Movilización, frente al desastre urbano y ambiental de la ciudad de México.
Palabras en la reunión informativa ¡Salvemos Chapultepec! del sábado 29 de marzo de 2014
Proyectos aberrantes como el que hoy vemos ante nuestro ojos aquí en Pedregal 24, en la segunda sección del Bosque de Chapultepec, reflejan la gran corrupción que impera en el desarrollo urbano de la ciudad de México: una enorme torre de más de 30 pisos en un barrio (Molino del Rey) colapsado por los diarios congestionamientos junto al bosque y al periférico, a dos cuadras de Reforma: la voracidad de las empresas inmobiliarias no tiene límite. Estamos en estos días frente a una gran ola de proyectos urbanos destructivos en la ciudad de México que violan las leyes, los reglamentos, las normatividades y, sobre todo, que se hacen sin tomar en cuenta la saturación de la zona y sin consulta a los vecinos afectados; por lo mismo, son enemigos de la naturaleza y del tejido social. Estas obras y estos proyectos destruyen con gran rapidez los jardines, los parques, los bosques, el uso del suelo, la movilidad urbana, el medio ambiente, la calidad de vida de los ciudadanos. Se trata de atracos, agresiones, atropellos, canalladas realizadas por grandes empresarios inmobiliarios y de la construcción, de común acuerdo con las autoridades del Distrito Federal y delegacionales. La ciudad de México es hoy devastada por empresarios inmobiliarios como Simón Neuman, secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda, y personajes como Miguel Ángel Mancera y Tanya Muller, insensibles a las causas de fondo de la destrucción de áreas verdes y de la convivencia urbana, sometidos a las exigencias de los grandes empresarios. En estas circunstancias, no podemos esperar mejoría alguna en los asuntos de la calidad del aire, el tiempo perdido en el transporte y el control del uso del uso; las autoridades, los diputados, los partidos, están cada día más alejados de la realidad ciudadana y más cercanos a los intereses de los grandes empresarios. Ni el gobierno del DF ni los jefes delegacionales ni los diputados locales representan realmente a los habitantes de la ciudad de México, es evidente que representan más bien a intereses privados.
Para frenar el creciente desastre urbano y ambiental de la ciudad de México, los ciudadanos tenemos que movilizarnos y trabajar mucho, antes de que sea peor la situación social y ambiental. No hay manera de que podamos frenar proyectos urbanos como el de Pedregal 24 o la torre Mitikah o la Supervía, que afectan a toda la ciudad, en luchas locales aisladas. Los ciudadanos interesados en la calidad del aire, del agua, en la salud de los árboles, de los animales, en tener una ciudad amable y verde, necesitamos trabajar unidos frente a las acciones y omisiones de las autoridades que alientan, promueven o facilitan:
la poda y tala de árboles indebida; la falta de medidas fitosanitarias que permiten la existencia de tantos árboles enfermos en esta ciudad; la pavimentación de jardines, parques, bosques; la desertización; la plantación inculta de árboles y plantas;
las alteraciones en calles y otras vialidades para favorecer a grandes empresarios; los diarios congestionamientos o los accidentes de tránsito o la pérdida de tiempo en el transporte; la circulación de pesados tráileres de doble remolque por toda la ciudad; los proyectos de vialidad y transporte que destruyen áreas verdes y el equilibrio social de los barrios, las colonias y los pueblos; las pavimentaciones excesivas que impiden la filtración del agua al subsuelo y facilitan las inundaciones y el calentamiento indebido del aire de la ciudad; la quema de combustibles que degradan la calidad del aire; los procesos industriales contaminantes.
el cambio en el uso del suelo; las edificaciones con exceso de altura o mala integración con el pueblo, la colonia o el bario; los proyectos urbanos con importantes afectaciones a las áreas verdes y al tejido social; las normatividades, reglamentaciones y leyes de desarrollo urbano contrarias a la buena convivencia de los vecinos y al equilibrio urbano y ecológico.
la muerte de animales o su maltrato; la conservación de la vida silvestre junto a la ciudad.
la producción de basura y residuos; la falta de separación de los residuos; la recolección excesiva de basura; el excesivo transporte de residuos tóxicos, peligrosos o basura; el confinamiento o incineración de residuos.
el despilfarro del agua o su contaminación; la producción de descargas de agua que contengan excrementos, residuos industriales y aguas de lluvia; la utilización de tecnologías que fomenten el consumo excesivo de aguas.
la producción de gases que desestabilizan el clima de la Tierra; la prevención de desastres ocasionados por el desastre climático: inundaciones, olas de calor, incendios forestales.
las actividades mercantiles que afectan mucho la seguridad y la economía de los vecinos; los proyectos industriales o de servicios que degradan el futuro de la ciudad;
la falta de consulta a los vecinos afectados por la aplicación de programas, proyectos, normatividades, reglamentos y legislaciones.
la falta de transparencia de las autoridades en la asignación de proyectos, concesiones y permisos.
la información que emiten las autoridades y entidades autónomas sobre la ciudad de México y su calidad de vida.
La corrupción que invade todas las decisiones gubernamentales; el saqueo de los dineros públicos que ocasiona tantas muertes, enfermedades y destrucción de la naturaleza.
Es urgente crear una organización ciudadana que se ocupe de unir a los interesados en los árboles, los jardines, los parques, los bosques, el agua, los animales, la calidad del aire, el uso del suelo, la movilidad urbana, los residuos, las culturas, el desastre climático, el gas y petróleo y la micro economía de la ciudad de México; una organización que se ocupe de articular los esfuerzos de los ciudadanos sensibles a los problemas y amenazas ambientales y sociales y los defienda y ampare frente a la violencia de las autoridades y los grandes empresarios; una organización integrada por los activistas que defienden los ejidos, los barrios, las colonias.
Propongo que se convoque a una próxima reunión para discutir la forma de unir voluntades ciudadanas en defensa de la naturaleza y la convivencia comunitaria.; propongo que esta reunión se realice antes de semana santa en un lugar céntrico de la ciudad.
Miguel Valencia Mulkay
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ECOMUNIDADES
Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México