martes, 18 de noviembre de 2014

Más de Energía y violencia en México

En efecto, la alternativa está en la diaria resistencia de las comunidades: pueblos, ejidos, colonias, barrios, frente a la violencia contra la naturaleza, los bienes comunes, la cultura, las relaciones de apoyo mutuo, la solidaridad, la complementaridad, la reciprocidad, la supervivencia de los más débiles, la defensa de la Ley. Nada bueno podemos esperar del estado mexicano; es decir: de los partidos, los gobiernos, las legislaturas, las judicaturas. Desde hace mas de 70 años dejó inició su perdida de legitimidad; en los últimos 20 años ha sufrido un desplome radical en su legitimidad.

El estado mexicano es el mayor enemigo del clima, el agua, la plantas y los animales; de los bosques, selvas, glaciares, mares, ríos, lagos, humedales, arroyos, suelos, acuíferos, lenguas, culturas, saberes, historias, pueblos, ejidos, barrios, colonias. El estado mexicano crea el desastre climático, ecológico, cultural, alimentario; impulsa el desastre de la salud, la limpieza, la educación, la seguridad personal, el empleo, la vivienda ; fomenta el desastre urbano, económico y político; del ecocidio y el genocidio. En todos sus territorios, el estado mexicano ha propiciado las matanzas, los asesinatos, la tortura, los secuestros, las desapariciones forzadas, las extorsiones, los despojos de tierras, el saqueo de la riqueza natural y cultural ; ha promovido el fortalecimiento de los traficantes de armas, drogas, niños, mujeres, órganos; el disparo en las cifras de stress, angustia, depresión, suicidios, feminicidios; la radicalización de la violencia intrafamiliar, escolar, laboral, urbana, intercomunitaria, intermunicipal, nacional, internacional; la explosión del hambre, la desnutrición, las epidemias; el desplome de los valores de la solidaridad, la amistad, la generosidad, el altruismo, la Paz, la Justicia, la Dignidad, la Democracia en Mexico. El estado mexicano burla la ley sistemáticamente, criminaliza a las victimas, legisla a favor de la pequeña minoría que controla al mundo, desgobierna al país, difunde la corrupción en todas sus expresiones, escandaliza al mundo con su infamia, fomenta las guerras de los estados poderosos contra los estados débiles, divide a los estados débiles, encabeza las peores causas internacionales. Ademas, suscribe tratados internacionales ruinosos para el país; entrega concesiones extractivas calamitosas: petroleras, mineras, hídricas; promueve la dependencia alimentaria, militar, tecnológica, financiera, económica.    Miente y engaña en gran escala, con el apoyo de los medios masivos. Como la mayor parte de los estados, el estado mexicano ha sido siempre canalla, sin embargo, en los ultimas décadas se supera, con mucho, en criminalidad, corrupción, infamia, mentira, engaño, manipulación mediática, subordinación ante los gobiernos poderosos.

El estado mexicano es ejemplo mundial de lo que podríamos llamar un Estado Canalla, enemigo de sus pueblos y comunidades.

La resistencia contra este Estado Canalla se da en muchos ámbitos: en las movilizaciones de los pueblos, ejidos, colonias y barrios contra proyectos, programas, normas, reglamentos; en el rechazo de reformas, leyes, decretos, reglamentos; en las manifestaciones contra las atrocidades de los gobiernos, en la difusión de información alternativa; en la recuperación de usos y costumbres, en la creación de autonomías; en la introducción de la urbicultura, los excusados ecológicos, la depuración y captación de agua; en la separación, acopio y tratamiento local de residuos; en la conservación de los lenguajes, los saberes, las técnicas artesanales, las ruinas arqueológicas, los monumentos, las casas y edificios antiguos y en muchos otros frentes, y también, desde luego, en el terreno electoral y judicial.

Dada la postración del país, la coyuntura electoral del 2015 resulta particularmente atractiva, para enviar un mensaje al estado mexicano: para difundir ampliamente, anticipadamente, nuestra intención de abstenernos de votar en estas elecciones, visibilizar el abstencionismo como un mensaje popular, un plebiscito, por la gran falta de legitimidad de las reformas, leyes, reglamentos, códigos, instituciones, representantes electorales y reiterar todos los días que los gobiernos, las legislaturas, las judicaturas, los institutos electorales, los jueces, los magistrados, los senadores, los diputados de México son espurios, que no nos representan. Y denunciar como cómplices del Estado Canalla Mexicano, a quienes promueven el voto desde partidos, candidaturas ciudadanas, medios, empresas, universidades, ONGs, organizaciones civiles y sociales. Estimo que debemos unirnos en estas acciones coyunturales. El momento exige el Abstencionismo Activo.     

Saludos  
Miguel Valencia

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