martes, 13 de agosto de 2013

La muy peligrosa reforma petrolera de Peña Nieto

La muy peligrosa reforma petrolera de Peña Nieto

Tercera parte del texto ¿Qué está en juego con la introducción del infierno gasero en México?

Ponencia presentada el 12 de agosto ante el grupo de trabajo por una red nacional en defensa de la Madre Tierra  

 En la primera y segunda parte de esta reflexión advierto sobre las consecuencias  del auge o disparo en algunas actividades  íntimamente ligadas entre sí que crean una realidad petrolera mundial completamente nueva, como son: la extracción del gas y petróleo shale o de lutitas o de esquisto, por medio del fracking;  petróleo en aguas profundas - extracciones con efectos destructivos sobre la sociedad y el medio ambiente al menos diez veces mayores a los del Petróleo Convencional- y otras formas de producir energía. Concluyo que el auge de estas maneras de extraer gas o petróleo- que los gobiernos llaman Petróleo No Convencional- confirma la caída en la producción petrolera mundial en los pozos en tierra firme o tierra adentro o convencionales; se agotó ya la mitad del petróleo de fácil extracción o de bajo costo, situación que provoca crecientes presiones a la alza en los precios del petróleo que pueden llevar a duplicarlos antes de cinco años. Entramos en la época del Petróleo Extremo o petróleo de muy alto costo social, ambiental y económico y sobre todo, o de una Transición Petrolera Mundial  que puede durar algunos lustros y caracterizarse por un gran aumento en los precios de la electricidad, el gas y las gasolinas, y desde luego, a una pavorosa INESTABILIDAD  social, económica y política. Tenemos que prepararnos a vivir una época muy difícil.

Ciertamente, todavía hay mucho petróleo bajo tierra, sin embargo, este petróleo no es tan accesible como se quiere dar a entender: puede pronto llegar a tener un costo de extracción que puede ser prohibitivo en algunos lustros, por diversas razones, la primera, porque su extracción puede consumir tanta energía como la que se obtiene; la segunda, porque el daño social y ambiental que ocasiona su extracción puede llegar a ser intolerable; la tercera, porque los desastres producidos por el cambio del clima- migraciones masivas, pandemias, hambrunas, sequías, inundaciones, huracanes, incendios forestales, pueden obligar a los gobiernos a encarecer mucho la electricidad y las gasolinas, y la cuarta, porque el colapso institucional derivado de los múltiples colapsos mundiales que incluyen al colapso energético, están ya en marcha y conduzcan al fin de este mundo, como lo conocemos. Por sus características y ventajas, el petróleo es el fundamento de la realidad material creada en el siglo XX y XXI, como: autos, aviones, casas, edificios, carreteras, producción industrial. Sin petróleo barato como el que hemos tenido por más de cien años, los modos de vida, la economía y la política que conocemos desaparecen y emerge otra realidad, con prácticas, reglas y condiciones muy diferentes a las que han dominado los últimos 30 años. Los antecedentes sirven ahora cada día menos para pronosticar el funcionamiento de la economía y la política. La mundialización o globalización que conocemos puede desplomarse abruptamente.

La Transición Petrolera Mundial  es un dato que ocultan celosamente los empresarios, los políticos e inclusive las universidades, ya que implica una guerra multidimensional de la mayor intensidad: cultural, ambiental, económica, política, militar; por eso mienten sistemáticamente sobre la realidad petrolera, por medio de fuertes campañas de desinformación; hablan sobre falsas abundancias, revoluciones, autonomías, dependencias, eficiencias, productividades, energéticas; pretenden manipular temores y esperanzas, para engañar a la población. Ocultan la terrible complicación e incertidumbre que tiene la realidad petrolera mundial que debe enfrentarse de manera muy diferente a la convencional: a problemas inéditos respuestas inéditas. Justamente lo que no quieren hacer los gobiernos y los empresarios, para conservar sus intereses de grupo.

Ante las crecientes presiones a la alza en los precios del petróleo, el muy poderoso país del Norte toma desde hace varios lustros muy duras decisiones para conservar la artificialidad y vulnerabilidad de sus modos de vida y su poder sobre los demás países del mundo: adopta la extracción de gas shale o de lutitas, y la extracción en aguas profundas, ya que así está en condición de lanzar al mundo un bluff, una fanfarronada: ¡Tenemos mucho gas y petróleo bajo nuestro suelo! ¡Somos autosuficientes! Además, ¡hemos logrado bajar mucho el precio del gas en nuestro país! ¡Vivimos una gloriosa revolución energética! ¡Los demás países deberían seguir nuestro ejemplo! De esta manera, el gobierno de ese país quiere difundir por el mundo la aplicación del fracking y la perforación en aguas profundas cuyo principal objeto es el de frenar los aumentos en los precios del petróleo, controlar el petróleo barato que queda  y salvar a la globalización, creación suya.  Para iniciar esta promoción internacional del ecocidio y del genocidio, ese país explora diversas opciones, una de ellas, su favorita: convencer a México de que en estas formas de extracción de petróleo está su salvación.

Los potenciales de gas o petróleo shale o de esquisto o de lutitas en México y petróleo en sus mares en el Golfo de México unidos a la existencia de un gobierno como el de Peña Nieto y un sistema político, tan poco legítimos, tan sometidos a sus deseos, hacen de nuestro país  una muy apetecible opción para promover los designios de la gran potencia del Norte. Peña Nieto estudia todas las argucias posibles para eliminar los obstáculos a la entrada del infierno gasero y petrolero que crea el fracking y la extracción en aguas profundas en México; con tal de conservar los monopolios, oligopolios, acuerdos y tratados que empobrecen a nuestro país, acepta la entrada de tecnologías ecocidas, genocidas y subyugantes que fomentan para  la ocupación silenciosa del país a tal punto que pueda colocar a la sociedad mexicana  en una situación tan paralizada, aterrorizada y vulnerable como lo están hoy en día las desgraciadas familias que en ese desquiciado país del Norte sufren las operaciones de gas shale o de aguas profundas.  Si la minería es una calamidad estas tecnologías nos enseñaran lo que es el infierno. Ver los videos al respecto.  

Nunca ha estado tan amenazada la integridad de los territorios mexicanos como hoy en día por la iniciativa de reforma energética de Peña Nieto: la tecnología del fracking para extraer gas o petróleo de lutitas o esquisto y la de extracción de petróleo en aguas profundas implica una dependencia total del gobierno de Estados Unidos y de sus petroleras  quienes podrán en lo futuro establecer una barbarie como la existente en Nigeria, Irak, Afganistán y eliminar cualquier ley, reglamento o normatividad que les impida explotar lo más rápido posible el petróleo mexicano en la época en la que en pocos años será muy caro en todo el mundo.   La más simple alteración de la Constitución Mexicana en asuntos energéticos puede desencadenar un proceso irreversible hacia la destrucción de México como nación.

¡Movilización contra la reforma energética de Peña Nieto! 



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Miguel Valencia
ECOMUNIDADES
Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México

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