El trasvase del Cutzamala fue el primer megaproyecto (hacia 1980) para importar agua de otras cuencas con el fin de satisfacer a las ciudades (lease industrias de alimentos y bebidas, campos de golf, hoteles cinco estrellas, zonas residenciales de lujo). Este trasvase permitió la conservación de altisimas tasas de agua despifarrada en la ciudad de México y el total abandono de la red de distribución de agua;por otra parte, favoreció la destrucción ecológica de las cuencas que alimentan el sistema Cutzamala e impuso una gran escasez de agua entre los pueblos de esas cuencas. Tal como lo dijimos en nuestra denuncia de este trasvase, tanto en 1995, como en 2006, ante el tribunal Latinoamericano del Agua, el trasvase del Cutzamala estableció un modelo nacional para el robo del agua entre cuencas; para el robo del agua a los pueblos originarios y a los territorios de la vida silvestre. Esta es una consecuencia de la ingeniería hidráulica que han impuesto a Mexico la UNAM y el IPN en mas de medio siglo: los ingenieros tuberos que han impuesto la nefasta doctrina del agua a México que llega a su culminación con el inefable Luegue (ingeniero metalurgico): el agua como un producto industrial que se vuelve mercancía por medio de tubos y bombas. Insisto: la UNAM y el IPN deben pedir perdón a México, por la doctrina tecnocientífica que la han impuesto a México: la modernización chata, simplona que la han impuesto a México que ahora facilita las cosas a los grandes capitales.
NO A LOS TRASVASES!
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Miguel Valencia
Ecomunidades
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