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Miguel Valencia
ECOMUNIDADES
Tláhuac: el riesgo del progreso Agua, cultivos y fauna, entre los amenazados. Viernes, 9 de octubre de 2009 / Prometeo |
El abasto de maíz, amaranto, quelite, chile, haba, calabaza y hortalizas nativas como el frijol acoyote decrece aún más en el Distrito Federal con el avance de la línea 12 del metro en plena crisis alimentaria . Lo mismo sucedería con reservas de agua que descienden de la sierra de Santa Catarina y los subsuelos de Zapotitlán, humedales que regulan la temperatura de la ciudad.
«La alimentación te da independencia», dice un ejidatario. Y sin una fuente constante de recursos agrícolas, se tendrían que adquirir en los estados a un precio mayor, perdiendo la autosustentabilidad del Distrito Federal.
Comuneros, colonos y ejidatarios se hallan divididos, incluso entre sus familias. El reemparcelamiento de terrenos abrió una brecha entre la comunidad al entregar pagos de 60 pesos por metro cuadrado. Algunos. Hay pintas en contra del metro; otros esperan con ansias que culmine la obra que reducirá su tiempo de transportación hacia partes más céntricas de la ciudad.
El asesinato del ejidatario Manuel Cadena, la muerte de uno de los agresores y el presunto atropello de un ejidatario por un carro de la constructora ICA avisan de que los conflictos no amainarán. Son parte del saldo negro que deja la megaobra más grande del orbe en su desarrollo. Por el contrario, el 18 de septiembre causaron enfrentamientos con la policía y el cierre de los accesos en la delegación y las principales avenidas.
Uno de los agresores de Cadena, Sergio Quiroz Banderas, fue detenido en un hospital cuando llevaba, herido de muerte, a su sobrino Victor Eduardo Blancas Quiroz, también identificado como agresor. Sin embargo, su madre fue detenida días antes cuando intentaba denunciar las amenazas que había recibido por presuntos integrantes del Frente Popular Francisco Villa.
La delegación canceló las celebraciones del 15 de septiembre, y por ende, el grito de Independencia por temor a que se desbordaran hechos de violencia. La mañana siguiente amaneció rodeada de granaderos. La tensión se acumuló cuando los pueblos convocaron a reunirse en la plaza principal de esta delegación, donde hubo presencia de marinos y un diario de nota roja voceaba la detención de Quiroz.
«Tenemos miedo de perder nuestra cultura», afirman pobladores que saben que en la vida campestre todos se conocen y se interrelacionan.
Se encuentran en riesgo áreas arqueológicas. Se estima que hay más de diez pirámides enterradas en el paraje del Telpulli que precederían a la llegada del imperio mexica, cuando Tlaltenco se formaba en pequeñas ciudades lacustres en lo bajo de los cerros.
Especies nativas como el zorrillo, teporingo, camaleón, la tórtola y patos que hacen su parada en época migratoria se hallan amenazadas no solo por el metro, sino por otras construcciones como una academia de policía, un penal de máxima seguridad (actualmente suspendido pero no cancelado), un basurero y corredores tecnológicos y turísticos que incluyen casinos, hipódromo y galgódromo y una zona de viviendas para los trabajadores del metro, que desplazaría a los actuales campesinos urbanos.
Además de las constructoras ICA, Carso y Alstom, los tres principales partidos políticos (PAN, PRD y PRI) han sacado gran provecho de éste proyecto; mientras el Gobierno del Distrito Federal encabezado por Marcelo Ebrard presume la batuta, la administración de Felipe Calderón afirma su protagonismo; y obreros de la CTM que apoyan a Enrique Peña Nieto arrebataron el monopolio de trabajo a los transportistas locales ganando salarios de 250 pesos el viaje, mientras antes cobraban 380.
En los avances de las obras de Tlaltenco se observa material de construcción de segundo uso en lo que serán vías, mientras los talleres están hechos con material nuevo. A los ejidatarios, tanto simpatizantes como opositores no les ha quedado observar cómo la obra redujo sus espacios por el reemparcelamiento. Trabes, rejas y alambres de púas dividen el territorio en zig-zag y algunos de quienes han vendido sus tierras a 60 pesos por metro cuadrado aún no reciben el total de su pago.
El conflicto entre el GDF, las autoridades delegacionales y los opositores reconstruyen ciertos aspectos de historias como la del aeropuerto de San Salvador Atenco en el Estado de México o la presa La Parota en Guerrero. Solo que en los casos anteriores, la obra fue cancelada o suspendida. Y aquí, continúa viento en popa.
Elinor Ostrom: un Premio Nobel al legado republicano-democrático de Tom Paine |
Peter Linebaugh · · · · · |
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18/10/09 |
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Reproducimos a continuación la entrevista telefónica con Elinor Ostrom grabada inmediatamente después del anuncio de la concesión, el pasado 12 de octubre, por parte del Sveriges Riksbank [el Banco Central sueco], del Premio de Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel de 2009. La entrevista corrió a cargo de Adam Smith, Editor General de Nobelprize.org.
[Elinor Ostrom] ¿Diga?
[Adam Smith] Buenos días. ¿Puedo hablar con Elinor Ostrom, por favor?
[EO] Sí, diga.
[AS] Hola. Me llamo Adam Smith. La llamo en nombre del sitio web oficial de
[EO] ¡Ja! Adam Smith, ¡Qué nombre! Me temo que le toman mucho el pelo, ¿no es así?
[AS] Así es, y a veces pienso que los galardonados con el Nobel de Economía piensan, cuando los llamo, que soy un bromista. Tenemos la tradición de grabar una breve entrevista telefónica para
[EO] Ah, bien. Adelante.
[AS] Muchas gracias. Por supuesto, primero quiero felicitarla por el premio.
[EO] Es un honor increíble, sí.
[AS] Tal como ha sido señalado hace unos instantes en la conferencia de prensa, usted es la primera mujer en la historia del Premio Nobel de Economía en recibir el premio. ¿Lo convierte ello en un honor más grande?
[EO] Sí. Piense en la época en que he vivido. Cuando me planteé la posibilidad de matricularme en la universidad, me desanimaban diciéndome que nunca sería capaz de ir más allá de dar clases en alguna escuela técnica universitaria de provincias. ¡Ja, ja, ja! ¡Cómo han cambiado las cosas!
[AS] ¿Cree que la proporción de galardonados con el Nobel de Economía –la ratio de género– es en algún modo representativa de la proporción de personas que trabajan actualmente en el tema o, por el contrario, esas proporciones han variado?
[EO] Todo esto ha ido cambiando lentamente. He asistido a clases de economía en las que era la única mujer en el aula, pero esto ha ido cambiando lentamente, y creo que hay un creciente respeto hacia las mujeres, sobre todo ahora que podemos hacer aportaciones verdaderamente importantes. Y me gustaría creer que este reconocimiento ayudará en esta dirección.
[AS] Imagino que esto supone un claro mensaje al mundo, sí. Veamos. Usted trabaja en la gestión de la propiedad común a partir de la común posesión, contrastándola con los efectos…
[EO] Entre otras cosas, sí.
[AS] ¿Estaríamos en lo cierto si afirmáramos que, dicho en términos generales, usted ha descubierto que la posesión común puede ser más eficaz que lo que la gente pensó que podría serlo?
[EO] ¡Así es! No es que sea una panacea, pero es mucho más eficaz que lo que nuestros razonamientos comunes nos dan a entender.
[AS] ¿Hay algún ejemplo que le gustaría poner al respecto?
[EO] Bueno, déjeme recurrir al ejemplo de los pescadores de langostas del estado de Maine. En la década de 1920, los pescadores prácticamente destruyeron la pesca de la langosta. Se reagruparon y se dispusieron a pensar con detenimiento qué hacer. Con el paso del tiempo, desarrollaron una serie de reglas ingeniosas y de formas de gestión que han permitido que el sector de la pesca de la langosta de Maine se convierta en uno de los más exitosos del mundo. La gran amenaza que los acecha en la actualidad radica en el hecho de que las pesquerías del entorno han sido tan sobreexplotadas, que la langosta se ha convertido en un ejemplo extremo de… Si hubiera una enfermedad o algo similar que llegara, como una bacteria o lo que fuera que las pudiera infectar, sufrirían grandes peligros. Pero han sido increíblemente eficaces durante muchos años. Hay muchos otros grupos, de tamaño pequeño y mediano, que se han encargado de dirigir la gestión de los recursos. Hemos estudiado varios cientos de sistemas de irrigación en el Nepal. Y sabemos que los sistemas de irrigación gestionados por los campesinos son más eficaces en términos de aprovisionamiento de agua hasta todos los rincones y presentan una mayor productividad y unos costes menores que los fabulosos sistemas de irrigación construidos con la ayuda del Banco Asiático para el Desarrollo, del Banco Mundial, de
[AS] Ya veo.
[EO] Por lo tanto, hemos de tomar nota tanto del hecho de que la gente puede autoorganizarse como de las condiciones bajo las cuales lo hacen.
[AS] Precisamente iba a preguntarle si su investigación se ha centrado también en las condiciones que conducen a la buena autoorganización. ¿Hay algunas condiciones que tengan que darse, como, por ejemplo, la disposición, por parte de los participantes, de una cantidad de tiempo suficiente para decidir qué naturaleza deben tener sus regulaciones?
[EO] Sí, y tengo un artículo en Science, en el número de julio del año pasado, que dibuja un amplio marco de análisis y de diagnóstico y que identifica un buen puñado de variables que se hallan asociadas con la auto organización.
[AS] ¿Diría que, en términos generales, debemos confiar más en la autoorganización de lo que lo hacemos en la actualidad? ¿Que la sociedad debe avanzar hacia la implantación de estructuras que se autoorganicen?
[EO] Sí, pero sin que veamos en ello una fórmula. Actualmente, muchos de los numerosísimos procesos de descentralización que con gran esfuerzo se emprenden van de la mano de una fórmula rígida a través de la cual se dan reglas a la gente desde arriba que dicen: "Ahora es vuestro". Y esto tampoco ha funcionado demasiado bien.
[AS] Así que, de nuevo, se precisan grandes dosis de sutileza…
[EO] Así es. Y piense, además, en la cuestión de la diversidad. Si se fija en el campo, se dará cuenta de la enorme diversidad ecológica que hallamos en él. Pues bien, si la gente se dispone a gestionar la diversidad ecológica, no encontraremos un solo conjunto de reglas que funcione lo mismo en una región semiárida que en una región tropical húmeda. Ha de haber reglas distintas.
[AS] Claro. Otra cosa que ha hecho usted ha sido dirigir experimentos de laboratorio.
[EO] ¡Sí, claro!
[AS] Lo cual, creo, ha mostrado que la gente resulta estar más dispuesta a obedecer reglas mutuamente pactadas de lo que podíamos esperar.
[EO] Sí, estamos demostrando estas cosas. Pero también estamos demostrando la existencia de un importante mecanismo para la comunicación cara a cara e incluso escrita. La predicción era que nadie se autogestionaría, como consecuencia de un dilema social de segundo grado, por decirlo en los términos de la teoría de juegos. Pero lo que hemos hallado es que la gente que puede adentrarse en una escalada del tipo "te castigo, tú lo castigas a él, etc.", con lo que las cosas van a peor y a peor; lo que hemos descubierto es que estos mismos individuos, a través de la comunicación, a través de la posibilidad de llegar a un acuerdo sobre lo que van a hacer conjuntamente, construyen un nosotros bien definido que les permite seguir normas, cooperar y, en ocasiones, sancionarse los unos a los otros y ayudar a que todo esto se mantenga.
[AS] Ha mencionado la teoría de juegos. ¿Cuánto de lo que usted hace es, de hecho, una extensión de la teoría de juegos? ¿Hasta qué punto estos desarrollos de estas estructuras son juegos repetidos?
[EO] La teoría de juegos fue muy, muy importante para nuestro trabajo, puesto que hemos podido recurrir a modelos de teoría de juegos y examinarlos en un laboratorio. En este sentido, mi toma de contacto, en la década de 1980, con los trabajos de Reinhardt Selten, que también fue Premio Nobel, fue muy, muy importante para mi formación. Ahora bien, la teoría de juegos clásica es harto predictiva en ciertos entornos, pero no es plenamente predictiva, en ningún caso, en entornos en los que opere un dilema social. Pero ha sido de gran ayuda para nosotros, en la medida en que nos ayuda a analizar y a desarrollar una teoría del comportamiento humano, del mismo modo que también lo son otros mecanismos formales que coadyuvan también a entender por qué la gente coopera en determinados escenarios y en otros no lo hace.
[AS] Ya veo. Quisiera terminar preguntándole si considera usted que su trabajo es teoría económica, ciencia política o teoría social, si es que importa qué es o cómo es etiquetado.
[EO] Lo que yo hago podría llamarse economía política o estudio de dilemas sociales. Tuve una sólida formación en el campo de la economía como estudiante universitaria. Luego estudié con Armen Alchian y otros, para trabajar después, en la década de 1980, con Reinhardt Selten. Trabajo con dos colegas, economistas, aquí en Bloomington, que han sido muy, muy importantes para mi trabajo. Mi marido trabajó con Charlie Tiebout, con el que desarrolló una teoría de la organización metropolitana que incluía elementos de la economía y de la ciencia política… Así que he cruzado los bordes de las disciplinas. ¡Eso no admite discusión!
[AS] Supongo que este premio tiene el potencial de despertar la imaginación de la gente, pues se habla de un premio a alguien que trabaja en el campo del gobierno de los asuntos económicos, y plantea usted de la necesidad de que la gente se involucre en su propio gobierno.
[EO] ¡Sí, claro!
[AS] Es probable que ocurra… Es probable que el premio desate la imaginación de la gente, y que la gente…
[EO] ¡Eso espero! ¡Ja, ja! ¡Esto es en lo que he estado trabajando durante toda mi vida! Los humanos tenemos grandes capacidades, y, en cierto modo, hemos participado de la idea según la cual los jefes tienen unas capacidades genéticas de las que el resto de nosotros carecemos. (1)
[AS] Mmmm…
[EO] Espero que eso lo podamos cambiar un poco.
[AS] Excelente. Es un lindo comentario con el que terminar. Muchas gracias por su atención. Cuando venga a Estocolmo en diciembre a recoger su premio tendremos la oportunidad de hablar de todo esto con más calma, así que…
[EO] Perfecto, será un placer hacerlo.
[AS] El placer será mío. Espero que tenga un feliz día y, una vez más, felicidades.
[EO] Muchas, muchas gracias.
[AS] Gracias, adiós.
Nota Ed. : (1) Dos recomendables textos a los que se puede accede desde internet y que dan una idea del trabajo científico de la profesora Ostrom: uno sobre economía ecológica y bienes comunes (Insights on linking forests, trees, and people from the air, on the ground, and in the laboratory), y otro sobre experimentos con instituciones de propiedad común (Trust in Private and Common Property Experiments). El libro acaso más importante de Ostrom, originalmente aparecido en inglés en 1990, fue traducido al castellano en México en 2000: El gobierno de los bienes comunes. La evolución de las instituciones de acción colectiva, traducción castellana de Corina de Iturbide Calvo y Adriana Sandoval revisada por Leticia Merino Pérez y Fabrice Lehoucq, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, F.C.E.
Traducción para www.sinpermiso.info: David Casassas
Elinor Ostrom: un Nobel de Economía bien ganado |
Mario Bunge · · · · · |
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18/10/09 |
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Felicitaciones a los señores directores del Banco de Suecia y de También era tiempo de que galardonaran a una mujer, la primera desde 1982, año en que premiaron a la socióloga Alva Myrdal, esposa y colaboradora de Gunnar Myrdal, premiado en 1974, y uno de los arquitectos del Estado sueco moderno. ¿Cuál es el principal mérito académico de la doctora Ostrom, profesora en Indiana University? Que estudió y propició la autogestión del bien común, tal como lo viene haciendo todos los jueves a mediodía el Tribunal de Aguas de Valencia, desde que lo instalaron los moros en el año 960. ¿Por qué importa este aspecto de la obra de Ostrom? Porque ha sido ignorado por casi todos los economistas políticos, no sólo los viejos conocidos de la derecha, sino también los marxistas, siempre enemigos de las cooperativas. En efecto, casi todos los economistas reconocen sólo dos regímenes de propiedad: la privada y la estatal. No les interesa el tertium quid, la propiedad colectiva autogestionada, la que escapa tanto a la garra del gran capital como a la del Estado autoritario. La economía política estándar propone los postulados siguientes: 1- Todos los bienes deberían ser de propiedad de particulares o corporaciones. (¿Por qué? Porque lo digo yo.) 2- El ojo del amo engorda al ganado: la propiedad sin dueño se deteriora, como lo demuestra la tragedia del bien común, tal como el ejido o el pastizal de la aldea. (¿Por qué? Porque lo dijo Garrett Hardin.) 3- El Estado debería ser mínimo: su única función debería ser garantizar el funcionamiento del mercado libre, o sea, el capitalismo sin reglas (Friedrich Hayek, premio Nobel 1974 y Milton Friedman, premio Nobel 1976). Si hubiera popperianos de izquierda, acaso dirían que la contribución de Ostrom fue refutar el segundo postulado. Pero cualquiera podría argüir que refutar una proposición es lo mismo que confirmar su negación. No importa, sigamos. En 1968 la prestigiosa revista Science publicó el artículo The tragedy of the commons , o sea, "La tragedia del bien común". Este hizo famoso a su autor, el ecólogo tejano Garrett Hardin, quien ya se había destacado por su defensa del principio sistémico "no puedes hacer una sola cosa" y su principio de exclusión competitiva (que discutimos en mi seminario de filosofía de la biología, en 1962, en ¿En qué consiste la tragedia de marras? Si todos los habitantes de una aldea tienen libre acceso a un pastizal común, todos pondrán a pastar tantos animales como puedan. De esta manera, el pasto no tendrá tiempo de volver a crecer, y el pastizal se acabará para mal de todos. La moraleja que sacó Hardin es que la propiedad sin propietario se deteriora hasta destruirse. En su libro Governing the Commons: The Evolution of Institutions for Collective Action (1990), Elinor Ostrom refuta a Hardin. Lo hace recurriendo a ejemplos históricos de autogobierno de bienes comunes, tales como tierras comunales (como los ejidos mexicanos), bosques (como muchos en El resultado neto es que lo que importa para preservar un bien no es la propiedad sino la administración. Tanto es así, que una empresa privada mal administrada no beneficia siquiera a sus propietarios. La economía experimental y la psicología social contemporáneas nos dan datos para explicar por qué tiene razón Elinor Ostrom y, por el mismo motivo, por qué no la tuvo Garrett Hardin. En efecto, esas ciencias han demostrado que solamente una minoría procura siempre maximizar sus utilidades esperadas, sin importarle si perjudica al prójimo. La mayoría de los seres humanos somos considerados y cooperativos. Basta consultar el volumen colectivo Moral Sentiments and Material Interests: The Foundations of Cooperation in Economic Life , publicado en 2005 por los economistas Herbert Gintis, Robert Boyd, y Ernst Fehr. En mi libro Filosofía política (2009) cito muchas veces la obra de Ostrom, que sintoniza con una parva de documentos sobre el funcionamiento de cooperativas de todo tipo dispersas por el mundo, en particular, los anuarios de En resumen, profesora Ostrom: enhorabuena por haber contribuido a resaltar el lado angélico de la bestia humana, y por haber desprestigiado a la economía y la filosofía políticas que dan por sentado que todos somos rapiñadores y carroñeros. Era tiempo de que el Premio Nobel lo ganase quien cree que la economía y la política pueden ser beneficiosas para la mayoría si reemplazan el pesimismo de Hobbes por el optimismo de Rousseau, y la incompetencia del asesor financiero por la competencia del almacenero de la otra cuadra. Mario Bunge es el más importante e internacionalmente reconocido filósofo hispanoamericano del siglo XX. Físico y filósofo de saberes enciclopédicos, y permanentemente comprometido con los valores del laicismo republicano, el socialismo democrático y los derechos humanos, son memorables sus devastadoras críticas de las pretensiones pseudocientíficas de la teoría económica neoclásica ortodoxa y del psicoanálisis "charlacanista". |
Zen y la crisis de la cultura occidental
2009-09-11
Vengo insistiendo desde hace tiempo en que por detrás de la crisis actual económico-financiera actual hay una crisis de paradigma civilizatorio. ¿De qué civilización? Se trata obviamente de la civilización occidental, que a partir del siglo XVI fue mundializada por el proyecto de colonización de los nuevos mundos.
Este tipo de civilización se estructura en la voluntad de poder-dominación del sujeto personal y colectivo sobre los otros, los pueblos y la naturaleza. Su arma mayor es una forma de racionalidad, la instrumental-analítica, que compartimenta la realidad para conocerla mejor y así someterla más fácilmente. Después de quinientos años de ejercicio de esta racionalidad, con los innegables beneficios que ha traído y que encontró en la economía política capitalista su más cabal realización, estamos constatando el alto precio que nos ha hecho pagar: el calentamiento global, inducido en gran parte por el industrialismo sin límites, y la amenaza de una catástrofe previsible ecológica y humanitaria.
Estimo que todos los esfuerzos que se hagan dentro de este paradigma para mejorar la situación serán insuficientes. Serán siempre más de lo mismo. Tenemos que cambiar para no perecer. Es el momento de inspirarnos en otras civilizaciones que ensayaron un modo más benevolente de habitar el planeta. Lo que fue bueno ayer, puede valer también para hoy.
Tomo como una de las referencias posibles el zenbudismo. Primero, porque ha influenciado todo el Oriente. Nacido en la India , pasó a China y llegó a Japón. Después, porque ha penetrado ampliamente en estratos importantes de Occidente y de todo el mundo. El Zen no es una religión. Es una sabiduría, una manera de relacionarse con todas las cosas de tal forma que se busca siempre la justa medida, la superación de los dualismos y la sintonía con el Todo.
Lo primero que hace el budismo zen es destronar al ser humano de su pretendida centralidad, especialmente del yo, núcleo básico del individualismo occidental. Él nunca está separado de la naturaleza, es parte del Todo. En seguida, procura una razón más alta que está más allá de la razón convencional. Se niega a tratar la realidad con conceptos y fórmulas. Se concentra con la mayor atención posible en la experiencia directa de la realidad tal como la encuentra.
«¿Qué es el zen?» preguntó un discípulo al maestro. Y éste respondió: «las cosas cotidianas; cuando tienes hambre, comes, cuando tienes sueño, duermes». «¿Pero no hacen eso mismo todos los seres humanos normales?» -atajó el discípulo. «Sí» ―respondió el maestro― «los seres humanos normales cuando comen piensan en otra cosa, cuando duermen, no pegan ojo porque están llenos de preocupaciones». ¿Qué significa esta respuesta? Significa que debemos ser totalmente uno en el acto de comer y totalmente entregados al acto de dormir. Como ya decía la mística cristiana Santa Teresa: «cuando gallinas, gallinas, cuando ayuno, ayuno». Esta es la actitud zen. Empieza por hacer con la máxima atención las cosas más cotidianas como respirar, andar y limpiar un plato. Entonces ya no hay dualidad: estás todo tú en todo lo que haces. Por eso, obedece a la lógica secreta de la realidad sin la pretensión de interferir en ella. Acogerla con el máximo de atención nos hace integrados porque no nos distraemos con representaciones y palabras.
Esta actitud le ha faltado al Occidente globalizado. Estamos siempre imponiendo nuestra lógica a la lógica de las cosas. Queremos dominar. Y llega un momento en que ellas se rebelan, como estamos constatando actualmente. Si queremos que la naturaleza nos sea útil, debemos obedecerla.
No dejaremos de producir y de hacer ciencia, pero lo haremos con la máxima conciencia y en sintonía con el ritmo de la naturaleza. Orientales, occidentales, cristianos y budistas pueden usar el zen de la misma forma que peces grandes y pequeños pueden morar en el mismo océano. Es otra forma de vivir que puede enriquecer nuestra cultura en crisis.
Leonardo Boff
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Zen-budismo en la vida y en el trabajo
2009-09-18
El zen-budismo puede significar una fuente inspiradora para el paradigma occidental en crisis, así como para la vida cotidiana. Y ello se debe a que el zen no es una teoría o una filosofía. Es una práctica de vida que se inscribe en la tradición de las grandes sabidurías de la humanidad. El zen puede ser vivido por las personas más diferentes, sencillas amas de casa, empresarios o personas religiosas de diferentes credos.
Para el zen-budismo, lo más importante no está en la razón, tan importante para nuestra cultura occidental, sino en la conciencia. Para nosotros la conciencia es algo mental. Para el zen-budismo cada sentido corporal tiene su conciencia: la visión, el olfato, el paladar, la audición y el tacto. La sexta es la razón. Todo se concentra para activar con la mayor atención posible cada una de estas conciencias, en las vivencias de cada día. Tener una actitud zen es discernir cada matiz del verde, percibir cada ruido, sentir cada aroma, darse cuenta de cada toque. Y estar atento a los devaneos de la razón en su movimiento imparable.
Por eso, el zen se construye sobre la concentración, la atención, el cuidado y la integridad en todo lo que hacemos. Por ejemplo, expulsar un gato de la poltrona, puede ser zen; también, soltar a los perros de la perrera y dejarlos correr por el jardín. Se cuenta que un guerrero samurai, antes de una batalla, visitó a un maestro zen, y le preguntó: «¿qué es el cielo y el infierno?». El maestro respondió: «para gente armada como tú, no pierdo ni un minuto». El samurai, ofendido, tiró la espada, y dijo: «por semejante falta de cortesía podría matarlo ahora mismo». Ahí le contestó con toda calma el maestro: «eso es el infierno». Con la calma del maestro, recapacitó el samurai, metió la espada en la vaina y se marchó. El maestro le gritó desde atrás: «eso es el cielo».
En medio de las diferentes situaciones, acabamos compartimentando nuestra vida. La actitud zen apunta a la completa integración de la persona con la realidad que vive. El zen busca el vacío. Pero ese vacío no es tal. Es más bien un espacio libre en el cual todo se puede formar. No nos podemos quedar atados a esto o aquello...
Cuando un discípulo preguntó al maestro «¿quién somos?», el maestro respondió simplemente apuntando al universo: «somos todo eso». Eres la planta, el árbol, la montaña, la estrella, el universo entero. Cuando nos concentramos totalmente en esas realidades, nos identificamos con ellas. Pero eso sólo es posible si quedamos vacíos y permitimos que las cosas nos tomen totalmente. El pequeño yo va desaparecienco, para que surja el yo profundo. Es entonces cuando sentimos que somos uno con todo.
Este camino exige mucha disciplina. No es nada fácil superar las fluctuaciones de cada una de las conciencias y crear un centro unificador.
La búsqueda de esta unidad originaria tiene una base cosmológica. Hoy sabemos que todos los seres provienen de elementos físico-químicos que se forjaron en el corazón de las grandes estrellas rojas que después explotaron. Un día estábamos todos juntos en aquel corazón incandescente. Guardamos todavía una memoria cósmica de esta ancestralidad nuestra.
Por otra parte, sabemos también que tenemos el mismo código genético de base presente en todos los demás seres vivos. Venimos de una bacteria promordial, surgida hace 3.800 millones de años. Formamos la única y sagrada comunidad de vida.
Al buscar un centro unificador, el zen nos invita a realizar este viaje interior. No hace falta decir que todo eso vale para todos, pero principalmente para mí.
Leonardo Boff
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ECOLOGÍA Y SOCIALISMO
Ciclo de conferencias de otoño sobre Ecología Política en la UAM- Xochimilco:
15 de octubre de 2010
En beneficio de un mejor entendimiento de las ligas, convergencias y confrontaciones que existen entre la Ecología Política, preconizada por el ecologismo internacional, y el socialismo, presento la siguiente descripción rápida de lo que entiendo por Ecología Política y por Socialismo:
Qué entiendo por Ecología Política
Como lo señalaba Michel Bosquet, citado por Dominique Simonet: La ecología política se interesa por el hombre concreto inmerso en su medio ecológico y por las pequeñas comunidades. Empieza allí donde cesan la actividad y el calculo económicos. La ecología política nació con violentas críticas a la economía política, aceptaba hace muchos años la "ciencia de la pobreza", según Marx, pero, ahora en algunos grupos ecologistas se habla de salir de la economía, como lo dice Latouche. De acuerdo con Bosquet, La economía política se interesa por el homo economicus, el hombre abstracto dividido en funciones económicas y por las colectividades de intercambios sociales. La economía política empieza donde terminan la cooperación y la reciprocidad.
Simonet señala los siguientes temas de la ecología política: El inventario de dones de la naturaleza: reservas energéticas limitadas que se degradan al consumirlas, pero que no se renuevan; una oferta energética ilimitada que se degrada al consumirla; un almacenamiento limitado de reservas minerales; un potencial de recursos biológicos que se degrada al consumirlos. Las energías renovables: hay tres preguntas en la base: ¿de qué clase de energía tenemos necesidad, de cuanta tenemos necesidad, como satisfacer esta necesidad, destruyendo lo menos posible? Necesitamos un nuevo contexto socio-político, para expandir los sistemas energéticos blandos, como la energía solar. El trabajo alivianado; la elección de una producción moderada de bajo consumo de energía supone poner en tela de juicio todo la orientación económica actual: trabajar menos y mejor, y desprofesionalizar la vida; favorecer las actividades autónomas; revalorizar la noción del trabajo. Otra evolución, frenar el crecimiento o, según algunos ecologistas; descrecimiento, según otros; Una ciencia desempotrada; desmitificar y democratizar a la ciencia; Tecnologías blandas; cambiar las herramientas, para conseguir la supervivencia, la equidad y la autonomía creador: convivencialidad: lo contrario de la productividad industrial: el hombre controla las herramientas; implica frugalidad. Vivir mejor consumiendo menos. Simonet añade Ni la ecología política, que se limita a la economía, ni la producción convivencial implican una opción política. Ivan Illich y Bosquet advierten que o nos agrupamos para imponer a la producción institucional y a las técnicas unos límites que conserven los dones de la naturaleza que es la opción convivencial, o los limites necesarios para la preservación de la vida serán calculados y planificados centralmente por ingenieros ambientalistas: la opción tecnofacista. El ecologismo busca por lo tanto una elección ideológica y política entre la convivencialidad y el tecno fascismo; busca trascender la ecología política y formular un modelo de sociedad, sobre la cual no hay todavía un consenso entre ecologistas.
Qué entiendo por socialismo
El socialismo se ocupa de la pobreza, la justicia social, la distribución y la propiedad de la riqueza y los medios de producción, el control de la tierra, la enajenación del hombre. Un tema central del socialismo es el de la propiedad y la acumulación de la riqueza; la descripción de Marx sobre el capital permanece como la mejor descripción del funcionamiento del capitalismo, no obstante, sus tesis sobre la praxis política- la dictadura del proletariado- entre otras, han fracasado en lo que se denomina socialismo real. Un sector del socialismo, denominado socialismo utópico, entre los que se cuentan: Prudhome, Bakunine, Owen, entre otros, algunos de ellos claramente identificados con el anarquismo, resultan de mucho interés. Esta corriente representada por Bakunine, fue derrotada por Carlos Marx en la Primera Internacional Socialista y expulsada en el Congreso de Aix, en 1872. No obstante, esta corriente no sólo rescata hoy en día al socialismo, sino que tiene una nueva juventud y encuentra una nueva actualidad, ante los fracasos del cientificismo. Las tesis del socialismo sirven de gran ayuda a la ecología política, como lo podemos apreciar en el siguiente análisis.
Socialismo y Ecología Política - ¿Capitalismo o industrialismo?
Andrew Dobson en su libro Green Polítical Thought nos dice: Sabemos ya que una de las razones por las que el movimiento verde cree estar" mas allá de la izquierda y la derecha" es que considera esta polaridad tradicional de oposición inscrita en un acuerdo de ámbito mas fundamental: una super ideología llamada "industrialismo". Los verdes" subrayan las semejanzas entre países capitalistas y socialistas (Porrit y Winner), por cuanto a ambos se les atribuye la convicción de que las necesidades de sus respectivas poblaciones se satisfacen mejor aumentando al máximo el crecimiento económico. La equiparación de capitalismo y socialismo, producida con la delimitación del "industrialismo", es el aspecto verde atacado con mas frecuencia por su críticos socialistas y la frase de Weston – es hora de que los verdes acepten que es el capitalismo y no el industrialismo per se lo que está en el corazón de los problemas que abordan"- es un estribillo ´típico. Los socialistas hacen observaciones de este tipo no porque no estén de acuerdo con los ecologistas en que somos responsables del deterioro ambiental, sino porque sostienen que no es la industria en si la que provoca los problemas sino el uso que de la industria hace el capitalismo, para producir en su provecho y no por necesidad.
Los verdes radicales aceptarán que una ruptura fundamental con el capitalismo es, desde luego, una condición necesaria para restaurar el medio ambiente, pero, no la ven como una condición suficiente, particularmente cuando señalan países comunistas que poseen algunos de los peores registros de contaminación ambiental en el mundo entero. Los socialistas responden indicando que ninguno de estos países era socialista en el sentido que ellos pretenden atribuir a esa palabra.
Dobson señala que, desde el punto de vista socialista, la cuestión no es qué sociedad socialista podría o no servir, sino que la negativa verde a reconocer el capitalismo como la raíz del problema incapacita a la ecología política para librar sus batallas en los lugares adecuados. Si, desde el punto de vista ambiental, la visión socialista del capitalismo es correcta, entonces la mejor vía de avance del ecologismo es hacer frente a la manifestación capitalista del industrialismo y no al industrialismo como tal…. La pobreza está en la raíz de la mayoría de los problemas ambientales, y la solución es una redistribución muy amplia de la riqueza:… un ataque contra la pobreza constituiría un ataque contra el capitalismo, y por tanto sería un golpe contra la causa fundamental del deterioro ambiental.
Los ecologistas pueden imaginar un mundo en que los ingresos dentro de cada país y en relación a otros países fueran mas o menos los mismos, pero que suscribiera que todavía la opinión de que no habría limites para el crecimiento industrial y esto es lo que han venido anunciando los socialistas desde sus comienzos, por lo que el ecologismo desconfía de los ataques al capitalismo que no tengan contenido ecológico. El programa ecologista radical constituye una seria amenaza, tanto para las relaciones sociales, como para las practicas productivas típicas del capitalismo. Los verdes no pueden ignorar al capitalismo, pero, tampoco es suficiente, según ellos, con cambiar las relaciones producción sin cambiar el carácter de la producción en sí.
Para los socialistas, nos dice Dobson, no hay batalla política por librar más importante que la batalla entre el capital y trabajadores, y cualquier política que pretenda trascender dicha batalla es mirada con suspicacia…. Los intereses del capital y de los trabajadores no son los mismos; sin embargo, la creencia verde de que ambos se inscriben en la super ideología del industrialismo hace que parezcan serlo. Desagrada mucho a los socialistas el abandono en los verdes del análisis de clase de la sociedad y también les molesta su definición de medio ambiente o "naturaleza" lo que impide reconocer a la pobreza y a la violencia callejera como cuestiones ambientales. Los eco socialistas quieren que los verdes se centren en el ambiente de los barrios céntricos de las ciudades, pero, no aceptan ocuparse de los problemas de la biosfera o de la búsqueda de una sociedad sustentable.
Los ecologistas pretenden que están por encima de las discusiones en torno al capitalismo y el socialismo, gracias a su avance hacia algo nuevo y original. Los eco socialistas por su parte rechazan esta idea y creen que lejos de trascender la batalla los ecologistas están peligrosamente cerca del campo capitalista y que gran parte de su programa es tan viejo como el socialismo mismo. En efecto, mucho de lo que dicen los ecologistas tiene fundamento en un gran linaje de pensadores socialistas y populistas, como Kropotkin, Proudhon, Godwin, Morris, Owen, e inclusive Marx, entre otros. Según algunos socialistas, como Ryle y Bookchin, ecología política y socialismo no están demasiado lejos. No obstante, muchos ecologistas sostienen que la tesis del eco centrismo, principio fundamental del ecologismo, es una teoría de emancipación progresista de cosecha propia. El ecologismo, como señala Ryle, en Ecology and Socialism, necesita apoyos y debe reconocer las herencias comunes con el socialismo, con el fin de buscar formas de pensamiento y acción conjuntos. En general, los socialistas y muchos verdes rechazan el programa descentralizador de los ecologistas, por su falta de realismo, según ellos.
De acuerdo con Dobson, la prueba mas reveladora que se puede aplicar a quienes aspiran a ser socialistas verdes es ver hasta que punto aceptan la postura verde fundamental de que hay límites materiales para el crecimiento productivo. Algunos famosos socialistas como Rudolf Bahro, fundador del Partido Verde Alemán, lo han aceptado al punto de abandonar completamente el socialismo. Las reconsideraciones sobre este punto de muchos socialistas como Williams, Weston y otros, los ha obligado a repensar su convicción tradicional de que el alivio de la pobreza requiera de "producción y más producción". El socialismo no tiene una tradición dominante de poner en tela de juicio la producción en si misma. La postura verde ha tenido repercusiones muy importantes sobre el pensamiento socialista, como se aprecia en el tema de los límites del crecimiento. Así las cosas, ahora se reconsidera la tradición socialista, lo que ha hecho resucitar al pensamiento socialista, en especial a los socialistas "utópicos" , como los anarquistas que son los que tienen mayor cercanía con el pensamiento verde. La pregunta final entre Ecología Política y Socialismo es cual de los dos cuenta con la mejor estrategia para conseguir implantar una sociedad sustentable e igualitaria.
Anarquismo o Socialismo Utópico y Ecología Política
No podemos pasar por alto la enorme influencia del pensamiento anarquista, en su vertiente socialista utópica, no sólo sobre la Ecología Política, sino en el pensamiento socialista de nuestros días. Es sorprendente la vigencia del pensamiento anarquista, tanto en las luchas por la autonomía local, como en las propuestas de formas de organización social. En el siglo XX, la guerra civil española, una guerra propiamente contra el anarquismo socialista, y los hechos del 68 en Francia y en EUA, están fuertemente influidos por pensadores anarquistas, entre los que destaca el filosofo Marcuse y el padre de la Ecología Social, tal vez el primer ecologista de los EUA, el anarco-sindicalista Murray Bookchin. El contraste entre el pensamiento marxista y el pensamiento anarquista pone claramente de relieve muchas de las diferencias que existen entre el pensamiento socialista de hoy en día y el pensamiento verde. Haré un breve repaso de las ideas del anarquismo socialista frente a temas fundamentales para el ecologismo y el socialismo: el Progreso y el Estado.
Los anarquistas comparten con Rousseau un gran amor por el campo y la vida campesina; mientras Marx desprecia profundamente "la idiotez de la vida rural", los anarquistas, en particular los aristócratas rusos, Bakunine, Kropotkine y Tolstoi, exaltan el alma campesina donde ellos descubren esa profunda armonía entre las aspiraciones elementales de la existencia humana y la generosidad inagotable de la naturaleza. En esta perspectiva, el anarquismo aparece como una revuelta de las antiguas civilizaciones contra una civilización urbanizada en exceso. Proudhon, antiguo artesano, detesta la gran industria por el "trabajo parcelario" que embrutece al obrero; prefiere la agricultura porque requiere una gran variedad de conocimientos y ofrece muchos atractivos al artista. La preferencia de Bakunine por la naturaleza tiene como base una gran desconfianza por una ciencia abstracta, frecuentemente convertida por aquellos que la poseen en un instrumento de dominación de la vida espontánea. Según Bakunine, el individuo se encuentra oprimido, anulado, inmolado, por una ciencia que reposa exclusivamente en la experiencia objetiva. Bakunine, no rechaza la ciencia como tal, sino que objeta que se una a las fuerzas opresivas que la han precedido; propone que se convierta en propiedad de todo el mundo y propone al arte como el antídoto a una ciencia que no puede salir de la abstracción. Asombrosamente profetiza la creación de una "burocracia roja", lista para asumir la dictadura del proletariado preconizada por Marx y Engels, como una dictadura sobre el proletariado. Contrario a Marx que funda la dominación del hombre por el hombre únicamente en la propiedad privada, Bakunine discierne una tiranía futura fundada no tanto en el capital sino en el monopolio del saber y la competencia técnico-administrativa. Proudhon, en cambio, percibe en el progreso un simple proceso orgánico carente de cualquier sentido moral- un proceso sin Justicia- que pueda dar sentido a la evolución de la humanidad; es esto lo que le reprocha a la filosofía hegeliana y al socialismo. Una vez transferido de un plano económico a un plano moral, con Proudhon. el trabajo conserva una eminente dignidad. El trabajo no es un simple medio de enriquecimiento material, constituye un fin en si mismo en la medida que permite al hombre manifestar sus dones creativos. Separado de sus contingencias económicas, y cargado de peso moral, la noción del trabajo cambia con él.
El fundador del anarquismo en el mundo de habla inglesa, Godwin, influido por Rousseau, desea fundar una sociedad sin propiedad, la que solo puede encuadrar en una sociedad agraria, sin lujos; busca la propiedad comunal y la libre colaboración de todos, sin intercambios fiduciarios. Propone juntar a los hombres en pequeñas comunas fuera de las instituciones políticas y sociales. Las tesis de Godwin sobre la simplificación de la vida material y la reducción de las complejidades inútiles de la sociedad, prefigura las comunas revolucionarias que han surgido a partir de los años 60 en el mundo occidental. La experiencia vivida por Henry David Thoreau, ilustra las ideas de Godwin; en su libro Walden o la vida en los bosques, publicado en 1854, se ha convertido en uno de los libros favoritos de los ecologistas estadounidenses.
Dándole una prioridad absoluta a la praxis, es decir: a la capacidad transformadora del hombre, el marxismo no puede sino condenar todo naturalismo; rechaza todas las robinsonadas que obligan al hombre a una aceptación pasiva de las leyes de la naturaleza. Es ese Prometeo que según Marx es el "santo" del siglo 19. La empresa del titán por liberar a la humanidad de la servidumbre en la que los dioses querían mantenerlo, es renovada por el marxismo, en tanto que hace depender el futuro de la humanidad del desarrollo de las fuerzas productivas. En la óptica marxista, una naturaleza agotada toma lugar en el futuro, junto a una humanidad realizada. Oponiendo al joven Marx que todavía imaginaba una naturaleza en vía de humanización y una humanidad en vía de naturalización, al Marx de la madurez que ya no piensa sino en términos de producción, Herbert Marcuse busca condenar el progreso en su famoso libro El Hombre Unidimensional (1964); busca una nueva ciencia y una nueva tecnología en la cual la naturaleza no es ya un objeto de dominación técnica sino compañera de una relación del tipo interaccional. Contra la praxis burguesa que consiste en el sometimiento de la naturaleza, para explotarla al máximo, Marcuse recomienda reconocer a la naturaleza la dignidad de sujeto, es decir: de un ser que se revela a través de una organización cuyos criterios son secretados por ella misma. La naturaleza comercializada, contaminada, militarizada, escribe Marcuse, ha destruido el ambiente del hombre, no solamente en un sentido ecológico pero también en un sentido existencial. Por su denuncia de la praxis que califica de burguesa- pero que podría ser también marxista, y que consiste en tratar a la naturaleza como un simple objeto ofrecido a la voluntad de poder del hombre y a su deseo de conquista, Marcuse da una nueva vida a la crítica anarquista del progreso en la medida en que este conduce a una ruptura de la armonía original entre el hombre y la naturaleza.
En lo que concierne al Estado, los anarquistas exigen la abolición del Estado, de ese Estado históricamente determinado, salido de la Revolución Francesa: un estado centralizado, fundado en la unanimidad obligatoria que aniquila las minorías étnicas, lingüísticas, religiosas. Como decía Lamennais: Con la centralización, tenemos apoplejía en el centro y parálisis en las extremidades. Los marxistas también quieren la abolición del Estado, pero, cuentan con su desaparición progresiva. Proudhon parte de un rechazo a lo que llama el arbitrario despótico de la propiedad y de la constatación de que gobierno y orden social son opuestos; es el gobierno el que ocasiona el desorden social; se declara anarquista porque detesta la anarquía social. Para Bakunine el Estado es un producto de la violencia; es exterior a una sociedad y por su origen es necesariamente autoritario; desconfía de la evolución natural de la sociedad y teme la facultad de los seres humanos de organizarse por sus propios medios. Es lo propio del privilegio, escribe Bakunine, y de toda posición privilegiada, matar el espíritu y el corazón de los hombres. El hombre privilegiado, sea políticamente, sea económicamente es un hombre intelectual y moralmente depravado…, Para él es por lo tanto absurdo creer que el Estado podrá ser algún día bueno, justo o virtuoso; toda organización estatal es enemiga de la libertad y lleva inscrita en ella la fatalidad de sus crímenes. El Estado, después de una revolución, así sea "popular", término grato a los socialistas, conduce al poder a una nueva clase que ejercerá un monopolio. Hacia 1866, Bakunine prevé que el Estado despótico impuesto por el comunismo de Estado – la dictadura del proletariado- hará nacer una clase explotadora y privilegiada: la burocracia.; El marxismo para Bakunine es la ideología de una inteligentsia o de intelectuales desclasados, decididos a ejercer su dictadura sobre el proletariado. En el siglo XX, esta inteligetsia o revolucionarios profesionales ha sido denunciada por Machajski, Nomand y Pellicani, como una clase que trata de fundar una sociedad en la que la aristocracia del saber toma el lugar de la aristocracia del dinero. La denuncia de Bakunine, de la burocracia roja aparece como una predicción que la historia no ha desmentido.
Ecología Política y Socialismo
El pensamiento verde ecologista internacional, nacido principalmente en los países ricos, ha bebido de las fuentes socialistas y del movimiento libertario del 68, ha buscado la utopía al igual que los socialistas, pero, ha rechazado las mañanas que cantan de los socialistas: quieren trabajar en el aquí y ahora, para el desarrollo del individuo. Muchos intelectuales de origen izquierdista han contribuido a la formación del pensamiento ecologista; desde Huxley, René Dumont, Paul Goodman y el gran guía del 68 francés, el marxista, Guy Debord. Muchas de las ideas y experiencias del socialismo sirven de apoyo al pensamiento ecologista de hoy en día, sin embargo, en temas fundamentales, como el del agua, la energía, la biodiversidad, entre otros, el debate entre Estado y Mercado, provoca fuertes polémicas entre socialistas y ecologistas; los une el rechazo a la privatización, pero los desune la posición socialista de fortalecer al Estado. El socialismo abrió el camino de la lucha contra el capitalismo a la que se han unido la mayor parte de los ecologistas, sin necesariamente unirse a los socialistas. Por otra parte, los socialistas de hoy en día han podido discernir en ciertas vertientes del ecologismo cierta misantropía e incapacidad para entender los problemas de la pobreza y de la violencia social. La complejidad de la crisis global de nuestros días que involucra la muy posible desaparición del ser humano, debido al desarrollo de tecnologías como la nanotecnología, la genética, la electrónica y la robótica, unidas a las amenazas que entrañan el cambio climático y el pico del petróleo, obliga a repensar no sólo el socialismo, sino al mismo pensamiento verde ecologista de los últimos 30 años. Se necesitan respuestas políticas similares a situaciones similares y respuestas políticas inéditas a situaciones inéditas como las de nuestro siglo 21.