miércoles, 3 de diciembre de 2008

Exijo ser un héroe: crónicas de un peatón.

Ciudadanos en red
19 de noviembre de 2008
Exijo ser un héroe: crónicas de un peatón.
Otro kilómetro escogido al azar para apreciar la riesgosa actividad de caminar en la ciudad de México. La ruta de esta semana comprende la caminata por Avenida Baja California entre las estaciones Chilpancingo y Patriotismo de la línea 9 del Metro. Una travesía que a primera vista se ve fácil y hasta agradable, pero que puede transformarse en una verdadera odisea, especialmente cuando se sufre de alguna discapacidad.
  • Intersección de Insurgentes Sur con Baja California. Las comodidades de la estación de Metrobús son reemplazadas por un cruce donde la banqueta se adivina detrás de un mar de vendedores ambulantes, teléfonos públicos y postes colocados al azar.
  • La pobremente ejecutada rampa para discapacitados de la esquina anteriormente nombrada se encuentra obstaculizada por las instalaciones de un local de comida al paso. La única solución para alguien en silla de ruedas es pedir ayuda a algún gentil transeúnte y ver si su vehículo cabe en el estrecho pasillo formado por los ambulantes.
  • Entrada a la estación Chilpancingo. Un par de escalones hace que el acceso sea tremendamente difícil para los discapacitados, aunque esto es sólo una advertencia de lo que vendrá después, porque la estación no cuenta con ningún tipo de ayuda para personas que no puedan moverse normalmente con sus pies. En todo caso, no hay mucho de qué preocuparse, porque los exiguos 60 centímetros existentes entre escalón y ambulantes dificultan seriamente el acceso de una persona con algún impedimento físico. De partida, una silla de ruedas no pasa por allí.
  • Los diseñadores urbanos y locatarios, formales o no, suman voluntades y esfuerzos para hacer de la calle una verdadera carrera de obstáculos, algo que un invidente o un parapléjico siempre notará.
  • Hacer una rampa para discapacitados al parecer era muy costoso o difícil en esta esquina, así que su construcción se omitió en esta esquina. En un panorama así, el estrechamiento de la banqueta por parte de los ambulantes no es más que un detalle.
  • Tres postes puestos al azar al medio de la banqueta, que sólo ayudan a dificultar los desplazamientos de desprevenidos transeúntes o discapacitados. ¿Cuál era la idea? ¿Dónde está la autoridad delegacional encargada de retirarlos?
  • Seguramente para los funcionarios de la Delegación Cuauhtémoc esto constituye una rampa para discapacitados. Transitar por el suelo lunar debe ser más fácil.
  • El conductor de este automóvil seguramente no tiene idea que por las banquetas circulan discapacitados que necesitan que la vía se encuentre despejada. La costumbre está tan extendida que a veces se siente que la única solución pasa por obligar a estos conductores a desplazarse un solo día por las calles de la ciudad en una silla de ruedas, que probablemente después de eso eliminarán de raíz su mala costumbre.
  • Intersección de Baja California con Diagonal Patriotismo. El inocente que baje en su silla de ruedas por la rampa debidamente señalizada y siga la línea de cruce se encontrará que al otro extremo de la calle no hay ni rampa ni banqueta, sino un muro colocado para minimizar los daños de los frecuentes choques que se producen en el sector, signo inequívoco de su peligrosidad.
  • Intersección de Baja California con Diagonal Patriotismo. Este es sin duda uno de los puntos más peligrosos para un peatón en la ciudad, que no cuenta con ningún semáforo o línea de cebra que lo proteja de los automóviles que doblan a toda velocidad por Patriotismo. Cuando el reportero, después una paciente espera, se animó a pasar, casi fue atropellado por un camión. Sólo para valientes.
  • Inmediaciones de la estación Patriotismo y el paisaje resulta familiar. Una pléyade de vendedores ambulantes no hace más que entorpecer el libre paso de aquellos que sufren de algún impedimento para desplazarse.
  • Estación Patriotismo. ¿Rampas, elevadores, plataformas? Nada de eso, que el Metro no está para delicadezas.

    Palabras al cierre
    La ruta seguida esta semana no está ni cerca de ser una de las peores de la ciudad (después de todo, no hay que subir ningún puente peatonal), y sin embargo se las arregla para ofrecer una buena cantidad de obstáculos al peatón, especialmente a aquel que sufre de alguna discapacidad. Los principales problemas están dados por la inexistencia de facilidades como rampas o elevadores en las estaciones de Metro, la instalación de vendedores ambulantes que estrechan las vías de circulación, el mal estado de las banquetas, la mala ubicación del mobiliario urbano, la inexistencia de rampas en algunos cruces, la mala costumbre de algunos automovilistas que se estacionan en la banqueta o bloqueando las rampas, y el manifiesto peligro que ofrece la intersección de Baja California con Diagonal Patriotismo, un lugar pensado con un desprecio total hacia el peatón.

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