¡PRIMERO LA TIERRA Y LAS CULTURAS!- En todos los casos, la defensa de la naturaleza y las culturas tienen prioridad máxima en la Red. Vivimos de los dones de la naturaleza y su destrucción conduce al deterioro de la salud y la convivencia, y finalmente a la muerte de la especie humana. La defensa de los dones de la naturaleza se fundamenta en las culturas que han sabido conservarla a lo largo de los siglos. Cuando hay violencia contra la naturaleza y las culturas se empobrece la sociedad, se compromete el futuro de las comunidades territoriales, pueblos y ciudades y se pierden para siempre los dones de la Naturaleza. No hay futuro para nuestros hijos y para la sociedad cuando se destruye el territorio y mueren lenguajes o culturas.
¡DIVERSIDAD CULTURAL Y BIOLÓGICA!- La acción de la Red se fundamenta en la diversidad cultural y social de sus integrantes, condición que a su vez le permite defender la diversidad biológica y resistir los efectos del sistema económico dominante que impone, por medio del pensamiento único que inculcan la escuela, los medios y los consumos cotidianos, una manera única de hacer las cosas en cualquier lugar del mundo. La fertilidad, la salud de la vida en la Tierra depende de su diversidad biológica. La desaparición de la biodiversidad debilita la vida de las comunidades, los pueblos y las ciudades. La diversidad cultural protege la diversidad biológica y el florecimiento de la creatividad de las comunidades, los pueblos y las ciudades. El respeto al otro, al que es diferente, al que ve el mundo de otra forma, facilita la conservación de la biodiversidad.
¡TODO ESTÁ LIGADO CON TODO!- Toda acción política o cultural de la Red considera las ligas que tienen entre sí los asuntos políticos, económicos, sociales, tecnológicos, científicos, urbanos, culturales, ambientales y los efectos que pueden tener sus acciones en varias dimensiones. De una manera oculta y compleja todo está ligado con todo. La muerte de los acuíferos, bosques, mares, biodiversidad, está ligada a las filosofías dominantes, las mentalidades comunes, la economía, la política de los países poderosos. El desastre climático, el petróleo extremo, la violencia intrafamiliar, los feminicidios, las adicciones, la desigualdad social están ligadas al consumo de carne, el uso del automóvil, el uso de agroquímicos en el campo, el crecimiento de la productividad y la competitividad, el aumento en las inversiones extranjeras, la firma de tratados de libre comercio, el incremento de las operaciones financieras.
¡ALARMA MUNDIAL!- En las organizaciones sociales del mundo hay una alarma por el desplome de elementos en los que se sostiene la vida moderna. En todas sus acciones importantes, la Red toma en cuenta que están en marcha grandes colapsos mundiales, como el Colapso Climático, el Colapso Ecológico, el Colapso Energético, el Colapso Hídrico, el Colapso Económico, el Colapso Social, el Colapso Alimentario, el Colapso Simbólico, entre otros colapsos mundiales.
¡CAMBIO DE VIDA!.- Los integrantes de la Red deben querer cambiar su modo de vida, con el fin de elevar su espíritu, mejorar su salud, defender a la Naturaleza y las culturas, enriquecer su vida y la de su familia y su ciudad o comunidad territorial. Estos valores exigen a los activistas llevar una vida frugal, de bajos consumos personales de energía, agua y productos industrializados; exige el alejamiento del consumismo y la competencia; deseo de tener menos objetos personales; deseo de contar con herramientas, infraestructuras más pequeñas, menos complicadas; deseo de llevar una vida más lenta, con menos tiempo dedicado al transporte, a ver televisión, a la gestión administrativa, al trabajo asalariado o de explotación; con más tiempo dedicado a las actividades creativas, lúdicas, culturales, altruistas, solidarias, colectivas.
GÉNERO.- Es indispensable el reconocimiento del género en la organización de las acciones políticas y culturales de resistencia de la Red, con el fin de que sean efectivas. La economía moderna convierte el género tradicional en sexo económico, para profundizar así la explotación de la mujer; la obliga a realizar gran parte del trabajo fantasma que no se paga, que no se registra, pero que sostiene a la economía. La visión económica de la mujer es responsable de la violencia en el mundo: contra las mujeres, los niños, los ancianos, los LGBT, los indígenas, los campesinos, los trabajadores, los pobres, la ecología, el clima, los pueblos, las comunidades, las culturas.
AUTONOMÍA.- La Red no recibe donativos de entidad o persona alguna que exceda el 3% de sus ingresos anuales, para evitar la intervención en sus asuntos internos, ya sea del Estado (gobiernos y partidos) o del Mercado (Grandes empresas, Fundaciones). La fuerza de la Red se sustenta en la libre definición que hace de sus principios, objetivos, estrategias, planes de acción; se soporta principalmente en el apoyo económico y moral de sus integrantes y sus simpatizantes en las comunidades territoriales, los medios artísticos, las universidades, las organizaciones sociales, las profesiones, la pequeña y mediana empresa. La autonomía de la Red es indispensable en la lucha por la autonomía de los pueblos, ejidos, barrios, colonias, así como la autonomía de las delegaciones y municipios, y de la ciudad de México y la Cuenca del Valle de México; es indispensable en los esfuerzos para la preservación y protección de las riquezas naturales y culturales.
CONSENSO.- Las decisiones importantes de la Red se toman por el consenso de sus integrantes. El consenso es la elección, el acuerdo que se logra sin oposición de principio de persona alguna en reuniones y asambleas abiertas, en torno a asuntos o temas trascendentales. La oposición de principio se toma muy en cuenta. El consenso se logra después de libres deliberaciones que toman el tiempo que sea necesario para lograrlo. La fuerza de las acciones de la Red depende del consenso que tienen.
NO VIOLENCIA. Las acciones de la Red son invariablemente pacíficas, respetuosas de la dignidad de los seres humanos.
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COLABORACIÓN, NO COMPETENCIA. Los integrantes de la Red colaboran entre sí y con los ciudadanos que defienden sus principios, no compiten entre sí o con otros ciudadanos. El fortalecimiento de la defensa de los dones de la Madre Tierra exige la colaboración entre los ciudadanos amantes de la naturaleza y las culturas y desde luego, de los integrantes de la Red en Defensa de la Ciudad de México. Las competencias no ayudan al entendimiento y vinculación de los ciudadanos que quieren defender a la naturaleza y las culturas. Todos somos únicos en el mundo y tenemos nuestras propias capacidades y formas de hacer las cosas, nuestra propia identidad. No necesitamos medirnos en competencia alguna.
COMUNIDAD.- Los integrantes de la Red participan en la defensa de la comunidad territorial en la que residen, ya sea pueblo, ejido, barrio o colonia: sin comunidades territoriales conscientes de las amenazas que implican los colapsos mundiales, no hay buena defensa del territorio, de sus riquezas naturales y culturales. Se requieren comunidades maduras, conocedoras de los secretos de su localidad, unidas por relaciones complejas de solidaridad, complementariedad, reciprocidad. La defensa de las comunidades territoriales- pueblos, ejidos, barrios, colonias, es prioritaria en la defensa de los dones de la naturaleza y las culturas de la ciudad de México y de la Cuenca del Valle de México.
(en discusión)L A ECONOMÍA PRINCIPAL ENEMIGA DE LA ECOLOGÍA Y LAS CULTURAS.- En sus decisiones importantes, la Red toma en cuenta que la economía moderna funciona a espaldas de la naturaleza y el tejido social: se fundamenta en el crecimiento infinito, algo imposible en un mundo finito. El crecimiento económico se consigue a costa de los dones de la naturaleza, de las culturas, de las comunidades, del tejido social. La economía impulsa el crecimiento permanente de la urbanización.