sábado, 29 de diciembre de 2012

La centralidad de la causa campesina en el Encuentro Intercultural Iván Illich

La centralidad de la causa campesina en el Encuentro Intercultural Iván Illich

Miguel Valencia


Desde hace más de medio siglo se ha cuestionado severamente la política de "industrializar el campo" y de aplicar en este terreno conceptos de productividad (toneladas de producto por hectárea) y los criterios de la nefasta revolución verde, impulsada por EUA. La escandalosa ineficiencia de la agroindustria moderna, denunciada por su altísimo consumo de hidrocarburos (más de diez calorías de energéticos para producir una caloría de alimentos y reconocida causa central del cambio climático) sólo se sostiene en el mundo por medio de los muy elevados subsidios que recibe en los países poderosos (protegidos por los acuerdos de "libre comercio") que tienen el perverso objetivo de hacerle la guerra a la producción campesina en pequeña escala de los países "emergentes" o "subdesarrollados",como México (Estado Fallido). La agroindustria intenta eliminar la producción campesina para lograr el objetivo propuesto por Henry Kissinger a los banqueros, hace unos 40 años: "controlar a los pueblos por el estomago". La naturaleza viva de los suelos rurales, choca frontalmente con los criterios industriales y económicos que pretenden imponer los gobiernos poderosos, los bancos de desarrollo y su Tecnociencia. Transformar al campo en una fábrica de alimentos ha sido uno de los grandes errores del Siglo XX que ahora pagamos muy caro. No obstante, la polémica por la introducción de los cultivos transgénicos revela la enormidad de los intereses económicos que se oponen al reconocimiento de estos errores históricos de la Tecnociencia y que pretenden salir de esta vía muerta por medio de la "fuga hacia adelante" que implican los OGM.

El interés que Jean Robert ha demostrado desde hace muchos años por la causa campesina, se manifiesta en la centralidad que tuvo este tema en el Encuentro Intercultural Iván Illich de Cuernavaca. La presencia en este acto de Silvia Pérez-Vitoria, confirma la importancia que se le dio a este tema. Autora de importantes trabajos campesinistas, como Les paysans sont de retour, Actes Sud, (Los campesinos están de regreso), e integrante de las asociaciones La Ligne de l'horizon y Les amis de Francois Partant, en las que participa Serge Latouche, Silvia describió el exterminio histórico de los campesinos y el significado ecológico de esta guerra contra los pobres: la desaparición de las tres cuartas partes de la biodiversidad, la muerte de los suelos y la degradación culinaria. Las políticas de desarrollo del campo impuestas después de la Segunda Guerra han tenido como propósito principal la eliminación de la vida campesina (López Portillo y Hank González consideraron prioritario en su momento el desplazamiento de los campesinos hacia las ciudades). Para sobrevivir, los campesinos han fundado grandes organizaciones, como los Sin Tierra en Brasil (1985) y la Vía Campesina (1993), organización mundial que agrupa más de 200 millones de personas y que ha sido la más combativa organización en el tema alimentario y climático.

Silvia nos dice: en la cultura campesina lo prioritario no es la propiedad de la tierra sino el uso de la misma; el trabajo de la familia es lo habitual y sólo por excepción se pagan salarios; la producción es principalmente para el autoconsumo; entre los campesinos se busca el apoyo mutuo y se evita la competencia. Los conceptos industrialistas de productividad son enemigos de los saberes campesinos. La Agronomía ha sido en Francia siempre hostil a los campesinos; considera absurdos y "atrasados" a sus saberes, por lo que ha tratado por un siglo de destruir la cultura campesina, con el apoyo del Estado y del Mercado. Los gobiernos del siglo XX, tanto capitalistas como socialistas, han despreciado la actividad campesina y han buscado todas las maneras de exterminarla. Por otro lado, las transnacionales se han dedicado a la piratería de los saberes campesinos. El campesino busca la pluriactividad, el equilibrio con la naturaleza; busca recrear comunales, como las semillas a las que considera como una creación colectiva de siglos (sagrada) que no puede ni debe expresarse en términos monetarios. Sin embargo, las transnacionales han conseguido acaparar los bancos de semillas con el apoyo de los gobiernos. A lo dicho por Silvia Pérez-Vitoria habría que añadir que la única garantía real de la calidad de los alimentos reside en que el vendedor del alimento consume habitualmente el alimento que vende; que los excedentes de la producción campesina pueden llegar a alimentar a los que no cultivan sus alimentos(que debieran ser la minoría de la población) y que el campesino, como el artesano, constituyen el modelo de autonomía más perfeccionado, ya que no requieren ni desean el empleo esclavizante y destructivo, basado en criterios de productividad que exige la mentalidad economicista moderna. Crean una labor que ofrece satisfacciones espirituales, requiere poco manejo de dinero y desprecia la competencia por degradante.

En los años recientes, las Naciones Unidas, por la presión de los gobiernos poderosos y las transnacionales, han aprovechado las cumbres climáticas, las COP, para lanzar ataques devastadores contra los campesinos y los indígenas, como los programas REDD+ que eliminan la gratuidad y colocan a los bosques y otros bienes comunes en las bolsas de valores. El caso de Cuba revela otra forma de eliminar la cultura campesina, por medio del socialismo real; prácticamente han desaparecido los campesinos en ese país y de los que quedan, el 85% son mujeres. La organización Grain, considera que todavía hasta el 60% del consumo mundial de alimentos se apoya en la producción campesina. En el caso de los lácteos, hasta 85% está en manos de campesinos. En esto momentos el gobierno mexicano pretende autorizar la plantación de 2.4 millones de hectáreas de maíz transgénico a las grandes empresas del agrobussiness, como Monsanto, Du Pont, Dow y otras; se trata de un ataque frontal contra la subsistencia de los pobres, la biodiversidad y la autonomía de las comunidades: uno de los mayores ataques contra la sociedad mexicana y sus bienes comunes. Es imperativa la movilización en apoyo a los campesinos mexicanos y a la defensa del tesoro que representan las semillas que ellos han conservado. El Yo histórico colectivo de los campesinos, el Nosotros de los campesinos que incluye aquienes tienen afinidad por las culturas se rebela contra la sociedad de los sistemas: la sociedad de crecimiento.

En diciembre de 2009, los contingentes de La Vía Campesina presentes en la cumbre climática, la COP-15 de las Naciones Unidas de Copenhague, fueron los más numerosos, organizados y comprometidos manifestantes frente al centro de las reuniones gubernamentales (Bella Center). Enarbolaban banderas con el lema: Los campesinos enfrían al planeta, para advertir que la forma de producción campesina consume mucho menos hidrocarburos que la agroindustria y produce, por lo mismo, mucho menos emisiones de gases de efecto invernadero, GEI. En 2010, el Comité Organizador del Klimaforum10 de Cancún, para la COP-16, adoptó como su prioridad máxima ofrecer su apoyo a las organizaciones indígenas y campesinas; fue así que tuvieron un lugar muy especial en sus actividades la organización indígena Environmental Indigenous Network y los campesinos e indígenas mayas de Quintana Roo. ECOMUNIDADES ha advertido de la importancia de defender la vida campesina en la Cuenca del Valle de México y ha ofrecido su apoyo incondicional a los ejidatarios de Chalco, Tláhuac, Xochimilco, Tlalpan, Magdalena Contreras, Cuajimalpa, Tecamac, Texcoco que se han opuesto a la urbanización creada por megaproyectos, como aeropuertos, casas ARA, GEO Homex, la construcción de la Línea 12 del Metro, la Supervía, los arcos viales, la ampliación de carreteras o ejes viales, los segundos pisos.

Jean Robert nos ha contado (La Puissance des pauvres, Actes Sud,2008) la historia del más importante estudioso soviético de la economía agraria rusa, Alexandre Tchayanov, quien pretendía reformar el socialismo soviético que, según él, se equivocaba al intentar reducir la situación de los campesinos a la de proletarios sometidos al régimen de verdaderas fábricas de alimentos: los kolkhozes. Fue enjuiciado en 1930 y estuvo a punto de convencer a sus jurados. El Estado socialista hizo abortar un segundo proceso, lo aprendió en 1932 y lo envió cinco años a un campo de Kazahaztan. En 1937, apenas llegado a Moscú fue detenido, se le instruyó un segundo proceso. El 3 de octubre de 1937 fue acusado de ser miembro fundador de un partido agrario ilegal, inexistente: fue condenado y fusilado el mismo día. Su mujer pasa 18 años en el gulag. Su hijo tiene la alegría de asistir a la ceremonia de rehabilitación de su padre, cincuenta años después de su ejecución, en el mismo lugar donde había sido condenado. Al matar a Tchayanov, el socialismo soviético se suicidó. Como lo diría Theodor Shanin, que presidió las ceremonias de su rehabilitación, Tchayanov fue ejecutado porque tenía la razón. La imagen del tradicional pueblo ruso, el mir, estaba presente en esta lucha. La palabra mirtiene en ruso tres significados: el mundo, la paz y la comunidad campesina.

El 1 de enero de 1994 el mundo tiene conocimiento de un hecho insólito, la existencia del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional. La Rebelión zapatista se impone al gobierno mexicano y crea las comunidades autónomas zapatistas: se abre otro futuro, otro camino para que otros mundos sean posibles. Como lo hace notar Serge Latouche, La "revolución en la revolución" realizada por la revolución neozapatista ha sido decisiva. Abre la vía en América del Sur a toda una serie de cambios que en los decenios por venir podrían marcar el destino de la humanidad. Como lo advierte la Declaración zapatista del 12 de marzo de 2001 En suma, nosotros los indígenas no pertenecemos al pasado,pertenecemos al mañana.

 

-- 

Miguel Valencia
ECOMUNIDADES 
Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México
¡Descrecimiento o Extinción! 

No hay comentarios.: