La intolerable falta de legitimidad de las instituciones mexicanas
¿Cómo llegaron al poder la gran mayoría de aquellos que nos han impuesto la mayor parte de las funestas leyes, reglamentos y normas en las que se sostienen las instituciones que rigen nuestra falsa democracia? Un breve repaso de la memoria histórica nos confirma los muy deleznables antecedentes de la gran mayoría de los legisladores, magistrados y gobernantes que hemos padecido cuando menos los últimos 30 años; fueron llevados al poder por acuerdos de las viejas mafias, bandas y pandillas de la alta finanza y la política que a lo largo de décadas han fabricado el desastre mexicano. Poca democracia tuvo su elección. Estos personajes han sido parte de la vieja caquistocracia mexicana, de la secular colonización del imaginario nacional impuesta por las potencias mundiales, con el propósito de facilitar la explotación de las riquezas nacionales. Las instituciones mexicanas han sido creadas por y para el robo, la corrupción y la impunidad, con el fin de propiciar la miseria, la indignidad y la postración moral de la sociedad mexicana; con el propósito de servir al gran capital internacional. Para perpetuar o darle sustentabilidad a este sistema depredador mexicano se han producido en las últimas décadas diversas "reformas democráticas", con una legislación perversa, unos falsos partidos políticos y unos opulentos institutos y tribunales electorales. Estas reformas democráticas han sido muy exaltadas por la caquistocracia mexicana y sus intelectuales.
Ciertamente, ha habido frecuentes rebeliones contra esta falsa democracia mexicana; han sido necesarios cuando menos unos tres golpes de estado en los últimos 25 años, para conservarla en funcionamiento: "la caída del sistema" en 1988; el asesinato de Colosio en 1993; el gran fraude electoral del 2006. Además, ha sido necesario abrumar al país con una descomunal deuda odiosa (contraída a espaldas del pueblo mexicano: Fobaproa-Ipab) con la provocación de al menos unas tres mega crisis financieras: la del "perro" en 1982; la de los especuladores de 1987 y la del "error de diciembre" de 1994 e imponer un ruinoso TLC, para restringir aun más el margen de maniobra de la caquistocracia y de la sociedad mexicana. Las potencias con mayores intereses en México ahora supervisan de cerca y "aconsejan" a gobernantes, legisladores y magistrados, cómo deben conducir el "desarrollo y la economía mexicana"; cómo deben mantener tranquilos a los mexicanos. Inclusive, se han visto en la necesidad de instigar en el último quinquenio una "guerra contra el narcotráfico", para conjurar cambios en esta falsa democracia; para preparar la aplicación de medidas aún más dolorosas que tal vez ayuden a convertir a México en una nueva Somalia. La explotación intensiva de México no sólo no puede detenerse sino tendrá que aumentar en los próximos años debido al muy previsible disparo en los costos internacionales de la energía, el agua, los metales, las tierras, los alimentos, la paz, la salud, el conocimiento, la autonomía, entre otros bienes. Se multiplican ya, las cámaras y los equipos de espionaje del "Gran Hermano".
En pocos países del mundo puede afirmarse con tanta certidumbre que los gobernantes, legisladores y magistrados ¡no nos representan!; que forman parte del 1% que aniquila el futuro del país y del mundo. Sin embargo, ¿Cómo han podido sobrevivir las instituciones mexicanas con tan escasa legitimidad? Entre otras razones, esta histórica caquistocracia mexicana ha aplicado, con excelencia de Clase Mundial y por muchos años, las modernas armas de destrucción masiva que han aplicado sus verdaderos mandantes, los gobiernos poderosos del mundo: la publicidad en TV y radio y el marketing político (instrucciones sobre qué pensar y cómo actuar: 30 millones de spots en TV y radio, para su difusión en los próximos meses); el crédito al consumo (deuda y esclavitud eterna con tarjetas de crédito que aceptan pago mensual mínimo); la dependencia extrema de tecnologías de breve vigencia: IPods, Blackberrys; móviles o celulares, videos, televisiones, cámaras, computadoras, autos, ( costosa vida artificial que aísla y embrutece) . Estas terribles armas modernas han sido tan eficaces en México que han devastado la mentalidad de una gran parte de los ciudadanos mexicanos de varias generaciones, por lo que han votado habitualmente en contra de sus intereses, como se ha podido confirmar desde hace cuando menos un cuarto de siglo ¿cómo pudo votar tanto ciudadano por un idiota como Fox? Milagro del marketing político.
Después de más de 60,000 muertos y 20,000 desaparecidos; de la entrega de más 2,500 concesiones mineras a piratas canadienses; de miles de concesiones petroleras a piratas de EUA, e Inglaterra: cientos de acuíferos entregados en concesión a Coca-Cola y otras empresas francesas, en un solo quinquenio ¿Qué tendrán concretamente en estudio las potencias internacionales y las instituciones mexicanas para 2012?
En uno de sus mejores momentos en la política, López Obrador exclamó en 2006: ¡Al diablo las instituciones! En ese momento de gran lucidez, lanzaba una consigna de gran calado que ha sido lamentablemente muy válida en México desde hace muchos años, frente a los tradicionalmente lodosos asuntos electorales de nuestro país. Desgraciadamente, López Obrador reculó, volvió a reconocer los funestos cauces electorales mexicanos y perdió una oportunidad histórica de darle a México un regalo mayor, con su firme desprecio a la muy tramposa legalidad electoral de México; nos hubiera ahorrado muchas muertes, sufrimientos y miserias.
Es necesario que las comunidades mexicanas entren ya en una fase instituyente; que el imaginario social se ponga a trabajar y se concentre abiertamente a la transformación de las instituciones existentes, para recuperar, como lo exigen losindignados españoles, la democracia real. Es necesario reinstitucionalizar a México, por otros medios fuera de las tramposas elecciones que nos ofrecen las siniestras instituciones mexicanas. El acto de votar se ha convertido en México en un acto cómplice con el narcotráfico, el tráfico de armas, la trata de personas, el saqueo de los Dones de la Naturaleza, la destrucción del tejido social; en un acto que nos conduce a la aniquilación de la nación mexicana.
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Miguel ValenciaECOMUNIDADES
Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México
¡DESCRECIMIENTO O EXTINCIÓN!
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