Una parte de la verborrea que nos satura son las predicas ecologistas regañonas que hacen apreciaciones simplistas de la realidad: ni la mayor parte de los que viven en las ciudades son unos zanganos; ni nadie sensato en la ciudad solicita que los campesinos nos mantengan. El asunto es mucho mas complejo: tiene raices historicas de siglos y no lo inventó México: se trata de un predicamento mundial que no se cambia con ideas simples: se trata del avance mundial de la tecnociencia, de la ciencia convertida en un sistema, que crea una Megamáquina mundial que impone por encima de la voluntad de la mayoría una forma de hacer las cosas que destruye la voluntad humana, la cultura y los dones de la naturaleza.
Tampoco es una buena solución el voluntarismo individualista que tiende a favorecer los designios de las transnacionales y de los gobiernos. Nadie puede resolver "su soberanía alimentaria individual" por sí solo, sin tomar en cuenta a los demás, sin conocer como se mueven los asuntos economicos y pol´ticos. La despolitización agrava los problemas no los resuelve. Quienes piden la sobernía alimentaria son los campesinos y algunos citadinos concientes; ¿ de que estamos hablando entonces?
Una buena amiga parisina, Sylvia Perez -Vitoria, ha escrito un libro muy interesante al respecto: se llama Los Campesinos están de Regreso. Les paysans son de retour; donde estudia muy bien este fenómeno en los países ricos, donde cada día mas personas de la ciudad se van a vivir al campo y a cultivarlo: los neocampesinos.
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