Salir de la economía, para vivir una vida digna; para sobrevivir la catástrofe productivista; para salvar el futuro.
Ponencia presentada el 6 de mayo ante el grupo de trabajo por una red nacional en defensa de la Madre Tierra
Sabemos ya que isotopos radiactivos, nanopartículas, transgénicos, productos químicos, partículas PM10, PM2.5 y ultrafinas, bacterias y virus peligrosos creados por científicos militares, heces fecales, están cada día más presentes en lo que comemos, bebemos o respiramos. Nos rodean aparatos, instrumentos, equipos, dispositivos, paredes, pisos, techos, muebles, decoraciones, vehículos, edificaciones, pavimentaciones, máquinas, ambientes, tan o más tóxicos que nuestros alimentos. La contaminación invade todos los rincones de nuestras casas, colonias, pueblos, campos y ciudades. Vivimos sin comunidad territorial, sin seguridad personal; los vecinos nos son muy ajenos y estamos rodeados de crecientes medidas de seguridad, pues el horror está a la vuelta de la esquina; además, dedicamos más de 4 horas al transporte diario. Nos invade el pánico al sólo pensar que el agua, la comida, la electricidad, la señal del celular, la fuerza pública no llegue por un buen rato a nuestra colonia o pueblo. La violencia y la escasez es ahora omnipresente; está en la calle, el trabajo, la escuela, la vecindad, la familia y en nuestra mente; el crimen organizado está ahora arriba, abajo y en todos lados. Nos preocupamos todos los días por los errores administrativos de los bancos, la CFE, la SHCP, los departamentos de crédito de las empresas que nos venden productos o servicios; tememos la caída de las ventas, el desempleo, la carestía de los básicos, el aumento en las tarifas del gas, gasolina, agua, escuelas, clínicas, hospitales, estacionamientos, carreteras y en el IVA, IETU, ISR. Sospechamos que la economía no va muy bien y que pronto podríamos enfrentar recesiones tan o más duras que la de Europa. Sabemos que los gobiernos, los medios, las escuelas, las empresas nos ocultan mucha información y nos engañan.
Conocemos ya de la existencia del colapso mundial del agua, el campo, los mares, los bosques, las selvas, los glaciares, los acuíferos, la biodiversidad, la alimentación, la limpieza, las ciudades, la educación, la salud y la genética humana, la seguridad, la sociedad, la economía, la política, la paz, los valores. Estamos informados ya de que el petróleo fácil de extraer se termina; que entramos en la era del Petróleo Extremo o No Convencional, un período que implica muchos riesgos y contaminaciones nunca vistas; que el nuevo petróleo puede aumentar de precio radical y abruptamente, cuando nadie lo espere, y que echará abajo la economía mundial y el modo de vida de la gran mayoría. Tenemos conocimiento de que el desastre climático avanza más rápido de lo que habían previsto los gobiernos, y que se presentarán eventos climáticos extremos en los próximos años y décadas; que estos eventos provocarán terribles crisis humanitarias, sociales, económicas y políticas. Percibimos ahora que estamos rodeados de riesgos insoportables y peligros pavorosos; ya estamos informados de que muy destacados científicos (Martin Rees, Dominique Belpomme, James Lovelock, Francois Ramade, Edward Wilson y otros) nos advierten de la muy elevada probabilidad de la desaparición de la especie humana en este siglo. Ahora sabemos que vivimos en un mundo atroz, brutal, decadente, que nos ofrece condiciones de vida insoportables que nos impiden tener una vida digna. Estamos advertidos de que la religión de la economía es la causa objetiva del colapso del mundo.
Consecuentemente, propongo Salir de la economía, con el fin de hacer frente a estas amenazas y problemas, y esta situación infernal. Entiendo por Salir de la economía, nuestro cambio en el modo de vida, por medio de la reflexión personal y colectiva, con el apoyo de una nueva red, para darle fuerza a este cambio; entiendo por Salir de la economía, que los integrantes de la nueva red se comprometan a realizar acciones mínimas simbólicas (Código de ética), como las siguientes:
· No consumir Coca-Cola, Pepsi -cola, pan Bimbo, tortillas hechas con maíz transgénico.
· No ser propietario de un auto, ni viajar en avión ida y vuelta, con frecuencia mayor a dos veces por año, y no utilizar tarjetas de crédito, con frecuencia mayor a una vez al mes.
· Reducir nuestro trabajo alienado (trabajo dedicado a ganar dinero en un empleo o en un negocio propio) a un máximo de 30 horas semanales.
· Reducir el número de objetos personales que acumulamos (ropa, libros, utensilios de cocina, recuerdos, cuadros, zapatos, instrumentos, muebles, etc.) a un máximo de 3,000.
La red debe ayudar o contribuir a fortalecer nuestro cambio en el modo de vida, por medio de:
· La difusión de información y opiniones internacionales y nacionales en torno al colapso del mundo y alternativas para hacer frente a esta calamidad, en especial, al Petróleo Extremo, el Desastre Climático, el colapso hídrico, alimentario, de la limpieza, de las comunidades.
· El apoyo a las convocatorias de asambleas de barrio, colonia, ejido, pueblo, municipio, región, estado, nacionales e internacionales, para tratar el colapso del mundo, entre otros temas.
· Los apoyos a la creación y/o fortalecimiento de redes autónomas territoriales orientadas a hacer frente a las consecuencias locales derivadas de los colapsos mundiales: climático, energético, alimentario, educativo, social, económico, político, simbólico.
· Los apoyos a la creación y/o fortalecimiento de proyectos locales sobresalientes destinados a la creación de alternativas para: reducir al mínimo posible nuestros actuales consumos de productos industriales, como: bebidas, alimentos, vestimentas, viviendas, instrumentos de comunicación, diversión, lavado, acondicionamiento de aire, calentamientos, etc.; para reducir al mínimo posible nuestros consumos en Wal Mart, Soriana, Comer, Sears, OXXOS, franquicias y negocios de este tipo; para reducir nuestros consumos de servicios del Estado o del Mercado, como: agua entubada o embotellada, electricidad de la CFE, drenajes, recolección de basura, alimentos, transportes públicos, TV, radio, celulares, bancos, información, educación, seguridad, clínicas, hospitales, arte, amenidades, etc.
· Facilitación de consensos nacionales sobre temas mundiales y nacionales de muy alto riesgo, como: la energía nuclear, los transgénicos, la nanotecnología, el fracking, extracción en aguas profundas, minería a cielo abierto, presas, trasvases, rellenos, refinerías, megaproyectos, tratados de libre comercio, reformas constitucionales, crecimiento económico.
· Establecimiento de vínculos con redes internacionales autónomas: climáticas, ecologistas, ambientalistas, indígenas, campesinas, laborales, científicas, tecnológicas, etc.
· Coordinación de acciones políticas, frente a proyectos y programas; crear una Plataforma Política para hacer frente a la tecnología de alto riesgo: nuclear, genética, nanotecnología, militar, petrolera, minera, agrícola, turística, urbana. Seguirá en la próxima ponencia.
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