CÓMO CONSTRUYEN LOS GOBIERNOS LA GRAN CATÁSTROFE
SEGUNDA PARTE
Las carreteras y supercarreteras
Millones de hectáreas de bosques han sido talados en México por la construcción de carreteras y supercarreteras; cientos de miles de hectáreas de suelo fértil han sido inutilizadas; miles de especies han desaparecido; billones de animales han muerto; cientos de cauces han sido alterados; el campo mexicano se llena de sumideros de basura y residuos peligrosos; el uso del suelo en el campo ha cambiado radicalmente; por este motivo, existe un creciente “desordenamiento ecológico” en el país, asimismo, la mayor parte de nuestros ecosistemas están severamente dañados, en gran parte por la construcción de estas infraestructuras que, además, hacen una enorme contribución al calentamiento global.
Cientos de miles de personas han muerto o han quedado minusválidas en México por accidentes en carreteras. Decenas de culturas milenarias han sido asfixiadas por las carreteras y supercarreteras; decenas de miles de antiguas costumbres y tradiciones de México han sido aniquiladas en gran parte por esta razón. Una fatal uniformidad cultural empieza a matar a México por el exceso de movilidad: hoy en día es un país mucho más infeliz, violento y vulnerable que en décadas pasadas, en parte por esta causa. Sin embargo, la fenomenal corrupción que domina en la valorización gubernamental del “Impacto social y ambiental” de las carreteras, impide que este proceso sea frenado al menos un poco.
Los distribuidores viales, arcos viales, periféricos, circuitos, libramientos, ejes troncales, tuneles y puentes.
Millones de árboles en zonas urbanas y cientos de hectáreas de áreas verdes han sido eliminados en México por la construcción de distribuidores viales, arcos viales, periféricos, libramientos, ejes troncales, túneles y puentes; cientos de cauces han sido convertidos en caños por esta razón; cientos de miles de animales han muerto por esta causa; la mayor parte de las ciudades de México resienten altos niveles de contaminación del aire y crecientes “islas de calor” por la construcción de estas infraestructuras que fomentan el desperdicio de energía y contribuyen muy sustancialmente al calentamiento global.
Miles de barrios, comunidades, colonias y pueblos han sido fragmentados, desarticulados, incomunicados y destruidos culturalmente, por la construcción de distribuidores viales, arcos viales, periféricos, libramientos, ejes troncales, túneles y puentes; decenas de miles de personas serán desplazadas del centro de la ciudades a la periferia; el uso del suelo es cada día más irracional en las ciudades por esta causa; el ordenamiento ecológico en las zonas peri urbanas está desquiciado; se elevan persistentemente las tasas de accidentes, las inequidades en el transporte y las distancias y tiempos promedio diarios del transporte urbano; aumenta con rapidez el uso diario del auto y del transporte urbano y se fortalece la irracional demanda de autos y camiones nuevos. La fealdad domina la imagen urbana moderna. La calidad de vida en las ciudades se desploma; aumenta en ellas el miedo, la angustia, el stress, la violencia intrafamiliar y el desquiciamiento de la persona human,en parte por esta razón.
Los trenes suburbanos y las líneas radiales de Metro y Metrobus
Miles de hectáreas de bosque y suelo fértil serán eliminados en los próximos años en el centro de México, a causa de la urbanización inducida por la construcción de trenes suburbanos, líneas radiales de Metro y Metrobus; cientos de kilómetros cuadrados de zonas rurales cercanas a las terminales exteriores de estos transportes serán pavimentadas por esta causa. Decenas de especies desaparecerán; millones de animales morirán y decenas de cauces se convertirán en caños, debido a la construcción de estas infraestructuras. Aumentará consistentemente, por esta causa, el despilfarro de energía y la producción de gases de efecto de invernadero.
Cientos de barrios, comunidades, colonias y pueblos sufrirán fragmentación, desarticulación y deterioro cultural, por la construcción de trenes suburbanos y líneas radiales de Metro y Metrobus: más de cuatro horas diarias dedicadas al transporte urbano, consecuencia directa de la construcción de estas infraestructuras, destruirán la convivencia familiar y comunitaria, lo que traerá como resultado el desarraigo, el conformismo, las adicciones y el fomento de las actividades delictivas; decenas de miles de personas serán desplazadas del centro de las ciudades a la periferia; cientos de antiguas costumbres y tradiciones del centro de México serán aniquiladas; el desprecio por el medio ambiente y la cultura se acentuará en esta región; la violencia y la pobreza conocerán niveles más elevados, en parte por la construcción de estas infraestructuras. La calidad de vida se desplomará en esta región en los próximos años y se agudizarán los desequilibrios sociales y el desastre cultural.
La mentira del empleo
La construcción de infraestructuras como carreteras, presas, trenes suburbanos, líneas de Metro, distribuidores viales, etc., genera hoy en día relativamente muy poco empleo, debido a la tecnología de punta utilizada en su construcción: los megaproyectos sólo generan “empleo globalizado”, para técnicos y ejecutivos extranjeros; “empleo caníbal”, empleo que elimina otros empleos y “empleo walmartizado” empleo de esclavos con muy bajas remuneraciones. Además, son empleos que sólo duran mientras se hace la obra. La construcción de infraestructuras tiene muy poco impacto en la tasa de empleo. Únicamente la pequeña empresa genera empleo en abundancia.
La mentira del beneficio público
La construcción de carreteras, trenes suburbanos, distribuidores viales, líneas radiales de Metro y otras infraestructuras de transporte sólo genera beneficios ilusorios, engañosos, contraproducentes, debido a sus consecuencias catastróficas en las culturas y en el medio ambiente: los daños sociales y ecológicos que provoca la construcción de estas infraestructuras son muy superiores a cualquier beneficio económico: son daños INCONMENSURABLES, pues, debilitan la autonomía, la cultura y los patrimonios de las personas, de las comunidades y de la nación entera; la empobrecen en todos sentidos y condenan a las generaciones futuras a una vida miserable. Los apetitos de poder y dinero que están detrás de estos proyectos se disfrazan con vehementes declaraciones de compromiso con el interés público.
La irresponsabilidad gubernamental, académica y empresarial.
La excesiva dependencia cultural y política de los gobiernos mexicanos, de las universidades mexicanas públicas y privadas y de los empresarios mexicanos, de entidades académicas, gubernamentales y empresariales de países que históricamente se han vuelto ricos y poderosos por medio de la piratería y la usura, los hacen adoptar modelos y conceptos caducos de transporte e infraestructura en general que resultan muy contrarios al interés público de los mexicanos. Invariablemente ocultan o minimizan los impactos culturales y ambientales; invariablemente manifiestan su devoción por la tecnociencia; invariablemente estos sectores se confabulan para imponer estos proyectos. La mentira y el engaño preside la planeación, construcción y operación de carreteras, trenes suburbanos, distribuidores viales, líneas radiales de Metro y Metrobus, arcos viales, periféricos, libramientos, circuitos viales, ejes troncales, tuneles y puentes, y en general de todo tipo de megaproyectos. El engaño del progreso y del desarrollo sigue vigente en el país. Con estas infraestructuras construyen los gobiernos LA GRAN CATASTROFE AMBIENTAL, CULTURAL, ECONOMICA Y POLITICA que ya se percibe en el horizonte de México.