y obsesión por las políticas de seguridad que ha adoptado desde hace algunos años. No hay nada que ganar para la justicia y para el movimiento por el diferimiento de esta demanda central.
A esta demanda, añadiríamos dos demandas de carácter secundario, por el momento:
· La renuncia de Enrique Peña Nieto a la precandidatura a la presidencia de la República, en virtud de su interés manifiesto de continuar una política de seguridad militarizada, bastante similar a la de Felipe Calderón.
· La suspensión de las relaciones diplomáticas y los acuerdos de comercio entre México y EUA.
Desde luego, la dimisión de Felipe Calderón no se conseguirá con una simple declaración que exija su dimisión, así sea con el apoyo de cientos de miles de firmas; no será fácil conseguir el cumplimiento de esta demanda, habrá que realizar acciones nacionales de gran peso, consensuadas en miles de localidades de México; en las plazas, jardines, parques u otros lugares públicos deberán discutirse estas demandas y las formas para lograrlo. Los ciudadanos que apoyan el movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad son los que deben adoptar las decisiones más importantes de este movimiento en las reuniones en sus comunidades territoriales. Involucrar a los ciudadanos evitará el desgaste y desaliento.
Estimamos que las acciones nacionales de este movimiento las deben ejecutar aquellos que las discuten localmente en lugares públicos; sugerimos que estas acciones nacionales sean en un inicio semanales; en días y horas de trabajo; incluir al menos 15 minutos de silencio y ser revisadas y acordadas en las asambleas locales, cada quince días o cada mes.
Además, consideramos que no debería haber diálogo alguno con el gobierno de Felipe Calderón y con los diputados o senadores de la República, pues como bien dice Javier Sicilia, “están podridos” y por lo mismo nada bueno puede obtenerse de estos falsos diálogos.
Solicitamos que esta propuesta sea consultada entre los integrantes del movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.
Esperamos que esta contribución sea del interés de los integrantes y simpatizantes de este movimiento por la Paz, con Justicia y Dignidad.
Adriana Matalonga
Miguel Valencia
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