ecoportal
12-02-09,
La extinción de especies es un fenómeno natural en la evolución, sin embargo, en la actualidad vivimos uno de los momentos más críticos dado que por acción humana están desapareciendo cientos de organismos, animales y vegetales.
Los fenómenos naturales generan desbalances, pero las personas estamos afectando hasta 20, 30 ó 100 veces más.
La extinción de especies es un fenómeno natural en la evolución, sin embargo, en la actualidad vivimos uno de los momentos más críticos dado que por acción humana están desapareciendo cientos de organismos, animales y vegetales.
"Como seres humanos, como organismos que estamos en el planeta, lo que hemos venido haciendo desde que existimos es generar desbalances, no hay que olvidar que el motor de la evolución es el desequilibrio. Pero la diferencia con otros organismos es que nuestros desbalances son cada vez más grandes, más rápidos y más globales", dice en entrevista el doctor en ecología Luis Zambrano, investigador del Instituto de Biología de la UNAM.
Un castor, explica, genera un desbalance cuando construye una presa para su casa, lo cual afecta a otras especies, pero es un fenómeno local. Otros ejemplos pueden ser el de las langostas que destruyen una cosecha o el de los elefantes que, en medio de una estampida, se llevan a su paso cientos de hormigueros. Todos estos son casos muy locales. La acción humana, no.
"La selección natural, la evolución es aética. La diferencia entre los humanos y el resto de los organismos es que sí nos damos cuenta de lo que estamos haciendo. Tendríamos que ser éticos. Las personas estamos generando entropía, en términos energéticos es generar más caos, destruimos más especies, generamos desbalances más profundos y no para sobrevivir, como es normal en la naturaleza, sino para vivir mucho más cómodos".
Específicamente, en el valle de México, la acción humana ha producido que desaparezcan muchos organismos, entre estos, tres especies de peces, que algunas aves y mamíferos ya no habiten en la zona, y que esté a punto de extinguirse el ajolote, una de las especies más simbólicas del centro de México. Zambrano, especialista en el caso de Xochimilco, ha concluido que al ajolote no le quedan más de cinco años.
"Los grandes cambios de la naturaleza, de 100 años para acá, los está provocando el ser humano, sin duda son culpa nuestra. Los fenómenos naturales generan desbalances, pero las personas estamos afectando 20, 30 ó 100 veces más. El cambio climático es muy superior a los ciclos de glaciación".
Zambrano explica que cuando, por ejemplo, se destruye un arrecife con el argumento de que se levantará un hotel, que dará empleos y desarrollo, a la larga vendrá un problema mayor: "Si llega un huracán no hay arrecife que lo detenga; es lo que pasó en Cancún con los últimos dos huracanes".
El rompimiento del balance hídrico y la deforestación, son dos de los procesos donde el hombre está llevando a cabo mayor alteración y extinción de especies.
"En términos de evolución estamos reduciendo la biodiversidad, pero las reglas de la evolución continúan, son extrahumanas. Los seres humanos nos insertamos en la selección natural, metemos especies, genes, favorecemos unas especies, destruimos otras".
Para el director del Instituto de Ecología, doctor César Domínguez, el impacto del hombre sobre el planeta en términos de corto plazo es muy importante: "Un ejemplo es la pesquería: el hombre con la pesca en el mar lo que está haciendo es favorecer la reproducción a edades más tempranas, más que como hace 20 ó 50 años. Esa es una presión de selección que hacemos los hombres".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario