miércoles, 31 de julio de 2013

¿Qué está en juego con la introducción del infierno gasero en México?

¿Qué está en juego con la introducción del infierno gasero en México?

Primera parte.

Ponencia presentada el 29 de julio de 2013 ante el grupo de trabajo por una red en defensa de la Madre Tierra; para su debate en este grupo el lunes 5 de agosto.

El gobierno de Peña Nieto, el PRI, el PAN y una parte del PRD, impulsan una reforma energética que pretende imponer en México la llamada "revolución energética" que depreda el territorio estadounidense desde hace unos ocho años a causa de varios cambios legales realizados por la administración de GW Bush y Dick Cheney. Estos cambios legales implican sobre todo exentar o liberar de cargas u obligaciones sociales o ambientales a la introducción, en cualquier territorio de ese país, de una de las más nocivas y peligrosas tecnologías utilizadas en eso que se llama extracción de Petróleo No Convencional, mejor llamado Petróleo Extremo; me refiero a la tecnología del fracking, para la extracción de gas y petróleo shale o de lutitas o esquisto. La extracción de gas shale se efectúa por medio de una vieja técnica llamada fracking o fractura hidráulica de rocas a una profundidad de  1500- 3000 metros. El fracking, que ha sido objeto en años recientes  de mucho  perfeccionamiento en su eficacia, se realiza por la inyección, a gran presión, de un coctel o emulsión que contiene una gran variedad de productos químicos, algunos muy letales, diluidos en enormes cantidades de agua.

Los cambios legales de GW Bush y Dick Cheney permitieron la introducción del fracking en gran escala en los últimos siete años, en pueblos y comunidades relativamente pobres y aisladas de Nebraska, Arkansas, Oklahoma, Colorado, Wyoming,  y recientemente en Pennsylvania y Delaware. Debido a los dictados de estos poderosos políticos,  los maravillosos parques nacionales de ese país se han abierto a la extracción de gas shale por medio del fracking. Se han perforado cuando menos medio millón de pozos de fracking a un ritmo frenético: una verdadera "fiebre de oro" gasera que detona la "revolución energética"  que le ha permitido a ese país jactarse de ser ahora una "nueva Arabia Saudita", de encaminarse hacia la "autosuficiencia energética", de contar con mucha "energía limpia" y un precio del gas tres o cuatro veces más barato que el que consumen los europeos.  Ahora quieren venderle estas mentiras al mundo, en especial a países bajo su control y con muy importantes yacimientos de esquisto, como es el caso de México, España, Polonia, Argentina y otros. Los pozos de gas shale con fracking se agotan rápidamente,  lo que exige un flujo financiero muy difícil de sostener, sin embargo, lo peor del fracking reside en sus desquiciantes efectos sobre la vida, la salud, la alimentación de los habitantes y animales en el territorio donde se realizan estas extracciones de gas. El envenenamiento de los acuíferos, el subsuelo, los suelos, los cultivos, el agua en las tuberías (en muchos casos, el agua que sale de los grifos de los fregaderos en las cocinas se incendia y hasta algunas casas se incendian), en estos devastados pueblos y regiones afectados por el fracking, hacen un infierno la vida de las personas.

Las extracciones de gas shale, implican la utilización de unos 6oo productos químicos, detectados por medios independientes- la agencia del ambiente EPA está por ley ausente-, algunos  de gran letalidad, como el etilenglicol, y hasta otros 300 más aún no bien detectados. Para reventar las rocas, se realizan entre 4 y 18 inyecciones del coctel químico en cada pozo las que consumen entre 4 y 28 millones de litros de agua. Una parte del agua servida, envenenada en estos pozos, regresa a la superficie donde se acumula en estanques al aire libre, algunos con sistemas de aspersión. La construcción de un pozo de gas shale implica cientos o hasta miles de viajes de grandes camiones que transportan al sitio de la extracción: agua, productos químicos, maquinaria pesada, lo que ocasiona a veces accidentes, volcaduras que desparraman grandes cantidades de materiales tóxicos en los caminos y en los campos. El paisaje sufre un gran deterioro, ya que se utiliza mucha maquinaria pesada, para preparar la perforación. Muchas familias afectadas deben comprar agua para todas sus necesidades, algunas han conseguido que las empresas que extraen el gas se los entreguen regularmente. Las propiedades pierden la mayor parte de su valor, situación que lleva a la pobreza a decenas de miles de familias. Inmovilizados por una legislación ambiental y social que los desampara totalmente-la EPA está ausente-   por medios que ocultan o minimizan el desastre, por contratos con clausulas de confidencialidad  que parecían muy provechosos al momento de su firma y otras razones, los habitantes de esos pueblos y regiones  se hunden en  una vida miserable. Gaslandia invade cada día más territorios de ese país.

Hay que advertir en este punto que el infierno gasero en el país del Norte, provocado por la extracción de gas shale con la tecnología del fracking, se produce simultáneamente con el auge en la extracción de petróleo en aguas profundas en el Golfo de México, una actividad que tiene también excesivos riesgos, como lo comprueba la explosión en 2010 del pozo Macondo y la plataforma Deep Water de la Bristish Petroleum , para la perforación en aguas ultra profundas. Esta explosión provocó el mayor derrame de petróleo en la historia: 780,000 toneladas de crudo y ocasionó enormes daños al ecosistema marino, también, a unos mil kilómetros de litoral, lo que incluye  playas de Luisiana, Misisipi, Alabama y algunas de Florida, Cuba y México; el dispersante químico Corexit, utilizado en grandes cantidades  para diluir el crudo es, según la EPA, de uso muy poco recomendable por ser bio acumulable en los tejidos orgánicos; el derrame destruyó la vida de muchos pueblos pesqueros y sus efectos ecológicos están todavía por conocerse. Las condiciones en las que opera este tipo de extracción de petróleo son extremas, tienen riesgos excesivos, por lo que sus costos ambientales y sociales están muy por arriba de cualquier beneficio económico derivado de esta actividad. La extravagante propuesta de extraer petróleo en aguas profundas viene también en el paquete de la reforma energética de Peña Nieto, por exigencias del país del Norte y las grandes petroleras del mundo.

También hay que advertir que la tecnología del fracking y la de perforación en aguas profundas emergen en ese país junto con el auge en la importación del petróleo canadiense extraído de las arenas bituminosas de la cuenca del río Athabasca de Alberta- otro desastre ecológico de dimensiones inauditas- el lanzamiento del proyecto para la construcción del oleoducto Keystone X, de Alberta a las costas del Golfo de México,  y de los proyectos para extracción de petróleo en las zonas protegidas del Ártico y la producción en gran escala de agrocombustibles. ¿Qué significa entonces esta explosión de nuevas formas de extraer petróleo o de producir gasolinas en el más poderoso país del Norte, en los últimos siete años?  ¿Qué significa esta locura por extraer Petróleo No Convencional o petróleo de muy alto riesgo y excesivo impacto socio ambiental en ese país? ¿Por qué el gobierno de ese poderoso país somete en su territorio a tantas familias, pueblos y regiones a tanto sufrimiento y devastación ambiental? En la segunda parte de este artículo trataré de responder a estas preguntas.

¡Peña Nieto y los partidos no tienen legitimidad para hacer cambios constitucionales!

      



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Miguel Valencia
ECOMUNIDADES
Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México

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