Se multiplican las campañas ambientalistas que insisten en exagerar las ventajas y beneficios de las llamadas " fuentes renovables de energía" ( solar, eólica, geotermia, biomasa, hidráulica, hidrógeno, entre otras), para hacer frente a las amenazas del agotamiento del petróleo barato y el cambio climático: se les presenta como la gran solución a nuestros problemas energéticos. Miles de ponencias, declaraciones y estudios académicos se producen cada año, en demanda de legislaciones, subsidios, grandes presupuestos, normatividades y costosas investigaciones científicas para impulsar a las "renovables". Destacados científicos, empresarios, políticos y ambientalistas realizan considerables esfuerzos para convencer a los gobiernos, a los legisladores y a la sociedad de las bondades de las energías renovables: existe hoy en día una poderosa presión internacional en favor de su uso intensivo; incluso las transnacionales se declaran muy interesadas por las "fuentes renovables". ¿por qué han cambiado de opinión?
Numerosos analistas del tema petrolero advierten del agotamiento del petróleo que se puede obtener a bajos costos; hablan de Pico o Cenit del Petróleo; es decir, del inicio de la época del petróleo de gran costo; sitúan este momento de ruptura con el pasado en los próximos años, entre el 2010 y el 2015. Esta ruptura puede tener efectos catastróficos en el sistema económico y político mundial. Por otra parte, el cambio climático inquieta cada día más a los empresarios, políticos y académicos del mundo entero: aumentan los datos que confirman los peligros del aumento de la temperatura, para la salud, la alimentación y la economía de los pueblos; para la subsistencia de la humanidad. El cambio climático es ya la primera preocupación mundial. La emergencia de estas amenazas mundiales desata una gran controversia en torno a las acciones que se deben realizar para enfrentarlas. Las "renovables" quieren instalarse como la solución principal, a pesar de sus grandes fallas.
Ciertamente, estas "fuentes renovables" pueden ayudar un poco en la reducción de las emisiones de efecto de invernadero, pero, están lejos de ser la solución principal en los asuntos energéticos. Las "fuentes renovables" no responden en absoluto a la causa principal del agotamiento del petróleo y del cambio climático que es el CONSUMO EXCESIVO DE ENERGÍA, inherente al consumo y a la producción moderna; concomitante al Libre Comercio y a la Globalización; relacionado al transporte y a los servicios modernos de salud y educación: las "renovables" sólo se ocupan de los efectos y no de las causas que generan estas amenazas. El consumo excesivo de energía es la causa principal del desquiciamiento ambiental, cultural, económico y político del mundo moderno; es la causa principal de los riesgos de extinción de la humanidad. El consumo excesivo de energía funciona como una droga que altera la conducta de los ciudadanos: vuelve violentas a las sociedades que se hacen adictas. Las "renovables" ayudan muy poco en la reducción del despilfarro energético, sin embargo, contribuyen a conservar la ilusión de que podemos continuar con el aumento en la demanda energética y en el crecimiento económico; engañan a los que creen que ayudan a la defensa de la Tierra; apoyan al sistema económico que destruye rápidamente los dones de la naturaleza y las culturas. Son muy pocas las contribuciones científicas, empresariales y políticas que argumentan sobre la necesidad de transitar a una sociedad de bajo consumo energético. No hay popularidad en esta posición.
Las "fuentes renovables", antigua propuesta ecologista, se han convertido hoy en día en una alta tecnología al servicio de las transnacionales y han perdido su condición original, su condición ecologista, como una ecotécnica al alcance de la comunidad, descentralizada, altamente participativa y de pequeña escala; han dejado de ser fuentes creadoras de autonomía, para convertirse en apoyo a la dependencia de un sistema central. Las grandes instalaciones solares, eólicas, geotérmicas e hidráulicas de las transnacionales, centralizan y concentran la generación de electricidad: tienen un enorme impacto ambiental y social: debilitan a las comunidades antiguas y tienen un muy alto costo energético de fabricación y de desecho: son ya un gran negocio industrial que privatiza bienes públicos y socializa costos privados. Las "renovables" son ahora un gran negocio transnacional, político y académico: son un ardid neoliberal.
La Tierra,
nos dice Paul Aries, no puede absorber más de tres mil millones de toneladas equivalentes de carbono, mientras ya emitíamos seis mil hacia 1990. Si tomamos en serio nuestros propios valores como la igualdad, sabiendo que seremos nueve mil millones de personas hacia el 2050, esto no da una cuota de carbón equivalente por persona de quinientos kg., al año, lo que significa menos del 10% de las emisiones de los estadounidenses. Habrá que dividir entre doce el consumo de un estadounidense, entre seis el de un europeo, etc. Esta preocupación igualitaria nos conduce, por otro lado, a que un hindú pueda consumir 120% de lo que consume actualmente; un pakistaní podría multiplicar por dos su consumo y un nepalés hacerlo por veinte. Estas cifras nos permiten darnos cuenta de la enormidad del esfuerzo que debe realizarse para preservar la viabilidad del planeta. Se percibe, además, que no se trata de reducir simplemente el consumo sino de cambiar radicalmente el modo de vida. Debemos simplemente salir de la sociedad de consumo.Detrás de las campañas ambientalistas a favor de las "fuentes renovables", se encuentra una trampa neoliberal, desarrollista y cientificista que sirve para impulsar ingentes negocios transnacionales que, además, ayudan a confundir, desorientar y paralizar a la opinión pública, con relación al tema energético y ecológico; que trivializa la soluciones, adormece la conciencia y desalienta la acción ciudadana, con respecto a las posibles soluciones frente al Pico del Petróleo o el cambio climático. Las campañas por las "renovables" sirven especialmente para evadir el tema de la reducción radical en el consumo de energía o el cambio profundo en el modo de vida; sirven para mediatizar las acciones importantes frente al agotamiento de petróleo y el cambio climático; se utilizan para favorecer el relanzamiento de la energía nuclear, como la gran solución al problema energético.
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Miguel Valencia
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