miércoles, 27 de marzo de 2013

1 de abril, sesión de trabajo, para estudiar la creación de una red nacional en defensa de la Madre Tierra

1 de abril, sesión de trabajo, para estudiar la creación de una red nacional en defensa de la Madre Tierra

 Con el fin de responder a las preguntas aprobadas por el grupo de trabajo, se presentarán un conjunto de breves ponencias en torno a los motivos y los objetivos que podría tener la creación de una red nacional en defensa de la Madre Tierra, dentro de la sesión de trabajo que tendrá lugar el próximo lunes 1 de abril, a partir de las 6 de la tarde, en el Centro Cultural de la Diversidad, localizado en Colima 261, colonia Roma, esquina Insurgentes, a unos pasos de la estación Durango del Metrobus. Las preguntas aprobadas por el grupo de trabajo son las siguientes:

 

1. ¿Por qué se requiere una red nacional en defensa de la Madre Tierra? (Motivos que podría tener su creación)

2. ¿Qué tipo de red se requiere?

3. ¿Para qué serviría esta red?

4. ¿Quienes deberían participar en esta red?

           5. ¿Qué asuntos y temas son urgentes para este grupo?

           6.- ¿Qué objetivos podría tener esta red?

Con base en estas ponencias se abre la discusión de los acuerdos del grupo de trabajo al terminar su presentación.



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Miguel Valencia
ECOMUNIDADES
Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México
¡Descrecimiento o Extinción!

lunes, 18 de marzo de 2013

Los tubos y las bombas, contra la conservación del agua limpia.

Los tubos y las bombas, contra la conservación del agua limpia.

Celebración del Día Mundial del Agua 2013 en la casa Verde Morada de Santa María de la Ribera, en el marco de la presentación de Cesar Añorve sobre la cacaravana y su rechazo al uso del agua para mover excrementos.

14 de marzo de 2013

Habitualmente sepultados, con el fin de ocultar sus fallas y los verdaderos propósitos que están detrás de su instalación, los tubos, apoyados por las bombas, extraen agua en crecientes cantidades de los acuíferos, los ríos, los lagos; extraen el agua limpia con tubos cada día más grandes y bombas cada día más poderosas; la extraen allí donde hace falta para la conservación de la biodiversidad y del buen equilibro del territorio y la comunidad; al extraerla de estos sitios, donde es abundante, alteran brutalmente su matriz del agua, y en el otro extremo, en las zonas urbanas, donde se consume en grandes cantidades, matan la cultura de la conservación del agua. La matriz del agua sería la proporción de agua que hace posible la complejidad o diversidad de especies vegetales y animales que tiene un sitio o un lugar debido a un proceso que ha durado miles o millones de años. Por otra parte, los tubos y las bombas descargan ingentes volúmenes de aguas negras o aguas con desechos industriales en un gran número de cuerpos de agua que son, por este hecho, llevados a la extinción. Llevan el agua limpia a las zonas industrializadas, urbanizadas, dónde la cultura de la conservación del agua virtualmente ha desaparecido debido a la instalación de la plomería y el excusado inglés (con agua potable); para que algunos puedan ganar poder y dinero, con el mal uso del agua, siempre hace mucha falta el agua en estos sitios urbanizados, industrializados; además, llevan el agua, con grandes pérdidas, a causa de las fugas que se producen con frecuencia en estas tuberías. En la Ciudad de México, se pierde cerca del 40% del agua que se distribuye por medio de tubos y bombas. El Sistema Cutzamala sólo sirve para compensar parte de estas pérdidas y evadir la reparación de las fugas bajo la pavimentación. Las válvulas hacen realidad que el agua circule por las tuberías de los barrios opulentos y no circulen por la tuberías de los barrios populares. La distribución del agua por medio de tubos y bombas es un fracaso en el mundo entero. La tecnología del agua convencional está hecha para facilitar el mal uso del agua.

El agua fluyó libre en el territorio desde tiempo inmemorial hasta que se inició la era del "progreso",del "desarrollo", hasta que en el siglo XIX se le metió dentro de tubos y bombas, de presas y grandes tanques; sin embargo, el agua quiere fluir libremente por el territorio y darse a todos los seres vivientes, por eso escapa en grandes volúmenes de los encierros que quieren imponerle los políticos y los empresarios (por medio de tubos y bombas). Los tubos bajo tierra y las bombas ayudan mucho a quitarle subrepticiamente el agua a las comunidades y a llevarla a los grandes usuariosdel agua; permiten sacar de la mirada indiscreta de los ciudadanos a los grandes consumidores de agua y a los grandes contaminadores de agua; son elementos centrales en la creación de la escasez generalizada del agua y de los negocios que le acompañan; ayudan mucho a concentrar a la población en zonas urbanas y permiten subsidiar en exceso a la gran industria; hacen posible que el agua fluya hacia donde está el gran dinero; hacen realidad que los políticos y los grandes empresarios tengan en sus manos, bajo su control como en una chequera, el agua de muchos territorios; así pueden asignarla al mejor postor, desde sus cómodos escritorios en la ciudad: los tubos y las bombas destruyen las barreras, los límites que hacían posible la cultura de la conservación del agua.

Hace todavía unos cien años estaba muy difundida en el mundo la cultura de la conservación del agua limpia, ya que no era fácil tenerla en abundancia en el hogar o en la industria. Diariamente, las mujeres la traían en sus hombros del pozo o la fuente más cercana; ellas cuidaban que no se desperdiciara. Afortunadamente, la industria estaba poco desarrollada. Los consumos de agua por persona eran muy pequeños. Hoy en día, debido al muy extendido uso de tubos y bombas, los consumos por persona en las zonas urbanas se multiplicaron entre 20 y 40 veces, pues esta antigua cultura está moribunda en el mundo entero. El arrasamiento cultural que produjo esta tecnología tiene en nuestros días resultados catastróficos y puede conducirnos rápidamente a mucha violencia y destrucción. El agua que fue históricamente un elemento de paz entre los pueblos; hoy ha sido convertida en un motivo de guerra a causa de las tecnologías introducidas por una revolución poco conocida, la revolución sanitaria del siglo XIX, nacida en Inglaterra y en EUA; esta revolución conservadora introdujo los tubos, las bombas, la plomería y el excusado inglés, con agua potable. Casi nada dicen las escuelas y universidades en torno a la historia de la revolución sanitaria que introdujo estos perversos conceptos tecnológicos en la vida de las ciudades y que son el origen material de la contaminación de los cuerpos de agua, el descomunal mal uso del agua, la difusión de la escasez de agua limpia y la eliminación de las culturas que permitían la conservación del agua limpia. No les conviene que la sociedad tenga información alguna sobre cómo se originó este colapso cultural en la que fueron actores principales.

Origen material de la transformación del agua en un "recurso" para las actividades productivas, los tubos y las bombas disparan una de las formas más radicales de depredación ambiental que ocasiona la muerte de los acuíferos, los mares, los ríos, los lagos, las lagunas, los arroyos, los humedales, los manglares; una violencia sistemática que lleva a la muerte de las comunidades indígenas, campesinas y de las zonas urbanas vulnerables; que lleva a la miseria hídrica al ciudadano de nuestros días. Además, hacen posible la existencia de un juego jurídico perverso: la partición de lo comunitario en dos órdenes jurídicos: uno público y otro privado, una polarización que tiene consecuencias históricas desastrosas, ya que tanto los gobiernos como los grandes empresarios, dueños del control de lo público y lo privado, son enemigos natos de la autonomía de las comunidades y hacen todo lo posible para quitarles cualquier control sobre el agua que tienen en su territorio y la que allí se consume. La legislación moderna instrumenta esta aberrante polarización que nació para eliminar los usos cívicos del agua o lo que era la antigua posesión comunitaria del agua; jurisprudencia que convierte al Estado y al Mercado- lejanos, abstractos e inveteradamente irresponsables en lo ecológico y en lo cultural- en los mayores enemigos del agua limpia y en el origen de la proliferación de los ecocidios y genocidios que están en marcha en el mundo.

Producto de una histórica conspiración de abogados y jurisperitos, la legislación moderna del agua ha eliminado todo aquello que proviene del legado histórico de las grandes religiones que permitía la conservación del agua y su buena distribución. Con la abolición de la visión comunitaria del agua y la imposición de la visión económica del agua-implementada por medio de tubos y bombas-se instala un nuevo orden ecológico en el mundo que hace cambiar la actitud de las personas, de la sociedad, hacia el agua, hacia la Madre Tierra. Todo mundo jala la manija del excusado y abre la llave del agua sin tomar en cuenta de donde viene esa agua y adonde va; todo mundo ignora o se desentiende de la conservación del agua, se vuelve irresponsable frente a los asuntos del agua porque el sistema así lo exige. El moderno desperdicio del agua tiene evidentemente un origen sistémico. Todo mundo cree que la tecnología convencional resolverá los problemas del agua, pero, ignora mucho de la gran cantidad de problemas que no ha resuelto ni resolverá. La función de la tecnología consiste en crear nuevos problemas y en no resolverlos nunca, pues en ello va su negocio. De esta forma, el agua pierde su naturaleza, su sabor, su frescura y su brillante vivacidad; la sagrada vitalidad de un regalo milagroso se convierte en un "recurso" para la industria y el consumo. Por ello, nos volvemos cada día más dependientes de aquellos personajes que obtienen poder y dinero, con el manejo industrial del agua; por estas razones aumentan los peligros y los riesgos de las comunidades, los ejidos, los pueblos, los barrios, las colonias.

Una consecuencia maligna de esta degradación jurídica del agua reside en la muerte de la cultura de la gratuidad del agua y en la emergencia de una visión política mercantilista del agua que considera que la solución a los problemas creados por la instalación de tubos y bombas se resuelve principalmente por medio de altas tarifas de agua, opinión que habitualmente conduce a elevar las tarifas a los pequeños consumidores, ya que los grandes consumidores o usuarios de agua tienen hoy en día tanto poder que es virtualmente imposible que los políticos puedan llegar a quitarles sus privilegios en este ámbito. El orden público se inventó hace algunos siglos para proteger el orden privado, y por lo mismo, el Estado finalmente acaba por ponerse al servicio del Mercado. Los financieros les imponen a los políticos los valores y las estrategias legales que sirven para hacer los grandes negocios público-privados del agua, como lo hemos confirmado con el Foro Mundial del Agua de las Naciones Unidas que está totalmente al servicio de los financieros y empresas transnacionales. Esta dominación financiera de los asuntos del agua nos conduce al desastre hídrico mundial y a las guerras por el agua.

Los tubos y las bombas se inventaron para matar la libertad de acceso al agua de las personas y las comunidades, una libertad que ejercían al obtenerla directamente de los manantiales, de los pozos, de los ríos, lagos, lagunas, arroyos. A consecuencia de esta violencia estatal y empresarial, realizada sistemáticamente a lo largo de casi dos siglos, aparece hace algunas décadas el colapso mundial del agua y ahora nos enfrentamos a un horizonte plagado de peligros y riesgos que debemos conjurar por medio de acciones inéditas. Necesitamos hacer valer la libertad de acceso al agua de todos los ciudadanos y de todas las comunidades, con el fin de iniciar el rescate de la cultura de la conservación del agua. Además, rechazo la construcción de la presa La Parota, El Zapotillo, la Antigua y la ampliación del trasvase del Cutzamala. ¡No a los drenajes! ¡No a las presas! ¡No a los trasvases!

 

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Miguel Valencia
ECOMUNIDADES
Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México
¡Descrecimiento o Extinción!

viernes, 8 de marzo de 2013

Celebración del Día Mundial del Agua- Cesar Añorve presenta sus nuevos diseños de excusados ecológicos artesanales

Celebración del Día Mundial del Agua- Cesar Añorve presenta sus nuevos diseños de excusados ecológicos artesanales

Celebración del Día Mundial del Agua-

Cesar Añorve presenta sus nuevos diseños sobre excusados ecológicos artesanales

Tenemos el gusto de invitarlos a celebrar el Día Mundial del Agua con la presentación de Cesar Añorve, diseñador y productor de excusados ecológicos artesanales con reconocimiento internacional y más de 30 años de experiencia en ecotecnias del agua; bajo sus recomendaciones, se han instalado decenas de miles de sus excusados en México y en otros países.

Además, tendremos una breve presentación de Miguel Valencia sobre los efectos de los tubos y las bombas en el consumo y la conservación del agua.

Esta celebración tendrá lugar el jueves 14 de marzo, a partir de las 5.30 de la tarde, en la casa Verde Morada, situada en Eligio Ancona No. 79, colonia Santa María la Ribera a una cuadra del kiosco Morisco. Se puede llegar por el Metro San Cosme o el Metrobus Buenavista.


ECOMUNIDADES

Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México

¡ Descrecimiento o extinción!

martes, 5 de marzo de 2013

ECOMUNIDADES convoca- Movilización Nacional por la Vida 13 de marzo de 2013 Del Ángel de la Independencia al Zócalo 16:00

Nosotr@s, mujeres y hombres, del campo y de la ciudad, pueblos indígenas, comunidades, barrios y organizaciones populares, campesinas, trabajador@s sexuales, pescadores, universitari@s, jóvenes y estudiantes, colectivos, okupas, desobedientes, medios libres, alternativos o comunitarios, transportistas, vendedor@s ambulantes, ejidatari@s, comuner@s y vecin@s, convocamos a la;


Movilización Nacional por la Vida
13 de marzo de 2013
Del Ángel de la Independencia al Zócalo 16:00 hrs.


El capitalismo es todo muerte, a su paso y en nombre del progreso mueren los ríos, los bosques, las selvas, los mares, las montañas, muere la madre tierra. A su paso y en nombre del progreso crece la insultante opulencia de unos pocos basada en la desigualdad, en la explotación, en el despojo, en la miseria de los más. El capitalismo nos condena a esa otra forma de muerte que son el desprecio y el olvido, el desprecio a la vida, a la voluntad popular, el desprecio a la salud, a los derechos elementales del ser humano, convirtiendo la salud, la educación, el techo y nuestra fuerza de trabajo en una mercancía, pero nos condena también a no poder pagarla, a trabajar más y más años, a endeudarnos, a conformarnos, a vivir en la zozobra; nos convierte en víctimas de la violencia y nos golpea, reprime y encarcela o nos expulsa de nuestra propia tierra, es feminicida, asesina niños, jóvenes y mineros y criminaliza la rebeldía mientras los verdaderos asesinos disputan el poder aunque luego compartan lo robado y digan que gobiernan.

Un país arrasado, en ruinas, devastado, un baño de sangre, un futuro incierto, sin oportunidades para las nuevas generaciones, sin oportunidades para los ancianos, desolación, silencio. El silencio impuesto por la fuerza, por el engaño. Luchar contra el sistema es luchar por la sobrevivencia, es luchar por la vida.

Es por todo lo anterior que:

Frente a la situación de emergencia y muerte que vive nuestro país, se hace urgente que quienes desde abajo resistimos y luchamos salgamos a la calle a defender la vida.

Es por ello que las redes, movimientos, pueblos y comunidades, colectivos y personas que signamos esta convocatoria......................

.................... llamamos a todas y todos a impulsar acciones a lo largo y ancho del país a movilizarse en sus pueblos, localidades, municipios, estados, barriios......

........................ o bien a concentrarse en Ciudad de México el día 13 de marzo partiendo a las 16:00 del ángel de la Independencia para dirigirnos al Zócalo.............

................................... o realizando acciones pacíficas de manera simultánea en una día de movilización nacional por la vida, bajo los siguientes ejes:

1) ¡Alto a la guerra! ¡Alto a la masacre! Justicia para las mujeres, hombres y niñxs asesinados. Presentación de las y los desaparecidos.

2) En defensa de la madre tierra. Alto al despojo de la tierra. Alto a la extracción y contaminación de los bienes naturales. Rechazo a los megaproyectos carreteros, de infraestructura, transporte, tóxicos y de energía que despojan y destruyen.

3) Por una vida digna: Rechazo total al despojo de las fuentes de trabajo. Condena a la política laboral del mal gobierno.

4) Rechazo a las privatizaciones y al modelo neoliberal; a las altas tarifas de energía eléctrica y a la militarización en todo el país.

5) Alto a la persecución, hostigamiento, represión y criminalización de las luchas sociales.

6) En defensa de los procesos de autonomía de los pueblos indios- Alto al hostigamiento y persecución de las comunidades indígenas.

Convocan:
Red de Resistencias Autónomas Anticapitalistas (RRAA): Alianza Mexicana de Organizaciones Sociales (AMOS) - DF, Agencia Autónoma de Comunicación Subversiones - DF, Asociación un Salto de Vida - Jalisco, Acción Directa Autogestiva (ADA) - Puebla, Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez - DF, Consejo Autónomo Regional de la Zona Costa de Chiapas (CARZCCH), Colectivo de Arquitectura - DF, Comité Estudiantil Metropolitano (CEM) - DF, Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias, Policía Comunitaria(CRAC-PC) – Guerrero, Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la presa La Parota (CECOP) - Guerrero, Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y Agua Puebla, Tlaxcala , Morelos (FPDTAPTM), Frente de Pueblos del Anáhuac, Tláhuac - DF, Frente Popular Francisco Villa Independiente – UNOPII (FPFVI - UNOPII) – DF y Tamaulipas, Jóvenes en Resistencia Alternativa - DF, Organización Campesina Emiliano Zapata – UNOPII (OCEZ - UNOPII) Chiapas, Radio Ñomndaa, La palabra del agua - Guerrero, Unión Popular José María Morelos y Pavón (UPJMMP) Edo. de México........ Partido de los comunistas, #Yosoy132 Juárez, CEL (Centro de Estudios Libertarios) -Hermosillo, Sonora, Colectivo: Intlapa´tianime (las sanadoras), Kolectivo de Medios ~ Aztlan (KMA) Alta CalifAztlan, Juventud Comunistas de México. (JCM), Colectivo de Medios Hijos de la Tierra, Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) San Salvador Atenco, Nación Arcoíris, Frente Ambientalista, Arbol Kollectivo, Ecomunidades, Mariadel Carmen De Lara Directora de cine y video documental Profesora UAM Xochimilco, Adry García Vázquez, Piedras Negras, Coahuila.



Si deseas agregar tu firma individual, de organización o colectivo para convocar a la movilización envía un correo a dialogorebelde@gmail.com

Impulsa una movilización, una marcha, un mitin, un plantón, un festival, un concierto, una obra de teatro, una mesa informativa, cualquier acción pacífica que esté a tu alcance y regístrala en dialogorebelde@gmail.com y envía ese mismo día imágenes y datos de tu acción a dicho correo.


lunes, 4 de marzo de 2013

Los negocios público-privados con las viejas edificaciones, monumentos, barrios y colonias antiguas, pueblos y centros históricos.


El "desarrollo urbano" es una vieja doctrina política impuesta después de la Segunda Guerra por el gobierno de EUA a los países subdesarrollados, con el propósito de obligarlos a copiar los modos de vida de ese país; busca primordialmente la promoción de los negocios que tengan que ver con la urbanización, independientemente de si benefician o no a la ciudad, la sociedad, las futuras generaciones, las culturas o la ecología. Desde luego, para lograr sus propósitos económicos, el "desarrollo urbano" está obligado a infundir en la sociedad sueños de grandeza (que producen monstruos), a aparentar o simular que beneficia a los ciudadanos y a las culturas, a engañar por sistema. La conservación de centros históricos, pueblos, barrios y colonias antiguas, monumentos, y viejas edificaciones, es otro de aquellos aspectos del "desarrollo urbano" en el que claramente se observa cómo aniquila la riqueza cultural y el tejido social debido a sus urgencias mercantiles o económicas. No debe entonces sorprendernos el negro historial de la secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda del DF, la SEDUVI, ejecutora de la política de "desarrollo urbano" en esta ciudad, en lo que concierne a la protección o conservación de eso que llaman "sitios patrimoniales". Desde hace muchos años, facilita cada año la demolición de cientos de casas y edificaciones antiguas que son importantes para la vida de los pueblos, barrios y colonias de nuestra ciudad; lo hace con el fin de promover la construcción de deplorables construcciones mayores, muy subsidiadas, que le permiten expulsar rápidamente a los vecinos y las actividades que dan soporte a la vida de estos sitios, por ser los de mayor arraigo, y promover así el cambio en el uso del suelo, la homogeneización o mercantilización avanzada del territorio y su rápida destrucción cultural; su transformación en zonas urbanas desechables o en una mala caricatura de lo que fueron.

El Centro Histórico de la ciudad de México es un claro ejemplo de un barrio desnaturalizado que perdió la intensa vida vecinal que tenía hace más de medio siglo debido a las agresivas políticas de "desarrollo urbano" del gobierno del DF. Desde 1950 se impulsaron en este barrio, por todos los medios gubernamentales: la eliminación de la vivienda económica, la multiplicación de sus usuarios, la demolición de antiguas casas y edificios, la construcción de edificaciones gigantescas y la introducción abusiva de modernas formas de movilidad motorizada; se buscó así la expulsión de los antiguos habitantes y el predominio de ciertas actividades comerciales especializadas; se le concedió una desmedida importancia al uso del auto y al transporte masivo. Así se implantó en el Centro Histórico un poderoso monocultivo urbano basado en el uso del suelo comercial y de servicios, proceso que desencadenó una terrible inseguridad, se convirtió en el barrio más peligroso de la ciudad, lo que a su vez propició la rápida degradación de las viejas edificaciones y del comercio mismo. Ni siquiera cuarenta años de rescates y la poderosa intervención financiera de Carlos Slim han podido recuperar la potencia vecinal y cultural que le daba vida y sustento a este barrio y que llevó siglos en su formación. La Ciudad de México tiene ahora muerto su corazón: su Centro Histórico es un muerto que camina. Es muy fácil matar a un barrio o una colonia, por medio de nuevas construcciones e infraestructuras de vialidad y transporte, pero, es muy difícil recuperar la manera en que se conservan la vitalidad local, sus características o cualidades naturales, el tejido cultural que le permite reproducirse.

Por otra parte, es importante recordar las históricas movilizaciones de los amantes de las culturas que en décadas pasadas impidieron la destrucción de decenas o cientos de antiguos edificios en el Centro Histórico y en algunos pueblos, hoy en día sepultados por el "desarrollo urbano" del DF. La calle Tacuba y el centro de Coyoacán pudieron sobrevivir así, a los planes de ampliación de vialidades de Uruchurtu quien pretendía demoler una gran cantidad de edificios antiguos en estos sitios, tal como lo hizo en Tacubaya, Mixcoac y otros barrios que fueron virtualmente destazados, para dar facilidades a la barbarie automovilística, el mayor enemigo de la ciudad y las culturas. No obstante, la embestida de los financieros, empresarios y economistas contra las culturas ha sido implacable y creciente: quieren convertir en mercancía cualquier riqueza cultural. Hace algunos años el INBA y el INAH defendían tímidamente a los monumentos y "sitios patrimoniales", sin embargo, fueron invadidos por un peligroso virus cultural: el deseo vehemente de mercantilizar al máximo todo lo que concierne a las culturas. Teotihuacán cayó en manos de Walmart; el Centro Histórico cayó en manos de Slim, Ebrard, Televisa y la industria del turismo. El turismo y la industria del espectáculo se han convertido en la mayor amenaza para la conservación de monumentos, sitios arqueológicos, pueblos, centros históricos, barrios y colonias antiguas, viejas casas y edificaciones. Las "multitudes instantáneas" que producen estas actividades depredan eficazmente estos sitios. Los llamados "pueblos mágicos" se uniformizan, todos empiezan a parecer iguales, al igual que los centros históricos de nuestras viejas ciudades, los barrios tradicionales y las artesanías; gracias a la mercadotecnia público-privada se han convertido en una mala caricatura de lo que fueron alguna vez. El síndrome de la "zona rosa" amenaza hoy a la Condesa, Polanco y la Roma.

La diversidad de casas y edificaciones en los barrios y colonias, en los pueblos y ciudades, muy necesaria para la subsistencia de los pobres y la formación cultural de los niños, se logra con el arraigo de los vecinos, con aquellos vecinos que evitan hacer negocio con su casa, con la defensa vecinal y ciudadana de las construcciones antiguas que cobijan las actividades que hacen posible su conservación real, no aparente, a muy bajo costo para la sociedad. Los muros de la ciudad enseñan mucho a los niños. Únicamente los vecinos del pueblo, barrio o colonia pueden realmente salvar, proteger, conservar la diversidad, la identidad, las culturas que tienen estos lugares; para conseguir mayor efecto, crean grupos, redes autónomas de defensores de la colonia, demarcación o de la Ciudad de México. Las leyes, los reglamentos y los programas gubernamentales podrían llegar algún día servir a la conservación de los "sitios patrimoniales", lamentablemente en México habitualmente hacen lo contrario, ya que están hechas por falsos representantes populares. Por otra parte, las leyes, reglamentos y programas de "desarrollo urbano" constituyen una peligrosa colonización del imaginario social mexicano, son un gran engaño, un veneno cultural, por lo que deben desaparecer si es que queremos frenar la muerte de la Ciudad de México. En lo inmediato habría que exigir al menos algunos cambios importantes para la defensa de la riqueza cultural de los pueblos, barrios y colonias de la Ciudad de México, como los siguientes:

1. Quitarle a la secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, la SEDUVI, la función de proteger, conservar, catalogar las edificaciones antiguas, los pueblos, barrios y colonias antiguas, los "sitios patrimoniales" de la Ciudad de México. La SEDUVI es el enemigo nato de la riqueza histórica y arquitectónica de esta ciudad.

2. Convertir en calles "libres de automóviles" o peatonales a todas las calles que tengan edificaciones antiguas (mayores a 75 años).

3. Exigir la renuncia del nuevo titular de la SEDUVI, el Ing. Simón Neumann Ladezón, exitoso empresario del ramo inmobiliario y de la construcción, con una larga experiencia en la construcción de modernas torres de vivienda y gran amigo de otros grandes empresarios de estos ramos.




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Miguel Valencia
ECOMUNIDADES
Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México
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domingo, 3 de marzo de 2013

Guerra a la subsistencia. Crisis económica y territorialidad, por Jean Robert

Guerra a la subsistencia. Crisis económica y territorialidad, por Jean Robert
12/02/13

El espectro de la "crisis", ya se hizo sombra sobre la tierra que los hombres pisan todos los días. Aterrizó y la angustiante lucha por el hoy tomó el lugar de las preocupaciones por el mañana. Pero ni siquiera ahí arriba causa el estupor y el sálvese quien pueda de los primeros días. Después de la fase aguda que fue la "crisis" en el sentido literal de "encrucijada", vino la fase crónica y la adaptación a lo que sea. "A lo que sea": expresión cargada de malos agüeros. Dejando de ser una amenaza en el cielo de mañanas inciertas, la crisis se arraigó en el suelo, bajo los pies de cada vez más personas. Es, hoy, totalmente, aquí abajo y ahora.

El espectro de la "crisis", ya se hizo sombra sobre la tierra que los hombres pisan todos los días. Aterrizó y la angustiante lucha por el hoy tomó el lugar de las preocupaciones por el mañana. Pero ni siquiera ahí arriba causa el estupor y el sálvese quien pueda de los primeros días. Después de la fase aguda que fue la "crisis" en el sentido literal de "encrucijada", vino la fase crónica y la adaptación a lo que sea. "A lo que sea": expresión cargada de malos agüeros. Dejando de ser una amenaza en el cielo de mañanas inciertas, la crisis se arraigó en el suelo, bajo los pies de cada vez más personas. Es, hoy, totalmente, aquí abajo y ahora.

Cuando se compara la catástrofe destructora de patrimonios por la que atravesamos con un desastre natural, se comete lo que los lingüistas llaman una metáfora coja.

En su fase aguda, la crisis no fue ni un terremoto, ni una tormenta, ni, menos, un tsunami aun si, no sólo los periodistas sino los más famosos matemáticos de las finanzas hablaron de un tsumani financiero. En realidad, el frente de la batalla en la que unos ganaron y muchos perdieron, en que pocos siguen jugando y cada vez más sufren, en que muchos resultan heridos y no pocos mueren no es comparable con una catástrofe natural como un sismo, un huracán o una sequía. Entonces, ¿es una guerra, como lo sugerí cuando hablé de "frente de batalla"? Pido disculpas: fue otra metáfora coja. El escenario donde la crisis nos cayó desde arriba no es exactamente el teatro de las guerras, por lo menos, no en primera instancia, no en su origen.

Ni catástrofe natural ni verdadera guerra, la crisis económica se inició en un tercer frente cuyos movimientos primordiales no se originan en la naturaleza, ni en la violencia brutal, sino en la imaginación colectiva. Cuando el imaginario popular se deja contaminar por los sueños de arriba, se instaura una falsa paz. Es evocando ese tercer frente, ni catástrofe natural ni propiamente hablando guerra, que el pintor Francisco Goya escribió: "el sueño de la razón engendra monstruos". Iván Illich escribió al respecto:

Mucho sufrimiento ha sido siempre obra del hombre mismo. La historia es un largo catálogo de esclavitud y explotación, contado habitualmente en las epopeyas de conquistadores o en las elegías de las víctimas. La guerra estuvo en las entrañas de este cuento, guerra y pillaje, hambre y peste que vinieron inmediatamente después. Pero no fue hasta los tiempos modernos que los efectos secundarios no deseables, materiales, sociales y psicológicos de las llamadas empresas pacíficas empezaron a competir en poder destructivo, con la guerra1.

Según Illich, las devastaciones provocadas por los efectos de "empresas pacíficas" deben distinguirse, por un lado, de los daños provocados por violencias naturales y, por otro, de la esclavitud, el pillaje y la explotación causadas por la codicia de hombres que pueden ser vecinos. El origen de las guerras económicas no es un frente de guerra sino un sueño de la razón.

La naturaleza y el vecino son sólo dos de las tres fronteras con las que debe habérselas el hombre. Siempre se ha reconocido un tercer frente en el que puede amenazar el destino. Para mantener su viabilidad, el hombre debe también sobrevivir a sus sueños, que el mito ha modelado y controlado. Ahora, la sociedad debe desarrollar programas para hacer frente a los deseos irracionales de sus miembros más dotados. Hasta la fecha, el mito ha cumplido la función de poner límites a la materialización de sus sueños de codicia, de envidia y de crimen. El mito ha dado seguridad al hombre común que está a salvo en esta tercera frontera si se mantiene dentro de sus límites. El mito ha garantizado el desastre para esos pocos que tratan de sobrepasar a los dioses.2

En otras obras, Illich argumenta que los mitos tradicionales mantienen la proporcionalidad entre el individuo y su comunidad, entre ésa y la naturaleza. El desastre provocado por los que "tratan de sobrepasar a los dioses" es, hoy, el monstruo engendrado por un sueño de la razón: espejismo de poder sin límite, voluntad desproporcionada de saber, riqueza desarraigada de todo control comunitario, sueño de ubicuidad. Los mitos contenían esas locuras en los dos sentidos de la palabra contener: eran narraciones sobre héroes y hombres locos que jugaban a ser dioses, pero al mismo tiempo impedían que esas locuras contaminaran al conjunto de la sociedad. Al contener la desproporción, los mitos le asignaban un lugar fuera del sentido común que guiaba la conducta de los hombres verdaderos. Lo que vivimos ahora es el efecto de sueños de poder desproporcionados y de omnisciencia desencadenados de sus ataduras tradicionales. Al caer sobre la tierra como desechos, amenazan el sentido común de la gente, que es percepción de la proporción, de la escala, de la justa importancia de las cosas y de los límites de las fuerzas propias.

Cuando los que manejan la máquina económica desde las alturas prometen la recuperación de la Economía, lo que quieren recuperar es la confianza que alguna vez se les tuvo. Por eso prometen devolvernos un mundo "como el mundo de antes". Omiten decir "un mundo más sombrío, triste, controlado y aburrido, más desesperado". Y con más miseria también. Según ellos, este mundo recuperado será un mundo en él que los de abajo tendrán que hacer más sacrificios para "salvar la Economía".

En éste mundo recuperado, lo que fue una vez una pobreza digna y asumida porque era dueña de sus medios de subsistencia, se reprimiría aun más impunemente que antes.

Decir pobres dignos y dueños de sus medios de subsistencia es decir pobres dueños de sus territorios. Es decir también gente de abajo capaz de sobrellevar las crisis y de sobrevivir a la nueva normalidad, porque su subsistencia no depende totalmente de la producción capitalista, ni de sus redes de distribución de las mercancías marginalmente comestibles (que la gente de ciudad tiene que comprar en los supermercados). En muchas partes de México, los pobres empiezan a usar un nuevo concepto para diferenciar la pobreza digna de la miseria. Es el concepto de territorialidad. A lo mejor, muchos no saben que, con ello, están inventando un potente concepto analítico nuevo para hablar de una vieja realidad que tiene que ver con el cultivo, la cultura, las costumbres y también la hospitalidad y, por supuesto, la subsistencia, palabra deshonrada por el mal uso que le dieron los lingüistas y economistas "de arriba".

La reivindicación de la territorialidad va mucho más allá del clásico reclamo por la tierra. Un campesino individual necesita una tierra si quiere seguir cultivando. Una comunidad requiere un territorio con su agua, sus bosques o sus matorrales, con sus horizontes, su percepción de "lo nuestro" y de "lo otro", es decir de sus límites, pero también con las huellas de sus muertos, sus tradiciones y su sentido de lo que es la buena vida, con sus fiestas, su manera de hablar, sus lenguas o giros, hasta sus maneras de caminar. Su cosmovisión. La territorialidad no es un nuevo chovinismo, no es un llamado a encerrarse en un santuario de tradiciones puras e inamovibles, y menos a meterse en un gueto, temerosos, al modo de los de arriba en sus fortalezas campestres y sus residencias con albercas y canchas, o como los del medio, agazapados en sus condominios, fraccionamientos, campos de concentración para ricos venidos a menos o pobres que tratan de lanzarse al asalto de la pirámide social.

Los que diseñan esas residencias campestres amuralladas, esos guetos clasemedieros y campos de concentración para burócratas y obreros merecedores, los que fraccionan el campo antes y los que los pueblan después son todos, lo quieran o no, reinas, alfiles, caballos o peones en el tablero de una despiadada contienda territorial.

La territorialidad rechaza la lógica de esta guerra. Es arraigamiento, apego al suelo y a la tierra nodriza, respeto de las tradiciones y capacidad de transformarlas en forma tradicional. Es capacidad de subsistir a pesar de los embates del mercado capitalista. Es reflexión crítica sobre el hoy y el aquí que viene de abajo. La imposición desde arriba de residencias diseñadas para permanecer ajenas al lugar que ocuparán y construidas después de que los trascavos hayan borrados todas las huellas de vidas pasadas es el contrario exacto de la territorialidad. Hoy en día, este contrario de la territorialidad se llama desarrollo urbano y se enseña en las universidades como diseño arquitectónico.

Las guerras territoriales modernas no dicen su nombre. Se disfrazan atrás de eufemismos: el ya mencionado diseño urbano, el urbanismo, la planificación, con sus cartas urbanas y reglamentos, la extensión, a manera de brazos de estrella de mar que proliferan desde los centros urbanos, de servicios de transporte, de agua, de salud, educación y de diversión. De clubs de golf, de "juegos de números" que son casinos disfrazados, de hoteles donde los cuartos se rentan por hora, de voraces mega-tiendas. El diseño urbano se ha transformado en una especie de roza y quema cuyo instrumento es el trascavo. Lo que luego se edifica en el espacio vacío dejado por las máquinas se parece en el mundo entero: de Michoacán a Chechenia, de Bangalore a Silicone Valley. En cambio, los frutos de la territorialidad se distinguen, en cada sitio particular, por su intima compenetración con el espíritu de un lugar único.

Si bien el bando de la "antiterritorialidad" cambia de color según sus intereses del momento, la guerra que lleva sí tiene nombre. Se llama guerra contra la subsistencia. Desde que empezó, hace más o menos quinientos años, ha tenido varias manifestaciones, pero su resultado siempre ha sido la devastación de los territorios donde subsistían y siguen subsistiendo los pueblos. Guerra de gente de arriba contra gente de abajo, tradicionalmente, de gente a caballo contra gente a pie y, hoy, de automovilistas contre peatones.

¿Qué tiene que ver la territorialidad con la crisis? Primero, el hecho histórico de que, desde por lo menos cinco siglos, la guerra contra la subsistencia ha sido una guerra de devastación de los territorios de subsistencia de la gente "de abajo". Segundo, el inmenso peligro de que las políticas de rescate de la economía se parezcan a las políticas de desarrollo de las infraestructuras de transporte que usurpan superficies de banqueta y otros espacios peatonales para acomodar más coches en las calles. La gran amenaza inherente a las políticas de rescate, recuperación y normalización de la economía es que usurpen ámbitos de subsistencia para construir en su lugar super-mercados en lucrativos fraccionamientos, o en aras del sueño de los economistas profesionales: el mercado perfecto en que todos los actos de subsistencia serían reducidos a transacciones económicas formales, generadoras de divisas y sujetas a impuestos. Si no somos vigilantes, si bajamos la guardia, los sueños de los economistas pueden engendrar monstruosidades sociales aún desconocidas. No faltará quien alabe esos monstruos como prueba de la "creatividad del capitalismo".

Este autor está en desacuerdo con toda alabanza al capitalismo que, según él, no es un sujeto o una entidad que manipularía y transformaría las sociedades desde afuera. El capitalismo no es otra cosa que la forma de la despiadada guerra contra la subsistencia que caracteriza los tiempos modernos. Su expansión siempre ocurre a costa de territorios, saberes y talentos de subsistencia. Por ejemplo, hay cada vez más señales de que se está fomentando una guerra sucia contra modos de supervivencia hasta ahora tolerados en las márgenes: sobrevivir vendiendo flores en las calles, limpiando parabrisas, pepenando, construyendo su propia casa.

En la Guía bibliográfica que concluye su ensayo sobre el trabajo fantasma, Iván Illich escribía:

La era moderna es una guerra sin tregua que desde hace cinco siglos se lleva a cabo para destruir las condiciones del entorno de la subsistencia y remplazarlas por mercancías producidas en el marco del nuevo Estado-nación. En esta guerra contra las culturas populares y sus estructuras, al Estado le ayudó la clerecía de las diversas Iglesias; luego, los profesionales y sus procedimientos institucionales. A lo largo de esta guerra, las culturas populares y los dominios vernáculos —áreas de subsistencia— fueron devastados en todos los niveles. Pero la historia moderna —desde el punto de vista de los vencidos de esta guerra— queda todavía por escribirse3.

Ante el peligro de seguir aceptando pasivamente la destrucción de los territorios de subsistencia, de los lazos sociales, de las culturas y de la naturaleza bajo el impacto de un nuevo arrebato de crecimiento económico, es absolutamente necesario replantear la cuestión del referente real de los discursos económicos.

Si la economía es definida desde arriba como la "teoría de la asignación de medios limitados a fines alternativos" o como "observación de fenómenos de formación de valor bajo la presión de la escasez", la cortina de humo tras la que se disimula esta ciencia llamada "economía" deriva de confundir economía y subsistencia. Léanme bien: la mentira según la cual la subsistencia —la canasta, la obtención de los medios de supervivencia— es el objeto de la ciencia económica, genera la confusión que es el secreto de su poder.Ecoportal.net

Grain
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Notas:

1 Ivan Illich, Némesis médica, México: Joaquín Mortiz/Planeta, 1978 [1976], p. 347, reproducido en Obras reunidas, México: Fondo de Cultura Económica, 2007, 2008.

2 Op. cit., p. 348.

3 Obras reunidas , vol. II, México : Fondo de Cultura económica, 2008, p. 166.