viernes, 29 de abril de 2011

ANTINUCLEARES EN LA JORNADA

ANTINUCLEARES EN LA JORNADA
 
Carta publicada 28 abril de 2001, p 43
 
A Correo Ilustrado de La Jornada:
En su artículo sobre el accidente nuclear de Fukushima, publicado el 16 de abril en La Jornada, Alejandro Frank, director del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, se ocupa de ocultar o minimizar la importancia de los escapes y emisión de isótopos y gases altamente radiactivos a la atmósfera, al océano y a la tierra, de una planta nuclear que ya cuenta, por exigencia internacional, con la máxima categoría INES (Escala Internacional para Sucesos Nucleares y Radiológicos, por sus siglas en inglés) para accidentes nucleares, de nivel siete,  que ha enviado a la atmósfera enormes nubes con alta concentración de radioisótopos que han dado la vuela al mundo, que ha descargado al mar agua radiactiva miles de veces arriba de lo supuestamente tolerable,  que sigue descontrolada a más de cinco semanas, que tiene pronóstico de ser un accidente más grave que Chernobil, por el tipo de combustible, por la cantidad de material radiactivo acumulado, por el número de reactores involucrados  y cuyas radiaciones detectadas en agua de lluvia en California, por el Departamento de Energía Nuclear de la Universidad de California en Berkley son 181 veces superiores a lo tolerado por las normas federales de EUA; cuya contaminación por radioisótopos letales es detectada en la leche en el sur de Francia por el IRSN (Instituto de Radioprotección y Seguridad Nuclear, por sus siglas en francés). No se compadece esta "valoración científica" de las decenas de miles de muertes que a lo largo de 25 años ha provocado el accidente de Chernobil que afectó con muy altos niveles de radiación a un 40% de la superficie de Europa, sin que su población fuera informada: siempre ha habido "mecanismos" para no registrar las muertes de radiación nuclear que se producen años después en lugares distantes; para los gobiernos sólo cuentan los muertos del momento en el lugar del accidente.   Esperaríamos un juicio más precavido y equilibrado de una valoración supuestamente "científica", pero, está claro que la subjetividad de estos científicos- el director del ICN, puede perder recursos, influencia, su fe en lo nuclear y hasta su chamba-, les impide tener objetividad cuando hacen valoraciones de tipo político, disfrazadas de científicas. Don Alejandro Frank Hoeflich debería estar mejor informado de lo que sucede a la población después de un accidente nuclear de nivel siete, como el de Fukushima
 
Adriana Matalonga, Ecomunidades; Eduardo Rincón, investigador UACM; Gustavo Ampugnani; Greenpeace Mexico AC; Jaime Lagunes, PHD,  José Arias, investigador UACM, Miguel Valencia, ¡Descrecimiento o Barbarie!

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Miguel Valencia
ECOMUNIDADES 

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