domingo, 30 de marzo de 2014

Movilización, frente al desastre urbano y ambiental de la ciudad de México.

Movilización, frente al desastre urbano y ambiental de la ciudad de México.

Palabras en la reunión informativa ¡Salvemos Chapultepec! del sábado 29 de marzo de 2014

Proyectos aberrantes como el que hoy  vemos ante nuestro ojos aquí en Pedregal 24, en la segunda sección del Bosque de Chapultepec,  reflejan la gran corrupción que impera en el desarrollo urbano de la ciudad de México: una enorme torre de más de 30 pisos en un barrio (Molino del Rey) colapsado por los diarios congestionamientos junto al bosque y al periférico, a dos cuadras de Reforma: la voracidad de las empresas inmobiliarias no tiene límite. Estamos en estos días frente a una gran ola de proyectos urbanos destructivos en la ciudad de México que violan las leyes, los reglamentos, las normatividades y, sobre todo, que se hacen sin tomar en cuenta la saturación de la zona y sin consulta a los vecinos afectados; por lo mismo, son enemigos de la naturaleza y del tejido social. Estas obras y estos proyectos destruyen con gran rapidez  los jardines, los parques, los bosques, el uso del suelo, la movilidad urbana, el medio ambiente, la calidad de vida de los ciudadanos. Se trata de atracos, agresiones, atropellos, canalladas realizadas por grandes empresarios inmobiliarios y de la construcción, de común acuerdo con las autoridades del Distrito Federal  y delegacionales. La ciudad de México es hoy devastada por empresarios inmobiliarios como Simón Neuman, secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda, y personajes como Miguel Ángel Mancera y Tanya Muller, insensibles a las causas de fondo de la destrucción de áreas verdes y de la convivencia urbana, sometidos a las exigencias de los grandes empresarios. En estas circunstancias, no podemos esperar mejoría alguna en los asuntos de la calidad del aire, el tiempo perdido en el transporte y el control del uso del uso; las autoridades, los diputados, los partidos, están cada día más alejados de la realidad ciudadana y más cercanos a los intereses de los grandes empresarios. Ni el gobierno del DF ni los jefes  delegacionales ni los diputados locales representan realmente a los habitantes de la ciudad de México, es evidente que representan más bien a intereses privados.   

Para frenar el creciente desastre urbano y ambiental de la ciudad de México, los ciudadanos tenemos que movilizarnos y trabajar mucho, antes de que sea peor la situación social y ambiental. No hay manera de que podamos frenar proyectos urbanos como el de Pedregal 24 o la torre Mitikah o la Supervía, que afectan a toda la ciudad, en luchas locales aisladas. Los ciudadanos interesados en la calidad del aire, del agua, en la salud de los árboles, de los animales, en tener una ciudad amable y verde, necesitamos trabajar unidos frente a las acciones y omisiones de las autoridades que alientan, promueven o facilitan:

  • la poda y tala de árboles indebida; la falta de medidas fitosanitarias que permiten la existencia de tantos árboles enfermos en esta ciudad; la pavimentación de jardines, parques, bosques; la desertización; la plantación inculta de árboles y plantas;

  • las alteraciones en calles y otras vialidades para favorecer a grandes empresarios; los diarios congestionamientos o los accidentes de tránsito o la pérdida de tiempo en el transporte; la circulación de pesados tráileres de doble remolque por toda la ciudad; los proyectos de vialidad y transporte que destruyen áreas verdes y el equilibrio social de los barrios, las colonias y los pueblos; las pavimentaciones excesivas que impiden la filtración del agua al subsuelo y facilitan las inundaciones y el calentamiento indebido del aire de la ciudad; la quema de combustibles que degradan la calidad del aire; los procesos industriales contaminantes.  

  •  el cambio en el uso del suelo; las edificaciones con exceso de altura o mala integración con el pueblo, la colonia o el bario; los proyectos urbanos con importantes afectaciones a las áreas verdes y al tejido social; las normatividades, reglamentaciones y leyes de desarrollo urbano contrarias a la buena convivencia de los vecinos y al equilibrio urbano y ecológico.

  • la muerte de animales o su maltrato; la conservación de la vida silvestre junto a la ciudad.

  • la producción de basura y residuos; la falta de separación de los residuos; la recolección excesiva de basura; el excesivo transporte de residuos tóxicos, peligrosos o basura; el confinamiento o incineración de residuos.

  • el despilfarro del agua o su contaminación; la producción de descargas de agua que contengan excrementos, residuos industriales y aguas de lluvia; la utilización de tecnologías que fomenten el consumo excesivo de aguas.

  • la producción de gases que desestabilizan el clima de la Tierra; la prevención de desastres ocasionados por el desastre climático: inundaciones, olas de calor, incendios forestales.

  • las actividades mercantiles que afectan mucho la seguridad y la economía de los vecinos; los proyectos industriales o de servicios que degradan el futuro de la ciudad;  

  • la falta de consulta a los vecinos afectados por la aplicación de programas, proyectos, normatividades, reglamentos y legislaciones.

  • la falta de transparencia de las autoridades en la asignación de proyectos, concesiones y permisos. 

  • la información que emiten las autoridades y entidades autónomas sobre la ciudad de México y su calidad de vida.

  • La corrupción que invade todas las decisiones gubernamentales; el saqueo de los dineros públicos que ocasiona tantas muertes, enfermedades y destrucción de la naturaleza.   

Es urgente crear una organización ciudadana que se ocupe de unir a los interesados en los árboles, los jardines, los parques, los bosques, el agua, los animales, la calidad del aire, el uso del suelo, la movilidad urbana, los residuos, las culturas, el desastre climático, el gas y petróleo y la micro economía de la ciudad de México; una organización que se ocupe de articular los esfuerzos de los ciudadanos sensibles a los problemas y amenazas ambientales y sociales y los defienda y ampare frente a la violencia de las autoridades y los grandes empresarios; una organización integrada por los activistas que defienden los ejidos, los barrios, las colonias.

Propongo que se convoque a una próxima reunión para discutir la forma de unir voluntades ciudadanas en defensa de la naturaleza y la convivencia comunitaria.; propongo que esta reunión se realice antes de semana santa en un lugar céntrico de la ciudad.  

Miguel Valencia Mulkay



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Miguel Valencia
ECOMUNIDADES 
Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México

sábado, 22 de marzo de 2014

Día Mundial del Agua ::: Sistémicos, la contaminación y el despilfarro del agua limpia

Sistémicos, la contaminación y el despilfarro del agua limpia

Por Miguel Valencia Mulkay

Conferencia presentada en la Facultad de Derecho de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, en el foro Bosques y Agua del 20 de marzo de 2014

El agua embotellada, las llaves de agua, el botón o manivela del excusado educan al niño: le enseñan a consumir el agua en exceso, a contaminarla, a deshacerse de ella mezclada con excrementos, detergentes y otros desechos; le transmiten imágenes, percepciones, valores sobre el agua. Más tarde, el niño aprende que difícilmente puede escaparse de la botella de agua, el excusado inglés, la plomería, las tuberías, las válvulas, las bombas, los canales, los trasvases, las presas; sufre el monopolio radical del agua; el acaparamiento del agua establecido por el Estado y el Mercado; conoce la escasez del agua inducida, controlada y manipulada por lejanos y poderosos personajes que viven en El Castillo. La gran mayoría se somete a las modernas tecnologías del agua y se adapta a sus condiciones. Muchos adoptan los valores que les transmite este sistema creado por otro sistema mayor que lo engloba: el sistema económico que considera al agua como un bien económico, como simple H2O que puede transportarse en grandes cantidades y acumularse como mercancías o dinero. La sociedad aprende a ver con naturalidad, sin indignación significativa, la escandalosa contaminación y el gran despilfarro del agua en la industria y los servicios: se educa a la población en la abundancia y la escasez fabricada por los tubos y las bombas. Una parte importante de la sociedad llega entonces a creer que no puede vivir sin las modernas tecnologías del agua y que la solución al colapso hídrico mundial pasa por la intensificación de las tecnologías convencionales (mega drenajes, mega tuberías, mega bombas, mega plantas de tratamiento en todos los municipios) y, sobre todo, que pasa por la elevación de las tarifas del agua y la eliminación de su gratuidad. La economía impone su garra letal sobre el agua y la ecología.

El error fatal, mezclar agua de lluvia con excrementos y desechos industriales

 El Sistema hidráulico convencional  viola siempre la primera regla en el manejo adecuado del agua: no mezclar el agua de lluvia con excrementos y desechos industriales; esta transgresión hace fracasar cualquier intento de conservación del agua limpia: el agua sucia aumenta sin cesar en todo el mundo. Los drenajes saturan los cuerpos de agua de isótopos radiactivos, químicos, plásticos, excrementos.  Se abandonan con facilidad las plantas de tratamiento de agua; el tratamiento de la mezcla de aguas tiene muy elevados costos; en el fondo se utilizan sólo para simular la conservación del agua. El agua sucia satura los mares, lagos, lagunas, humedales, ríos, arroyos de México e inutiliza los acuíferos superficiales. El endurecimiento de los suelos, las pavimentaciones y las edificaciones que invaden el territorio, impiden la filtración del agua al subsuelo, conducen los desechos sólidos a los drenajes, provocan la bajada del agua en torrente en cerros, colinas y pendientes. Los drenajes rotos, muy comunes en países como México que tienen frecuentes sismos o que toleran el paso de pesados camiones o tráileres por cualquier calle, contaminan el agua potable de las tuberías de distribución municipal y también el subsuelo.  Dependemos cada vez más del agua embotellada- México ocupa el primer lugar mundial en consumo de agua embotellada-, tendencia económica  que induce la mala calidad en el agua entubada, los precios exorbitantes del agua, el big bang del plástico en los mares, los ríos, los arroyos; en suma: el desprecio por la conservación del agua .Los pobres tienen cada vez menos acceso al agua limpia: el sistema hidráulico mata ya las innumerables maravillosas maneras de obtener agua gratuita, local, sabrosa, que existían hasta hace algunos años; ahora se consume agua cada vez más cara, insípida, contaminada que viene de lugares cada año más lejanos. Cada día mueren en el mundo cerca de 80,000 personas por enfermedades ligadas a la contaminación del agua. Los tubos y las bombas aumentan cíclicamente de número y tamaño en todo México: complican mucho la conservación del agua limpia.

El mega bombeo acaba con las ecorregiones y pone el agua en manos de las empresas transnacionales

El Sistema hidráulico dominante logra hoy que la población modernizada del mundo consuma al menos unas 30 veces más agua per cápita de la que consumía antes de su introducción hace unos 200 años; consigue que la industria consuma entre 70 y 100 veces más agua de la que consumía originalmente y que, además, consuma hoy cerca del 80% del agua entubada[1]. Los acuíferos se agotan con rapidez en todo el mundo debido al mega bombeo que exige la industria de hoy. En la ciudad de México se pierde el 50% del agua que se inyecta en las tuberías de distribución y domiciliaras.  Nos sometemos cada año más al agua traída por medio de trasvases, como el del Cutzamala o el Bicentenario de Sonora, megaproyectos devastadores que borran o aniquilan los parteaguas hídricos, las ecorregiones: en un extremo, sirven para apuntalar los elevados niveles de despilfarro y contaminación del agua de la industria y los servicios; en el otro extremo, crean destrucción del tejido social, sequias, deforestación y pérdida de biodiversidad; son un robo descarado del agua. Las presas destruyen la ecología de los ríos y las cuencas, así como las comunidades asentadas en ellas. Los bosques se secan por la indiscriminada extracción de agua. Persistentemente, los planes de reforestación fracasan por la escandalosa ignorancia e insensibilidad de las autoridades en los asuntos del territorio, la ecología y la cultura, mientras se protege por otro lado la tala ilegal en las sierras, por medio de paramilitares, militares, ingenieros forestales, jueces, leyes.   Los proyectos industriales, incluyendo los agropecuarios y de servicios, especialmente los turísticos, demandan cada día mayores volúmenes de agua: al menos 2,000 lit., por cada litro de leche, o 900,000 litros por cada auto fabricado o 1,500 m3 al día, por campo de golf de 50ha; la minería a tajo abierto envenena regiones enteras con los millones de litros de aguas mezcladas con cianuro. La agroindustria consume cantidades descomunales de agua y petróleo: es un fracaso.  Se concesionan los principales acuíferos a “grandes usuarios del agua” transnacionales: se fomenta el consumo industrial del agua por medio de tarifas de agua insignificantes y la entrega del control de los Consejos de Cuenca a grandes empresarios. Se deslocaliza cada día más la extracción de agua; se consumen escandalosas y crecientes cantidades de electricidad en el bombeo: una contribución principal a la producción del desastre climático; se ignoran las grandes extracciones clandestinas de agua.

Las decisiones importantes del uso del agua se aprueban fuera del país

 Los  financieros internacionales dictan ahora las leyes del agua de México. El TLC- NAFTA es hoy en día  la Constitución Mexicana vigente: se entrega el agua a países extranjeros, por medio de la maquila de productos industriales, de las grandes producciones agropecuarias de exportación, de los servicios turísticos.  Debido a proyectos privados y publico-privados que acaparan el agua, persisten en México más de 4,000 conflictos locales del agua, en pueblos, ejidos, colonias y barrios. El Estado alienta la destrucción de los santuarios del agua y los asesinatos de los activistas que defienden  los bosques, acuíferos, ríos, lagunas, humedales, manantiales frente a megaproyectos de todo tipo. Se proyectan para los próximos años consumos de al menos 2,000 millones de metros cúbicos de agua en la extracción de gas shale, por medio del fracking, en los estados de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz, Tabasco.  Las decisiones importantes de la gestión del agua se toman fuera del país y las hacen principalmente los banqueros internacionales y las transnacionales (el Consejo Mundial del Agua y el Foro Mundial del Agua). La distribución municipal del agua queda ahora en manos de las transnacionales del agua (Suez, Bechtel, Aguas de Barcelona). No hay participación de la sociedad en la solución de los problemas importantes del agua, pero, eso sí, se le imputa en su mayor parte el desperdicio y la contaminación del agua. La tecnociencia del agua responde principalmente a intereses transnacionales y resulta cada año más contraria a la naturaleza y al tejido social. El agua se despilfarra y se contamina hoy más que nunca antes en la historia.

La visión económica del agua mata el agua limpia

El agua cae del cielo para todos, en los territorios, montañas, arroyos, humedales, ríos, lagos, lagunas, mares, y crea cascadas, caídas de agua, cataratas; se filtra en los suelos de montañas y planicies y crea acuíferos, manantiales, ojos de agua. Se conserva limpia y disponible para apagar la sed de todos- todos los días-, siempre y cuando no exista una tecnología (motores, químicos, tubos, cemento, centrales nucleares) que la capture, la acapare, la contamine. Se mantiene libre y cantarina como un elemento que fomenta la Paz y los acuerdos entre los pueblos, mientras no existan en la sociedad opiniones, imaginarios dominantes que consideren el agua como un instrumento para ganar poder y dinero, para ganar guerras contra la naturaleza, o contra las culturas, los pueblos y  las comunidades; o para embarcarse en una modernización, un progreso,  un desarrollo, un proyecto político que sirva para concentrar el poder en pequeñas minorías nacionales o internacionales. El agua ha sido una inacabable reserva de símbolos culturales, un elemento mítico de las culturas, un componente fundamental de la filosofía nacida en Grecia, sin embargo, la modernas ciencias naturales ligadas a los imaginarios económicos han aniquilado la poética del agua, la filosofía del agua que antiguamente permitían la conservación del agua limpia.  La contaminación y el despilfarro del agua son inherentes, consubstanciales, al diseño del excusado inglés, el agua embotellada, los tubos, las bombas, las válvulas,  los trasvases,  las presas; son inherentes al imaginario económico que crea la escasez del agua, pero medio de la moderna tecnología del agua.

Sistémicos, la contaminación y el despilfarro del agua limpia

 

 


[1]  Tageszeitung, 1992, p.30, citado por Jean Robert en Water is a commons: Agua consumida en el mundo en base anual:  Agroindustria 2,680 km3; Viviendas 300 km3; Industria 1,000 km3; total 3,980 km3

viernes, 21 de marzo de 2014

¡Salir del petróleo!, imprescindible para todas las comunidades y ciudades del mundo.

¡Salir del petróleo!, imprescindible para todas las comunidades y ciudades del mundo.

Por Miguel Valencia Mulkay  

Existen dos muy poderosas razones para ¡Salir del Petróleo!, tan pronto como sea posible: La transición del  gas y petróleoconvencional al gas y petróleo no convencional o Petróleo Extremo, y el desastre climático.

La transición del petróleo convencional  al petróleo no convencional o Petróleo Extremo

Desde hace algunos lustros disminuyen mundialmente las reservas de petróleo en los yacimientos de tierra firme; el petróleo barato, convencional, se agota ahora rápidamente; los precios del petróleo suben desde hace algunos años y llegan a 158 dólares el barril antes de la crisis de 2008, luego bajan, por la gran caída de la economía  mundial, y se sostienen ahora cerca de los cien dólares por barril, en espera de que haya algún repunte importante, para subir bastante más que la economía mundial.  Al mismo tiempo que se agota el petróleo convencional-final del petróleo barato- entra en auge mundial la extracción del petróleo no convencional o petróleo caro, como lo es la extracción de gas y/o petróleo en aguas profundas, en Europa; en arenas bituminosas, en Alberta, Canadá: H2Oil; en lutitas o esquistos (shale y fracking), en Texas, EUA. A este gas y petróleo no convencional de moda también se le llama Petróleo Extremo, por la ruina social y ecológica que produce en grandes territorios y la devastación ecológica que ocasiona en litorales y extensas zonas marinas: tiene un muy elevado costo económico, social y ecológico . El agotamiento o declive del petróleo barato- un proceso geológico de extrema gravedad, por sus efectos devastadores sobre la política, la economía y la sociedad-, combinado con el auge en la extracción del Petróleo Extremo o no convencional, produce un efecto desestabilizador en los mercados de petróleo: se genera una condición crítica, crucial, trascendental, de transición que eleva radicalmente los riesgos de disparo sin previo aviso, para los próximos años, de los precios del gas y petróleo; disparo que puede ocasionar a su vez elevaciones abruptas y radicales en los precios al público del gas y las gasolinas, y en las tarifas de electricidad. 

Estas muy probables conmociones o sobresaltos, implicarían en los próximos años tal violencia económica contra la gran mayoría de la población que podrían llegar a provocar bastante más miseria, sufrimiento y muerte de las que ya tenemos; a impulsar autoritarismo, represión y crisis políticas nunca vistas: genocidios y ecocidios. Los aumentos en las tarifas de electricidad y en los precios al público del gas y las gasolinas de los últimos años podrían llegar a ser considerados como muy menores frente a los aumentos radicales que pueden darse en los próximos años. El declive del petróleo convencional genera guerras (como las de Irak, Afganistán, Libia y Siria), crisis financieras (como la de 2008), crisis económicas (como la que vivimos mundialmente desde 2008), crisis políticas (como las que se dan en EUA, la Unión Europea, Asia, Latinoamérica), crisis sociales (como el aumento mundial en la miseria, la inseguridad, la violencia intrafamiliar, escolar, laboral, urbana).   El auge del petróleo no convencional o Petróleo Extremo es evidentemente una falsa solución, una salida falsa de Europa, Canadá, Estados Unidos y otros gobiernos al problema del declive del petróleo convencional o de bajo costo de extracción: implica enormes costos y riesgos ambientales, sociales económicos y políticos que, por otra parte, se complican aún más al ocultarlos o minimizarlos ante la opinión pública: error gubernamental imperdonable que los hace todavía más peligrosos y destructivos. La reforma energética de Peña Nieto se basa en profundizar y perseverar en estos errores descomunales de EUA y otros países desarrollados, instigados por grandes especuladores internacionales. Por sí misma, la conjunción de los procesos del final del petróleo barato y del auge del Petróleo Extremo, una combinación explosiva, es una razón suficiente para buscar urgentemente formas de dejar de consumir gas y petróleo.  

El desastre climático

El desastre climático que empieza a destruir la economía mundial está directamente ligado a la emisión de gases generados por la extracción, procesamiento, distribución y consumo de gas y petróleo. El nuevo Petróleo Extremo o no convencional dificulta aún más la situación: implica, además, la multiplicación de las emisiones de los gases que provocan el crecimiento del desastre climático, por pie cúbico de gas o barril de petróleo extraído. La terrible amenaza que representa el desastre climático es por sí misma una razón suficiente para dejar de consumir gas y petróleo, muy especialmente, el Petróleo Extremo que lo complica.

¡Salir del petróleo!

Frente a estas amenazas gemelas, resulta imprescindible impulsar cambios profundos en el modo de vida de los pueblos, ejidos, barrios, colonias y ciudades; cambios hacia muy bajos consumos de gas y petróleo; implica realizar transformaciones radicales en los modelos de: transporte, cultivo de alimentos, crianza de animales en granjas y establos, tecnología del agua, industrialización, urbanización, comercio, salud, educación, gobierno, relaciones internacionales, y sobre todo, entraña el abandono de las viejas ideas o modelos de crecimiento, progreso, desarrollo o modernidad que dominan desde hace décadas en las mentes de los políticos, los empresarios y una gran parte de los académicos mexicanos, así como de una gran porción de la sociedad mexicana. Entraña, también, el abandono de lasfalsas soluciones al fin del petróleo convencional, como la energía nuclear, los agrocombustibles, las grandes instalaciones eólicas, entre otras.  Las clases dominantes son responsables de la muy equivocada orientación energética que sigue México desde hace más de tres décadas: son víctimas de una vieja colonización cultural económica, economista, economicista, que asfixia y arruina los potenciales de las comunidades y ciudades de este gran país.  ¡Salir del petróleo! es un duro camino que habrá que seguir en los próximos años, voluntariamente u obligados por las catástrofes que vienen.  

 ¡Salir del petróleo!, imprescindible para todas las comunidades y ciudades del mundo.  

6 de marzo de 2014

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Miguel Valencia