El Censo-Diagnostico de los árboles del camellón de Ámsterdam en la colonia Hipódromo, realizado por los señores Aníbal Huerta y Miguel Ángel López Sierra, profesionistas seleccionados y pagados por la organización Mythos del Parque, en el que se recomienda la eliminación en diferentes tiempos del 61.5% de los árboles de dicho camellón, a causa del “riesgo extremo” que representan 662 árboles, en perjuicio de los ciudadanos o de los demás árboles, tiene a mi parecer algunas graves fallas:
Este Censo-Diagnostico adolece de un buen fundamento científico, pues no se apoya en estudios locales o regionales solventes que confirmen el gran peligro o el riesgo extremo de los árboles condenados a la eliminación: no se mencionan -.si las hubiese.- las experiencias ecológicas y sociales negativas ligadas a estos árboles en el Distrito Federal o en el Valle de México; No existen estadísticas confiables en la ciudad de México que confirmen el gran riesgo que representan los árboles con este tipo de problemas, simplemente se dictamina dogmática y sumariamente que son árboles de “riesgo extremo” que es necesario eliminar. No existen, tampoco, experiencias reconocidas ampliamente por los vecinos de la colonia que confirmen la peligrosidad extrema de todos estos árboles. Todos los árboles tienen riesgos: la vida misma es un riesgo; la mayor parte de los árboles del Valle de México tienen algún tipo de problema o enfermedad: tienen riesgos. No se deben tirar árboles sólo porque tienen algún problema o riesgo. La percepción del riesgo es un asunto muy subjetivo, si no está basada en rigurosos estudios estadísticos independientes. Es evidente, tras una inspección que varios de estos árboles padecen diversas afecciones derivadas del abandono y el maltrato de muchos años: los gobiernos involucrados no han realizado el menor esfuerzo en el cuidado de dichos árboles, lo que confirma su incapacidad inveterada para entender el significado y función de los árboles públicos. No deben los funcionarios públicos tomar decisiones sobre asuntos que evidentemente no comprenden y que afectan profundamente la vida de la comunidad. Este tipo de estudios “profesionales” parecen sólo favorecer las malas decisiones gubernamentales.
Poco respeto por los árboles y la cultura, es la inevitable conclusión que se desprende de la lectura de un estudio de árboles públicos como el mencionado que no propone maneras de evitar en lo posible la tala de árboles con follaje, la mayor parte de ellos, con más de 25 años de edad; que no busca desesperadamente la manera de curar o rescatar árboles que de otra manera no se pueden sustituir inmediatamente por nuevos árboles del mismo tamaño, debido a su elevado costo; que no propone prioritariamente salvamentos de árboles como alternativa a su tala. El estudio no toma en cuenta la magnífica resistencia de muchos de estos árboles que en parte siguen verdes y de pie, a pesar de los muchos años que tienen con muy graves afecciones. No toma en cuenta como estos árboles son un habitat de numerosas aves, batracios e insectos que enriquecen la vida en este camellón. No toma en cuenta que los árboles están ligados a la vida de los vecinos de esta calle, a sus sueños y a sus recuerdos. No toma en cuenta que muchos vecinos conocen estos árboles desde hace muchos años y saben de su resistencia y fortaleza a través del tiempo. El estudio tampoco toma en cuenta que los gobiernos mexicanos de todo tipo han demostrado plena incapacidad para reforestar cualquier terreno, sea urbano o rural y plena incapacidad para conservar en buen estado los árboles en la vía pública. El estudio no toma en cuenta el esplendor verde del que goza la calle de Ámsterdam de la colonia Hipódromo, no Condesa, como de manera descuidada e indebida se menciona en el Censo.
La desmesura en los juicios de este estudio, sus exageradas y tajantes recomendaciones, tienen cierta cercanía de estilo con las recomendaciones de otros profesionistas con poca responsabilidad que abundan en nuestros días, como médicos, abogados y contadores que amedrentan y se imponen a sus clientes con exageraciones para justificar sus honorarios. Preparan los negocios que vienen después de la tala: proyectistas, paisajistas y conservación de las áreas verdes, por medio de empresas privadas: !Las Vegas y Disneylandia en la Condesa! Destruir para construir o construir para destruir, es la divisa financiera de la mayor parte de los empresarios y profesionistas modernos. Este estudio tiene a mi parecer cierta inclinación mercantilista, confirmada por su dependencia de la norma de áreas verdes del DF, promovida hace pocos años por los comerciantes y profesionistas (arboricultores) ligados al mercado de los árboles y las plantas en general, y por la Sra. Claudia Scheinbaum, anterior Secretaria del Medio Ambiente. Se trata de estudios técnicos obligatorios , creados principalmente con el propósito de dar a ganar dinero a los profesionistas y a los comerciantes de árboles, y de marginar a los vecinos de las decisiones sobre las áreas verdes. Contubernio público-privado en los asuntos ambientales.
La inspección frecuente que he realizado de estos árboles que viven cerca de mí; la observación que hago desde hace muchos años de los árboles de esta ciudad; la contemplación que efectúo ocasionalmente de este esplendido río de verde follaje desde lo alto de varios edificios de esta calle; la conciencia que tengo: del poco respeto por los árboles que manifiestan la mayoría de los empresarios, políticos, académicos y población en general; de la negligencia en el cuidado de las áreas verdes por parte de todos los gobiernos de la ciudad y de la crisis social y ambiental de la Tierra, me obligan a denunciar las recomendaciones de este Censo-Diagnostico como muy infundadas, insensibles y alarmistas, y me incitan a buscar cualquier forma de defender, inclusive, hasta los árboles más enfermos y desdichados del camellón de Ámsterdam, por lo que invito a los vecinos de la Colonia Hipódromo y a los defensores de árboles del Distrito Federal a hacer lo mismo.
CURACIÓN, CUIDADO, CONSERVACION, NO A LA TALA DE ÁRBOLES
Miguel Valencia Mulkay
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