ECOPORTAL, Ricardo Natalichio
Ya es tan evidente que no queda lugar para la discusión. Existe una relación directa entre el aumento de los precios de los alimentos y el incremento de la demanda de agrocombustibles.
La crisis alimentaria producida por el acelerado aumento en el precio de lo alimentos básicos, afectará en los próximos años de manera franca y cruel a más de 800 millones de personas, la mayor parte en el continente africano, Asia y el Caribe. En un gran porcentaje, niños menores de 5 años.
El hecho de que ingresara la producción de combustibles de origen vegetal como un competidor del mercado de producción de alimentos, ha modificado drásticamente y en tiempo record la cantidad de oferta disponible, ante una demanda en constante crecimiento. Los agrocombustibles se obtienen de los mismos productos y utilizan las mismas tierras de las que se alimenta buena parte de la población mundial.
Pero eso no es todo, ya que junto con el precio de los cereales, aumenta el precio de los piensos para el ganado y el valor de uso o arriendo de las superficies necesarias para su cría, provocando el consiguiente aumento de otros alimentos básicos como la carne, los huevos y la leche.
En los últimos ocho años, la cantidad de maíz destinada a la producción de etanol en los Estados Unidos ha crecido mas del 500%. Eso significa que en 2008, casi 100 millones de toneladas, solo de maíz y sólo en los Estados Unidos serán destinadas a producir combustible en lugar de alimentar a la gente. Durante el último año el maíz se ha encarecido hasta un 130%. El precio del arroz pasó en unos pocos meses de 300 dólares la tonelada a unos 1.200 dólares.
La mitad de los habitantes del planeta sobrevive con menos de dos dólares por día y cerca de mil millones con menos de un dólar diario. Personas para las que el trigo, la soya, el arroz y el maíz son la base de su alimentación, y hasta el inicio de la crisis alimentaria insumían el 75% de sus ingresos en ella.
Es posible que en los próximos años estas cifras ni siquiera se puedan calcular, pues estaremos muy ocupados tratando de conseguir los alimentos y el agua necesarios para nuestra propia supervivencia, enterrando cadáveres y tratando de combatir las plagas que estos generarán.
Tan grave es la situación que desde el Programa Mundial para la Alimentación (PMA), se advierte que las reservas de alimentos en el mundo están en el nivel más bajo de los últimos 30 años.
Sin embargo, con el aumento de los precios de los cereales hay quienes están ganando y mucho. Las multinacionales que monopolizan cada uno de los eslabones de la cadena de producción, transformación y distribución han aumentado estrepitosamente sus ganancias año a año.
La tierra, el agua, las semillas, todo está mercantilizado. Todo se vende al mejor postor y todo es parte del juego de maximizar ganancias, el juego del poder, que ha encontrado en el capitalismo, el mejor medio para crecer sin freno alguno. Un juego macabro en el que la vida una persona no tiene mas valor que un grano de arroz.
Nos reencontramos la próxima semana, con una nueva entrega de esta publicación. Ricardo Natalichio
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Lo dicho, es más económicamente viable eliminar a los pobres, que tratar de insertarlos o incluirlos en el "desarrollo", lo cual requiere de tiempo, recursos, planes de desarrollo, distribución equitativa de la riqueza, etc., aspectos que los países ricos nunca han estado dispuestos a emprender seria y solidariamente, y menos ahora, que los dones de la naturaleza se agotan.
Saludos tristes,
Adriana Matalonga
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