lunes, 25 de junio de 2012

La excesiva inacción de la sociedad mexicana

La excesiva inacción de la sociedad mexicana

 

Hace cuando menos 15 años ya habían sucedido suficientes hechos criminales en México que obligaban a la suspensión de la mayor parte de las actividades cotidianas del país y a la manifestación de una firme exigencia de cambios fundamentales en la conducción del país, sin embargo, únicamente algunos grupos y sectores muy afectados lo hicieron, mientras una gran parte de la sociedad mexicana permaneció en silencio, imperturbable en sus actividades cotidianas, sumida en el exceso de trabajo y consumo. Esta excesiva indolencia de la sociedad mexicana frente a hechos tan graves como el fraude electoral del 88, la reforma del artículo 27 constitucional, el asesinato de Colosio, la firma del TLC, el "error de diciembre", la suscripción del FOBAPROA, tuvo consecuencias terribles para el país: en los años siguientes al menos 20 millones de personas fueron lanzadas a la miseria y se crearon otros muy graves problemas sociales, ambientales, económicos y políticos que han sumido a México en la desgracia y la indignidad; además, tuvieron como consecuencia nefasta, la elección de Vicente Fox y luego, en 2006, la fraudulenta elección de Calderón; estas ruinosas elecciones del nuevo siglo nos trajeron a su vez la declaración de laguerra contra el narcotráfico o contra el crimen organizado y  la  muerte violenta de casi 90,000 personas, la desaparición de más de 60,000 migrantes y más de 20,000 personas no migrantes, el asesinato de más de 80 periodistas, sólo en este sexenio. La sociedad mexicana ha querido creer que la solución de los problemas de nuestro país se consigue cómodamente por medio de las elecciones que organizan aquellos que han urdido y ejecutado los hechos criminales que hoy nos tienen sumidos en el luto y el dolor; en México ha funcionado con mucho éxito la escuela que crea sumisión e ignorancia, la televisión que le impone los deseos y opiniones a una gran mayoría y la droga del trabajo y el consumo que alejan a esta gran mayoría de sus responsabilidades cívicas. Esta persistente inmovilidad en exceso de la sociedad mexicana sólo nos puede acarrear peores consecuencias. Habrá que hacer acciones mucho más eficaces que votar para cambiar la tendencia suicida de nuestro país.

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