Lula, como el desarrollista Andres Manuel Lopez Obrador y su sucesor Marcelo Ebrard. Como los desarrollistas Evo Morales y Hugo Chavez. La izquierda insiste en el desarrollismo.
Miguel Valencia
Ecomunidades
-------------------------------------
LECCIONES ECOLOGICAS DE LA VOTACION EN BRASIL
10 Oct 2010
Eduardo Gudynas - blog www.accionyreaccion.com
Una ola verde ha impactado en las elecciones de Brasil. La candidata del Partido
Verde, Marina Silva arañó el 20% del apoyo electoral, ocupando el tercer luhar
en las votaciones. El resultado para muchos fue sorpreviso, y varios analistas
coinciden en que si la campaña duraba unas semanas más, hubiera alcanzado el
segundo puesto.
En esa sorpresa hay muchas lecciones para los demás países. Comencemos por
señalar que la plataforma política de Silva es una reacción a una izquierda
gobernante, que recayó en un desarrollo convencional, basado en explotar los
recursos naturales, con un alto impacto ambiental y social, un estilo que está
presente en los demás países. También es una búsqueda de alternativas a las
clásicas prácticas políticas que mezclan el caudillismo, el paternalismo
tecnocrático y el clientelismo – un problema que se repite también en muchos
países. Su discurso ambiental logró quebrar las justificaciones simplistas que
defienden el extractivismo como modo de financiar los programas sociales – una
justificación que es moneda corriente en varios sitios. Finalmente, es una
candidata que puso los temas amazónicos una vez más en el tapete – un tema que
muchos parece que quisieran olvidar.
Comencemos por recordar que Silva fue ministro del ambiente del gobierno Lula.
Pero los desencuentros se fueron sumando; perdió sus reclamos por mejorar los
controles ambientales sobre los transgénicos, represas o carreteras. Finalmente
renunció en 2008, por su discrepancia sobre la gestión amazónica, ya que el
gobierno Lula tomó un camino que es muy similar al que parecería buscar Bolivia:
promover carreteras, represas y minería volcada a la exportación. Poco después,
en 2009, dio un paso más abandonando al Partido de los Trabajadores, advirtiendo
que en su seno no se daban las condiciones para cambiar los valores y paradigmas
de las viejas ideas del desarrollo. Me referí a esta situación en un post
anterior (ver -
http://accionyreaccion.com/?p=124)
Todo esto se debió a que el gobierno Lula triunfó la postura convencional
desarrollista, y que en muchos casos fue defendida por la entonces ministro, y
hoy candidata, Dilma Rousseff. Pero esas decisiones sembraron el descontento de
amplios sectores sociales brasileños, en unos casos rechazando el daño social y
ambiental, y en otros casos desilusionados y cansados con sus modos de hacer
política.
Cuando se lanzó la campaña electoral, muchos en el gobierno no tomaron en serio
a Silva como candidata presidencial: es una mujer, pequeña, mestiza, amazónica,
evangelista, y competía desde un pequeño partido ecologista. A pocos les parecía
una amenaza electoral seria. Pero se equivocaron. No advirtieron que
representaba un tipo de actor social que posiblemente esté anunciando el debate
político futuro no solo en Brasil, sino también en otros países.
Silva, como actor político, tiene una herencia personal que es muy común a
centenares de miles de personas. Proviene de una familia amazónica que vivía de
cosechar el árbol del caucho en Acre, y padeció la contaminación por metales
pesados. Trabajó como empleada doméstica para completar sus estudios, fue
dirigente social y legisladora. En sus discursos no grita ni amenaza, habla
pausadamente e intenta convencer.
Sus propuestas apuntan hacia otro tipo de desarrollo. En el caso de las
explotaciones extractivas, las directrices de su Partido Verde, contiene ideas
muy distintas a las defendidas no sólo por el gobierno Lula, sino a lo que se
postula en los demás países vecinos.
Por ejemplo, se reclama garantizar el abastecimiento nacional de esos recursos
naturales antes que seguir extrayéndolos solamente para su exportación. Señala
que hay que prepararse para un futuro sin ellos, ya que el cobre o el petróleo
son finitos, y se acabarán. Este es un punto crucial que parecería no discutirse
en otros países; se cierra los ojos a que el estaño o el petróleo se agotarán.
Por lo tanto, la urgencia es cómo aprovechar las ganancias obtenidas hoy, para
construir alternativas post-extractivistas mañana. El programa insiste en que la
explotación debe balancear buenas ganancias y competitividad, pero siguiendo las
más altas condiciones sociales y ambientales.
Por lo tanto, allí hay muchas ideas para pensar desde las demás naciones. Pero
además ilustra los senderos de los debates futuros, donde candidaturas
alternativas similares pueden estar gestándose, sin que desde el poder se les
presete mucha atención.
Una versión abreviada de estas ideas se publicó en mi columna en La Primera
(Lima), el 9 de octubre – ver
http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columnistas/las-lecciones-de-la-ola-verde-de-brasil_71795.html
Original en el blog: http://accionyreaccion.com/?p=300
10 Oct 2010
Eduardo Gudynas - blog www.accionyreaccion.com
Una ola verde ha impactado en las elecciones de Brasil. La candidata del Partido
Verde, Marina Silva arañó el 20% del apoyo electoral, ocupando el tercer luhar
en las votaciones. El resultado para muchos fue sorpreviso, y varios analistas
coinciden en que si la campaña duraba unas semanas más, hubiera alcanzado el
segundo puesto.
En esa sorpresa hay muchas lecciones para los demás países. Comencemos por
señalar que la plataforma política de Silva es una reacción a una izquierda
gobernante, que recayó en un desarrollo convencional, basado en explotar los
recursos naturales, con un alto impacto ambiental y social, un estilo que está
presente en los demás países. También es una búsqueda de alternativas a las
clásicas prácticas políticas que mezclan el caudillismo, el paternalismo
tecnocrático y el clientelismo – un problema que se repite también en muchos
países. Su discurso ambiental logró quebrar las justificaciones simplistas que
defienden el extractivismo como modo de financiar los programas sociales – una
justificación que es moneda corriente en varios sitios. Finalmente, es una
candidata que puso los temas amazónicos una vez más en el tapete – un tema que
muchos parece que quisieran olvidar.
Comencemos por recordar que Silva fue ministro del ambiente del gobierno Lula.
Pero los desencuentros se fueron sumando; perdió sus reclamos por mejorar los
controles ambientales sobre los transgénicos, represas o carreteras. Finalmente
renunció en 2008, por su discrepancia sobre la gestión amazónica, ya que el
gobierno Lula tomó un camino que es muy similar al que parecería buscar Bolivia:
promover carreteras, represas y minería volcada a la exportación. Poco después,
en 2009, dio un paso más abandonando al Partido de los Trabajadores, advirtiendo
que en su seno no se daban las condiciones para cambiar los valores y paradigmas
de las viejas ideas del desarrollo. Me referí a esta situación en un post
anterior (ver -
http://accionyreaccion.com/?p=124)
Todo esto se debió a que el gobierno Lula triunfó la postura convencional
desarrollista, y que en muchos casos fue defendida por la entonces ministro, y
hoy candidata, Dilma Rousseff. Pero esas decisiones sembraron el descontento de
amplios sectores sociales brasileños, en unos casos rechazando el daño social y
ambiental, y en otros casos desilusionados y cansados con sus modos de hacer
política.
Cuando se lanzó la campaña electoral, muchos en el gobierno no tomaron en serio
a Silva como candidata presidencial: es una mujer, pequeña, mestiza, amazónica,
evangelista, y competía desde un pequeño partido ecologista. A pocos les parecía
una amenaza electoral seria. Pero se equivocaron. No advirtieron que
representaba un tipo de actor social que posiblemente esté anunciando el debate
político futuro no solo en Brasil, sino también en otros países.
Silva, como actor político, tiene una herencia personal que es muy común a
centenares de miles de personas. Proviene de una familia amazónica que vivía de
cosechar el árbol del caucho en Acre, y padeció la contaminación por metales
pesados. Trabajó como empleada doméstica para completar sus estudios, fue
dirigente social y legisladora. En sus discursos no grita ni amenaza, habla
pausadamente e intenta convencer.
Sus propuestas apuntan hacia otro tipo de desarrollo. En el caso de las
explotaciones extractivas, las directrices de su Partido Verde, contiene ideas
muy distintas a las defendidas no sólo por el gobierno Lula, sino a lo que se
postula en los demás países vecinos.
Por ejemplo, se reclama garantizar el abastecimiento nacional de esos recursos
naturales antes que seguir extrayéndolos solamente para su exportación. Señala
que hay que prepararse para un futuro sin ellos, ya que el cobre o el petróleo
son finitos, y se acabarán. Este es un punto crucial que parecería no discutirse
en otros países; se cierra los ojos a que el estaño o el petróleo se agotarán.
Por lo tanto, la urgencia es cómo aprovechar las ganancias obtenidas hoy, para
construir alternativas post-extractivistas mañana. El programa insiste en que la
explotación debe balancear buenas ganancias y competitividad, pero siguiendo las
más altas condiciones sociales y ambientales.
Por lo tanto, allí hay muchas ideas para pensar desde las demás naciones. Pero
además ilustra los senderos de los debates futuros, donde candidaturas
alternativas similares pueden estar gestándose, sin que desde el poder se les
presete mucha atención.
Una versión abreviada de estas ideas se publicó en mi columna en La Primera
(Lima), el 9 de octubre – ver
http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columnistas/las-lecciones-de-la-ola-verde-de-brasil_71795.html
Original en el blog: http://accionyreaccion.com/?p=300
No hay comentarios.:
Publicar un comentario