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Ciertamente hay que resignificar el mundo, por ejemplo, hay que cambiar el significado de palabras como trabajo, paz, país, vida, naturaleza y muchas otras; sin embargo, es conveniente conocer su historicidad.
De acuerdo con Jean Robert, la palabra barbarie proviene del griego y no del latín y tiene un origen parecido al de la palabra otomí. Los griegos llamaban bárbaro a aquel no podía expresarse bien en griego y hablaban una especie de barbarbarbar, poco inteligible. Los nahuas llamaban otomí a aquel que no podía pronunciar bien la lengua nahua.
Por muchos años, los socialistas utilizaron internacionalmente en su lucha contra el capitalismo la consigna ¡ Socialismo o Barbarie!, dejando muy en claro su rechazo a la "explotación del hombre por el hombre". Algunos de los grandes valores del socialismo han pasado al ecologismo radical, como es el caso de la solidaridad, complementaridad y reciprocidad. Herederos del socialismo, los actuales impulsores de las ideas del Descrecimiento, como Paul Aries, adoptan la consigna ¡Descrecimiento o Barbarie!; tal es el título de su libro en francés y que hemos adoptado en ECOMUNIDADES, ya que la palabra barbarie ha significado mundialmente un rechazo a la destrucción de las culturas y de la naturaleza. Cuando condenamos el bombardeo de la histórica Bagdad o la destrucción del Amazonas o la represión en Atenco, decimos que esto es una barbaridad, con justa razón.
El nuevo grupo ¡ Descrecimiento o Colapso! quiere darle otro sentido a esta consigna, al que también nos adherimos, pero, ECOMUNIDADES seguirá utilizando el lema que adoptamos ¡ Descrecimiento o Barbarie! que nos parece también muy adecuado.
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